Sociedad
El festival Llamp cierra con 150 cabras recuperando antiguos caminos de Escornalbou
El acontecimiento concentró el sábado en el Castell el grueso de actos con música, gastronomía y cultura

El rebaño de Daniel Giraldo, durante la última etapa de transtermitancia incluida en el programa del festival Rayo.
Un rebaño de 150 cabras acaba este domingo el recorrido por los pueblos de la Baronía de Escornalbou, una iniciativa que culmina el festival Llamp de Santa Teca. La propuesta de transtermitancia pone en el centro la gestión del patrimonio y reivindica los caminos ganaderos a través de talleres gratuitos sobre gastronomía y cultura.
Según Berna Ríos, miembro de la asociación Santa Teca, la apuesta busca hacer más partícipes los pueblos de la zona con el festival y a la inversa. «Intentamos que las cosas que pasan en el entorno urbano se trasladen al rural, convirtiendo los espacios patrimoniales en escenario de estas actividades», ha afirmado. El Llamp cierra una edición con cambio de formato, donde el grueso de actos se concentró el sábado pasado en el Castillo de Escornalbou.
Como cada día, el pastor Daniel Giraldo y sus acompañantes han empezado a ordeñar sus cabras a las ocho de la mañana de este domingo. Una actividad abierta a la ciudadanía, que ha podido ver de cerca y aventurarse a intentar sacar leche de los animales que forman parte del rebaño bajo las órdenes del cabrero. De su leche -unos 45 litros diarios- elaboran queso, yogur y helado. De hecho, los talleres gratuitos para hacer productos lácteos son parte de los atractivos que han complementado el proyecto de transtermitancia que se ha esparcido por los municipios que forman parte de la Baronía de Escornalbou dentro de la programación del festival Llamp.
De esta manera, durante una semana el rebaño de 150 cabras murcianas-granadinas ha hecho parada en los siete pueblos que históricamente fueron jurisdicción señorial del Castillo Monasterio de Escornalbou. Quien ha querido lo ha podido acompañar en trayectos de menos de quince kilómetros donde se han reivindicado los antiguos caminos ganaderos de la zona. «Ha sido bastante emocionante ver la participación de la gente de los pueblos pequeños, mucho calor pero la gente se ha querido acercar», ha relatado Giraldo a ACN. De la experiencia, el pastor destaca las interacciones que ha propiciado entre los vecinos y la recuperación de los orígenes. «Venimos a proponer un espacio de diálogo, aportamos una metodología que permite que la gente se exprese sobre el territorio y el paisaje», ha subrayado.
En esta misma línea, el proyecto de transtermitancia también ha incidido en la memoria oral a través de un taller participativo de paisaje de la mano del arquitecto Elias Casanovas. Así, se han elaborado diferentes mapas de cada pueblo donde los vecinos, especialmente los más veteranos, han dejado constancia de los caminos ganaderos y otros espacios con valor sentimental que a día de hoy ya sólo quedan en el recuerdo. Al mismo tiempo, los participantes también han podido plasmar sus anhelos y desazones hacia el paisaje rural que los rodea. Este trabajo forma parte de una tesis doctoral de la Universidad Politècnica de Catalunya, que una vez finalice, pretende compartir los resultados con las administraciones locales implicadas para fomentar un diálogo entre ciudadanía e instituciones.
Cambio de formato del festival Llamp
La iniciativa ha culminado el programa del festival Llamp, organizado por la asociación Santa Teca, que vivió el punto álgido el pasado sábado en el castillo de Escornalbou con conciertos, talleres, propuestas enogastronómicas, lectura de poesía, intervenciones artísticas y mesas redondas, entre otros. Todo, en una edición que ha apostado por un cambio de formato que ha sido «bien recibido» por parte del público. Según la organización, este año un millar de personas han avalado el giro del festival. Más allá de concentrar el grueso de la programación en un solo día, este año también se ha querido apostar por una relación más estrecha con los pueblos de la zona, haciéndolos partícipes del festival de una manera más directa. «Está pensado para que la gente del territorio lo disfrute, si vienen turistas o visitantes también está muy bien, porque también descubren una manera de visitar un país a través de la cultura», ha aseverado Berna Ríos, miembro de Santa Teca.
Ahora bien, aunque el festival Llamp pone punto final en esta edición con la última jornada de transtermitancia, el rebaño de Giraldo no se detiene aquí. Con el acompañamiento de la AAssociació Camí Ramader de Marina, próximamente iniciará una nueva edición de los Camins de Vida que arrancará en el monasterio de Poblet y acabará en la Cerdanya. Todo, con la voluntad de seguir reivindicando los caminos ganaderos y reclamar la protección.