Política
Los alcaldes pedáneos de Montblanc reclaman un plan para mejorar la gestión de sus núcleos
Los alcaldes denuncian la falta de inversiones en los servicios básicos y aseguran que se sienten abandonados y menospreciados

Los alcaldes pedáneos de Prenafeta, Josep Tarragó, de Lilla, Josep Lluís Inglès; de La Guàrdia dels Prats, Marta Panadès; de Rojals, Baltasar Casinos, y del Pinetell, Antònia Mateu.
Frente común de los alcaldes pedáneos de la Guàrdia dels Prats, Lilla, Prenafeta, el Pinetell y Rojals para reclamar un plan especial de pedanías para mejorar la situación de sus poblaciones. Calles en mal estado, falta de alumbrado o la mejora de los servicios básicos son las principales quejas. Los alcaldes lamentan que no se hagan inversiones y denuncian que se trata de agravios históricos.
A pesar de la «buena voluntad» del equipo de gobierno, dicen que se sienten menospreciados y abandonados. «Queremos que devuelvan los impuestos que pagamos, pagamos los mismos que los de Montblanc», dice Josep Tarragó, de Prenafeta. Por el contrario, el alcalde montblanquí, Oriol Pallissó, asegura que no hacen diferencias entre vecinos: «no hay ciudadanos de primera ni de segunda».
Reunidos en la Guàrdia dels Prats, los cinco alcaldes pedáneos de Montblanc se han unido ante los problemas comunes que sufren sus poblaciones. Denuncian que no se destina bastante dinero para mantener los servicios básicos. «Calles en muy mal estado, zonas para ajardinar, árboles que se tendrían que cortar, tenemos el local social a medias», enumera la alcaldesa del Mízcalo, Antònia Mateu. Durante los últimos dos años, asegura que se ha invertido el «mínimo». «Se arreglan las cosas urgentes, como una farola, pero de extras ni uno», lamenta. Esta pedanía tiene censadas ocho personas, en una población que se sube a la cuarentena en verano. Es el núcleo que se encuentra más alejado.
En Lilla, su alcalde, Josep Lluís Inglès, se queja de que se tienen que arreglar calles, caminos y la pista deportiva. También subraya que no se han acabado los viales laterales de la autovía ni arreglado alguna grieta derivada de las obras de la A-27. «Como el resto de las pedanías, estamos sujetos a la buena voluntad del Ayuntamiento de Montblanc», señala Inglès. Por su parte, el alcalde de Prenafeta destaca que les faltan desde el alcantarillado hasta la red wifi. «Es que no hay nada, el alumbrado justito y las calles cada vez están peor. Es muchos años de dejadez de todo y, ahora, la inversión tiene que ser superior», sostiene Tarragó. «No estamos contentos», añade.
Cámaras de seguridad disuasivas
El alcalde de Rojals, Baltasar Casinos, explica que se ha mejorado la entrada a la población con las últimas obras, pero lamenta la situación de las calles, que todavía son de grava. «Las hierbas no se pueden limpiar, tenemos una problemática muy seria», dice. Aparte, desde hace dos años, explica que reclaman que se instalen barandillas en varios muros de la población. Estos tienen una altura de tres o cuatro metros y ya han provocado caídas entre los vecinos. «Ha caído gente y se han hecho daño, la última fue una chica que se cayó cuando estaba oscuro y se abrió una ceja», indica.
En el ámbito de la seguridad, el alcalde ha explicado que han sufrido robos en las viviendas. La población ha pasado de no vivir allí prácticamente nadie a residir en él una cincuentena de personas, de forma permanente. Por eso, pide que se coloquen cámaras de seguridad para que tengan una función disuasiva y ayuden a evitar futuros robos. En paralelo, Casinos se queja de que el servicio de recogida de la basura -del Consell Comarcal de la Conca de Barberà- no es el adecuado, ya que tendrían que pasar al menos una vez a la semana.
Todos los alcaldes pedáneos comparten que la comunicación con el gobierno municipal es «buena» y destacan su «buena» voluntad. Con todo, lamentan que no avancen en cuestiones importantes y que en cada legislatura tienen que volver a empezar. «Estamos decididos a estar las cinco pedanías unidas y, a partir de ahora, estaremos más unidos que nunca para tirarlas adelante», defensa Tarragó.
