Municipal
Salou inicia la recogida comercial puerta a puerta para mejorar la sostenibilidad
La primera fase se desplegará en las calles periféricas en la calle Carles Buïgas, así como en la plaza Venus y en establecimientos concretos de la calle València
La nueva fase del sistema ha empezado esta misma semana y se desplegará de forma progresiva por todo el municipio.
El Ayuntamiento de Salou ha puesto en marcha esta semana la primera fase del nuevo sistema de recogida de residuos comerciales puerta a puerta dirigido al sector de hoteles, restaurantes y cafeterías. Esta acción tiene como objetivo mejorar la eficiencia en la gestión de los residuos comerciales.
La primera fase se desplegará en las calles periféricas en la calle a Carles Buïgas —como Saragossa, Colón, Barbastre o Bilbao-, así como a la plaza Venus y a establecimientos concretos de la calle València. En los próximos años, el sistema se extenderá progresivamente al resto del municipio.
El Ayuntamiento ha iniciado una campaña informativa para explicar en los establecimientos implicados el funcionamiento del nuevo modelo, con el reparto de un tríptico y, próximamente, la distribución de los cubos para las fracciones de rechazo y orgánica. Los envases se entregarán en sacos semitransparentes y el cartón se seguirá recogiendo doblado, como hasta ahora.
El sistema incluye tecnología de identificación con TAG-RFID, que permitirá conocer la procedencia de los residuos y evaluar el grado de participación de cada establecimiento. Esta herramienta de control facilitará la mejora continua del servicio y optimizará la gestión municipal de los residuos comerciales.
La recogida se hará entre 5 y 7 días a la semana, según el calendario y la temporada, y los comercios tendrán que depositar el cubo ante su establecimiento como máximo 30 minutos antes de la hora fijada. Una vez vacíos, los cubos se tendrán que retirar de la vía pública.
De acuerdo con el concejal de Gestión de Residuos Urbanos, Sebastià Domínguez, el nuevo sistema busca aumentar la recogida selectiva, reducir la fracción resto y mejorar la calidad de los materiales recogidos, evitando al mismo tiempo la saturación de los contenedores de calle.
El Ayuntamiento subraya que el cambio sólo supone un pequeño ajuste de hábitos, pero con grandes beneficios para el medio ambiente y la imagen del municipio.