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Neus Penalba publica un ensayo para hacer un «acto de justicia» hacia Rodoreda

La escritora de Mont-roig del Camp considera que 'La mort i la primavera' hace estallar todos los clichés que tenemos de la autora

Neus Penalba davant l'esglesia de Sant Miquel a Mont-roig del Camp.

Neus Penalba delante del esglesia de Sant Miquel en Mont-roig del Camp.ACN

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El azar hizo que la escritora y profesora de literatura catalana y española, Neus Penalba, se cruzara con la novela póstuma de Mercè Rodoreda La mort i la primavera el año 2011. Desde entonces, la fascinación hacia esta obra inacabada, pero no incompleta, la ha acompañado hasta la publicación del ensayo Fam als ulls, ciment a la boca.

Con él, Penalba ha querido hacer un «acto de justicia» hacia la «imagen deformadora» que se ha creado de la autora a lo largo de los años. «No hay una Rodoreda cursi o una gore, sino que siempre es la misma, a diferencia de lo que nos han hecho pensar», ha denunciado Penalba, quien considera que La mort i la primavera hace estallar todos estos clichés. «Es donde el estilo rodorediano alcanza su cima», ha afirmado.

La mort i la primavera se publicó en 1986, tres años después de la muerte de Mercè Rodoreda, en una primera edición de Núria Folch en el Club Editor. Aunque se la considera una novela inacabada, porque nunca obtuvo el visto bueno final de la autora, lo cierto es que Rodoreda la escribió a principios de los años sesenta, al mismo tiempo que escribía La plaça del Diamant, su obra más universal. De hecho, y según Penalba, en 1961, Rodoreda anunció esta novela y llegó a afirmar que sería su obra más importante.

Sin embargo, su editor, Joan Salas, «la desanimó y le dijo que lo que tenía que hacer era otra Colometa», según ha explicado Penalba, quien ha añadido que Salas consideraba que «el asunto irreal» sobre el que gira la novela «no interesaba en el momento, en el que se encontraba Cataluña». Aunque Rodoreda siguió revisando La mort i la primavera durante los próximos tres años, finalmente, la dejó de lado y se centró en El carrer de les Camèlies.

«Creo que al final de su vida, ella tenía la voluntad firme de reprenderla y publicarla, porque ya era famosa y podía escribir lo que quisiera, pero también era consciente que esta novela era tan radical que costaría aceptar y de entender», ha expuesto Penalba, quien ha añadido que en una de las últimas entrevistas en Rodoreda, la autora afirmó que La mort i la primavera era una obra «que no gustaría a nadie, pero que a ella le había gustado mucho escribir».

Una novela radical

En cualquier caso, Penalba ha asegurado que durante los últimos años de su vida, Rodoreda «intentó conducir a los lectores hacia la radicalidad de esta novela». Considera que prueba de eso lo es la publicación de Quanta, quanta guerra... en 1980. «Es una obra muy extraña, donde también hay mucha violencia, aunque no es tan radical como La mort i la primavera», ha detallado.

«Cuando ella escribe El carrer de les Camèlies o Mirall trencat, ella ya tiene el mundo de La mort i la primavera dentro; por lo tanto, a la fuerza tenemos que encontrar ecos y resonancias», ha defendido Penalba, quien ha subrayado que eso demuestra que la obra es «póstuma, pero no la última de su proyecto creador». Además, ha asegurado que esta idea también rompe «con todos los clichés azucarados» con qué «se ha juzgado su obra».

De hecho, al ensayo que Neus Penalba ha publicado este marzo del 2024, la escritora tarraconense reivindica que esta novela póstuma es «fascinante y central en el proyecto de Rodoreda como escritora», y que, por lo tanto, «no es a las antípodas de La plaça del Diamant como se nos ha hecho pensar». En este sentido, Penalba ha afirmado que como La mort i la primavera «hace estallar todos los estereotipos que tenemos de ella», permite «releído bajo una nueva luz, y sin tantos prejuicios, el resto de su producción».

El acto «de justicia» de Penalba

Finalmente, Penalba ha celebrado que en el 2017 se reeditara La mort i la primavera a manos de Arnau Pons, ya que considera que este hecho ha contribuido a que la novela ya no sea la «gran olvidada» y que se haya convertido «en la obra de Rodoreda que está más de moda». «Ha sido olvidada durante mucho tiempo, pero desde el 2017, por fin, ha recibido la atención que se merece», ha añadido.

Una popularidad que, aunque en un primer momento la echó hacia atrás, la ha acabado animando a publicar el ensayo Fam als ulls, ciment a la boca. Según esta profesora de literatura catalana y española en la Universidad de Cambridge, el libro va destinado a aquellos lectores que ya hayan leído La mort i la primavera, así como a aquellos que no lo han leído y «quieran sacarse el miedo».

En él, la autora plantea varias preguntas como, por ejemplo, si la obra póstuma de Rodoreda «puede considerarse como una alegoría de los regímenes totalitarios del siglo XX, sobre todo del nazismo y del franquismo». Al mismo tiempo, Penalba analiza «la estética antropológica» que utiliza Rodoreda en la novela y propone «una lectura en clave más metafísica o espiritual».

Por último, la autora se pregunta «qué ha pasado con este libro» para quedar en el olvido durante tantos años. «Expongo las razones por las cuales esta novela ha tardado tanto en hacerse conocida en nuestra casa», ha sentenciado.

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