SOCIEDAD
Más de 1.500 espectadores disfrutan de la nueva escenografía de los Pastorets de l'Espluga
El espectáculo agotó las entradas de una de las dos representaciones, por primera vez en el Casal

Una escena de los Pastorets de l'Espluga de Francolí.
Más de 1.500 personas han disfrutado, entre el día de Navidad y el de los Santos Inocentes, de los Pastorets de l'Espluga de Francolí. La representación del 28 de diciembre agotó las entradas por primera vez en el Casal. Con este hito, los Pastorets de l'Espluga han superado un nuevo récord de espectadores, llamados, especialmente, por la gran renovación escenográfica anunciada este año.
Tratea Teatre había mantenido en secreto la mayor parte de la nueva escenografía. Sólo se había revelado el teatrino y uno de los telones que hace de decorado: el buey y la mula del nacimiento. Eso, sin embargo, era sólo una pequeña parte de la espectacularidad del nuevo montaje en el escenario, aprovechado en toda su anchura, altura y profundidad por un impresionante bosque de árboles de madera vieja. Este elemento, junto con la escalera móvil por donde se enfilan los personajes más importantes, ha dejado boquiabiertos a los espectadores.
Emisión en televisión, para Fin de Año
Como ya es costumbre desde el 2018, TAC12, la televisión pública del Camp de Tarragona emitirá, estas fiestas, los Pastoretsde l'Espluga grabados el día de Navidad. El espectáculo llegó a la televisión para quedarse, gracias a su gran éxito de audiencia, con más de 50.000 espectadores anuales en la pequeña pantalla. Este año, la renovación escenográfica se podrá ver en televisión los días 1 de enero (10h y 14h), 3 de enero (11h), 4 de enero (12.30h) y el día de Reyes, 6 de enero a las 9h de la mañana.
El diseño escenográfico ha permitido convertir el espectáculo en un auténtico sueño, no sólo por el deseo de sus impulsores de hacer realidad el cambio, sino porque la nueva propuesta permite al espectador adentrarse mejor a la historia que realmente sueñan Lluquet y Rovelló. La estructura de madera que sorprende al espectador sólo levantarse el telón representa la masía donde viven los dos rabadanes.
En realidad se trata de un teatrino por donde transcurrirá la historia que les quiere explicar la abuela, pero que, al dormirse enseguida, acaban en sueños. En un primer momento, la casa se llena de árboles siniestros y de demonios, que transforman la masía en un lugar diabólico. La escalera giratoria se convierte en un templo de exaltación del mal. Una llamativa y surrealista bola de Navidad gigante se convierte en una luna de sangre hasta que, desde las alturas aparece San Miquel y echa a los siete pecados capitales. El bosque se transforma, a lo largo del espectáculo, en función de sí aparecen los personajes buenos o los malos y en el teatrino van cambiando los telones. Destaca la magnitud de la escena de la calle de Nazaret, llena de color y con una novedad: la visión del interior del templo donde se casan José y María, mientras a fuera, Satanás intenta impedirlo.
En el segundo acto, uno de los cambios más destacados lo ha vivido el Infierno. Los renovados Pastorets de l'Espluga han cambiado las antiguas cavernas de papel por un infierno real, donde Satanás comanda a sus súbditos diabólicos desde un trueno dorado que, finalmente, acaba destronado. Destaca el hecho de que en esta escena aparezca uno de los pocos elementos de la antigua escenografía que ha sobrevivido: la caldera diseñada por Antoni Sàbat hace 25 años.
Del tercer acto destaca la nueva puesta en escena de los cuplés, mucho más dinámica y sorprendente para el espectador, una cortina con un cordero gigante en las sopas, así como un final apoteósico, en que Satanás se hunde a los abismos ante Jesús niño en una escena que, por primera vez, incluye el retorno de los personajes del prólogo asu casa, después de la misa del Gallo, donde despiertan Lluquet y Rovelló del sueño, en medio del belén.
Una gran obra de villa
Para hacer realidad el cambio escenográfico mayor de los 140 años de los Pastorets de l'Espluga han hecho falta la implicación de muchas personas e instituciones. Por una parte, el presupuesto económico para la compra de todos los materiales y la impresión de los siete telones del teatrino ha requerido una subvención de 5.000 euros de la Diputació de Tarragona. El resto de gastos se han cubierto gracias a los donativos hechos por decenas de personas y también empresas en la campaña micromecenazgo abierta en GoFundMe y con huchas en los comercios de l'Espluga. La recaudación de las dos representaciones también se destinará a sufragar el resto de la inversión.
Con respecto a la parte ejecutora, se ha contado con el altruismo de varios profesionales, entre los cuales el escenógrafo espulguí Quico Estivill es quien ha diseñado esta transformación del espectáculo mientras el maderero e impulsor del espectáculo, Josep M. Mercadé, ha encabezado el equipo constructor con materiales de madera y plástico. Para hacerlo posible, Tratea Teatre ha creado tres comisiones ejecutoras que han trabajado durante dos años por realidad el proyecto: la de la financiación, la de la construcción y la de la adaptación artística, en este caso liderada por la directora Ester Majós, licenciada en artes escénicas.
Un equipo formado por Dulci Álvaro, Carme Torres, Toni Morlans, Xavier Lozano y la misma Majós diseñó, el verano del 2024, todos los nuevos movimientos de los actores y actrices gracias a la maqueta de la escenografía y un conjunto de clicks. El ideólogo de todo, el escenógrafo espulguí Quico Estivill, es artista multidisciplinar y autodidacta con una larga trayectoria en escenografías para diferentes compañías y bajo la dirección de directores como Vol-Ras, la Tal, Pep Cruz, Josep M. Flotats, Carme Portacelli, Xicu Masó o Ricard Reguant. Se profesionalizó en 1986 con Infantillatges de Raymond Cousse, dirigida por Flotats, por la que recibió el Premio AET de Reus a la mejor escenografía del año. Como artista, en 2015 ganó la octava Biennal de Girona con el proyecto AB INTRA. Ha expuesto en París, Munich, Reguensburg, Veviers (Belgica), HonKong y l'Espluga de Francolí.