De hecho, el alcalde ha sido uno de los más contundentes y ha exigido que los tributos que pagan tengan un retorno. «Que vengan dos operarios de la brigada a cortar la hierba cada semana, con los impuestos que pagamos no me salen las cuentas», asevera. Por este motivo, reclama una inversión «decente». «La mayoría de las pedanías no están contentas, nos hemos sentido abandonados muchos años, estamos como si fuéramos una aldea de Soria de los años cincuenta», apunta.
Plan de pedanías
Los alcaldes pedáneos consideran que la solución a sus problemáticas es la creación de un plan específico para las pedanías, que regule las ayudas que estos núcleos pueden recibir para garantizar los servicios básicos, sin depender del Ayuntamiento. «Queremos conseguir que la Diputació de Tarragona y la Generalitat hagan un plan específico para pedanías, no es normal que cualquier municipio de 30 o 40 habitantes reciba una cantidad ingente de dinero, con subvenciones de hasta y todo de 400.000 euros, mientras que nosotros no nos podemos acoger porque no somos nadie», rebate.
Por su parte, la alcaldesa de la Guàrdia de los Prats, Marta Panadès, considera necesario un reglamento de organización, funcionamiento y régimen jurídico entre el Ayuntamiento de Montblanc y las pedanías para que los servicios estuvieran garantizados con los cambios de gobierno municipales. «Eso quiere decir que hubiera quien hubiera en el consistorio, este convenio siempre favoreciera una buena situación en el pueblo», sostiene. Panadés destaca que las competencias incluirían tener más autoridad a la hora de decidir cuestiones que les afectan, como la financiación económica. Al mismo tiempo, exige que se mejore el reglamento actual que regula las funciones de los alcaldes pedáneos.
«La EMD: aparcada, pero no olvidada»
Por otra parte, la alcaldesa de la Guàrdia dels Prats explica que han «aparcado» la consulta ciudadana para crear una Entidad Municipal Descentralizada (EMD), tal como se empezaron a plantear hace unos años. «Era la primera opción, la hemos apartado un poco porque desde el 2014 cambió la normativa y las EMD perdieron la personalidad jurídica, se debilitaron en este sentido», razona Panadès. Por ahora, dice, lo han dejado de lado, pero no lo han olvidado».
En Prenafeta, su alcalde apunta que la idea de crear una EMD empieza a ser una opción entre sus vecinos. «Empieza a hervir, la gente empieza a estar inquieta y molesta porque se sienten dejados, abandonados y despreciados», opina. En esta población, viven allí 74 personas. Sin embargo, asegura que no es su opción. «Preferiría que no se hiciera porque es complicado, pero tal como están las cosas, nadie descarta nada», cierra.
«No hay ciudadanos de primera ni de segunda»
El alcalde de Montblanc, Oriol Pallissó, afirma que han hecho «mucho» por las pedanías desde el inicio del mandato y lo ejemplariza con el hecho de que tienen una concejalía «exclusiva» para ellas. «La inversión es la misma en Montblanc que en las pedanías e incluso siempre intentamos darles prioridad», defensa. De hecho, señala que en las tareas de retirar las malas hierbas son los primeros, así como en la instalación de las luces de Navidad. «No lo habían tenido nunca», observa. Además, añade que aprobaron un reglamento de los alcaldes pedáneos para dotarlos de más competencias.
Pallissó insiste en que no hacen diferencias entre los vecinos de Montblanc y los de las pedanías. «No hay ciudadanos de primera ni de segunda, como a veces se quiere mostrar, de hecho, cuándo alguien decide vivir en una pedanía sabe que hay unas limitaciones, exactamente al igual que vivir dentro del centro histórico de Montblanc», subraya. En este sentido, remarca que se arreglará la calle de Baix de la Guàrdia de los Prats con la financiación recibida del Plan Impulsa de la Diputació de Tarragona. «Las calles las contamos enteras, las de Montblanc y las de las cinco pedanías, la priorización va según su degradación y la calle de Baix de la Guàrdia es uno de los que está en más mal estado», indica.
Por todo ello, el alcalde sostiene que ponen «los cinco sentidos» y que están abiertos a seguir mejorando para atender las peticiones de los alcaldes pedáneos. «Las inversiones las iremos haciendo progresivamente de la misma manera en todos los 92 kilómetros cuadrados que tiene el término de Montblanc», manifiesta. Finalmente, respecto a la pedida de un plan específico para pedanías, Pallissó ve con buenos ojos la propuesta. «Me encantaría que también hubiera un ordenamiento jurídico, en el ámbito catalán, que regulara las pedanías; ojalá pudieran tener ayudas independientemente del Ayuntamiento», concluye.