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La T-314 entre Cambrils y Reus, la vía más peligrosa de Cataluña

Según el estudio IRAP del RACC, el tramo con más accidentes de vehículos pesados es el de la N-340, en la variante de Torredembarra

Imagen de la T-314 en la rotonda de Vinyols i els Arcs.

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La T-314, entre Cambrils y Reus, se ha convertido en la vía con el índice de peligrosidad más alto de la red vial catalana, tomando el relevo al Arrebatamiento, según el 24.º estudio IRAP del RACC correspondiente al trienio 2022-2024. Con respecto a los vehículos pesados, el tramo con más accidentes se encuentra en la N-340, en la variante de Torredembarra.

Según el informe, el 26% de la red vial analizada presenta un riesgo alto o muy alto de accidente grave o mortal, dos puntos más que en el periodo anterior, y este riesgo se concentra en carreteras convencionales. Al mismo tiempo, ha revelado que los siniestros graves y mortales han crecido casi un 5% y que las motos están implicadas en el 47% de los accidentes mortales a pesar de representar sólo el 3,2% de la movilidad global.

El estudio IRAP (antes EuroRAP) ha comparado el número de accidentes graves y mortales que se han producido durante los últimos tres años (2022-2024) en cada tramo de carretera con el volumen de vehículos que circulan, mesurado en términos de intensidad media diaria de tráfico. El análisis ha alcanzado más de 6.300 kilómetros de carreteras interurbanas, donde se concentra el 93% de la movilidad del territorio y dónde tienen lugar el 79% de los accidentes con heridos graves y víctimas mortales.

El presidente del RACC, Josep Mateu, ha explicado que el trabajo ha mostrado que el índice de riesgo se ha incrementado un 0,44% a causa del aumento del número de accidentes con víctimas mortales y heridos graves, que han pasado de 509 a 581, un crecimiento medio del 14,1% en el conjunto del trienio. Este incremento se produce en paralelo a un aumento menor de la movilidad, que crece hasta el 8%.

Además, el trabajo ha mostrado que en Cataluña, el 26% de la red viaria analizada presenta un riesgo alto o muy alto de accidente grave o mortal, dos puntos más que en el trienio anterior. Los kilómetros con un índice de riesgo medio han aumentado un punto respecto del periodo 2021-2023, del 20% al 21%. Los tramos de riesgo bajo se han mantenido en el 34%, mientras que los de nivel muy abajo han disminuido dos puntos, del 22% al 20%.

Mateu ha explicado que las carreteras convencionales, con un solo carril por sentido, son los que concentran la totalidad de los tramos con riesgo muy alto, alto y medio. De hecho, ha detallado que este tipo de vías presentan un riesgo 3,4 veces más alto de sufrir un accidente grave o mortal que las autopistas.

Por demarcaciones, en Lleida y Tarragona ha aumentado el número de kilómetros con riesgo alto y muy alto en siete y diez puntos porcentuales, respectivamente. En Barcelona ha bajado en dos puntos y a Girona cuatro puntos. Lleida ha liderado el porcentaje de kilómetros con riesgo alto y muy alto, con el 34%, seguida de Barcelona (25%), Girona (23%) y Tarragona (21%).

Los 10 tramos con más riesgo

Como en estudios anteriores, los diez tramos de la red viaria con más riesgo de accidente son vías convencionales de calzada única. De estos, cinco pertenecen a la demarcación de Barcelona, dos a la de Girona, dos a la de Tarragona y uno a la de Lleida.

Uno de los disparos más destacados del IRAP de este año es que primera vez desde el 2019, la carretera de la Arrabassada ha bajado a la segunda posición del ranking y ha quedado por detrás de la T-314 entre Cambrils y Reus. El director del Servei Català de Trànsit, Ramon Lamiel, se ha referido a este cambio y ha explicado que a la T-314 ha habido dos víctimas mortales y un herido grave (una persona joven que se encuentra en situación de muerte cerebral), hechos que «han hecho saltar los números». A pesar de apuntar que en los siniestros siempre intervienen varios factores, ha reconocido que en esta vía hay unos arcos con protecciones para acceder a los campos y que «había un elemento que atravesaba la carretera y una protección que no estaba».

Al listado de las diez carreteras más peligrosas también figuran la BC-5224 entre Manlleu y Torelló, que se incorpora por primera vez a la clasificación, seguida de la C-14 entre Artesa de Segre y Ponts, también nueva al ranking. A continuación se sitúan la GI-673/GI-674 entre Caldes de Malavella y Llagostera, en cuarta posición, y la BV-5001 entre Martorelles y Vilanova del Vallès, en quinta. Completan la lista la B-502 entre Vilassar de Mar y Argentona; la GI-641 entre Torroella de Montgrí y el Estartit; la TP-7225 entre Reus y el Morell, y la C-31 entre Sitges y Castelldefels, que aparece en el ranking por primera vez.

Del listado han desaparecido dos tramos de Barcelona, la BP-2151 entre Sant Sadurní d'Anoia y Sant Pere de Riudebitlles, y la BV-1201 entre Olesa de Montserrat y Catellbisbal, y uno de Girona, la GI-643 entre Torroella de Montgrí y Parlavà.

Por el contrario, la A-2 entre Vidreres y Aiguaviva ha acontecido el tramo de la red viaria con menos riesgo de Cataluña. A pesar de su elevada intensidad de tráfico, con más de 34.000 vehículos diarios, no ha registrado ningún accidente mortal o grave durante el último trienio.

Vehículos pesados, punto negro en la N-340

En cuanto a los vehículos pesados, el 50% de los accidentes graves se han concentrado en solo el 11,2% de los kilómetros analizados. El tramo con más siniestros ha sido la N-340, a la variante de Torredembarra, que en el anterior periodo analizado ocupaba la quinta posición. Aun así, Lamiel ha afirmado que el SCT no contempla restringir el paso de camiones por esta vía.

En el listado de los diez tramos con más riesgo de accidentalidad de vehículos pesados se ha incluido tres tramos de la AP-7. En cambio, han desaparecido los tramos de la B-502 entre Vilassar de Mar y Argentona; la C-17 entre Mollet del Vallès y Lliçà de Vall; la AP-7 en el enlace entre Vilafranca Norte y Altafulla, y la C-65 entre Cassà de la Selva y Girona.

Lamiel ha explicado que el volumen de tráfico de vehículos pesados en el sur del país está vinculado con el elevado número de accidentes con camiones implicados a la zona. «Estamos hablando de 5.500 camiones por sentido en aquel tramo de la AP-7, es decir, 11.000 o 12.000 camiones, y esta infraestructura solo tiene dos carriles», ha recordado. Así, ha añadido que muchos de estos vehículos también utilizan la N-340. A la vez, ha remarcado que estos mismos camiones «entran y salen de la Jonquera y no hay este problema porque en aquel punto de la autopista hay tres carriles».

Motocicletas implicadas en el 47% de los accidentes

En cuanto a los accidentes de motocicletas, el presidente del RACC, Josep Mateu, ha dicho que es un tema que «preocupa mucho», puesto que en el 47% de todos los accidentes de tráfico con muertes y heridos graves ha implicada como mínimo una moto, a pesar de que solo representan el 3,2% de la movilidad global. «La diferencia entre la movilidad que representan y el riesgo de sufrir un accidente en moto es altísima, sobre todo en el área metropolitana de Barcelona», ha subrayado.

Así, ha añadido que, en el conjunto de la red analizada, el 50% de los accidentes graves y mortales de moto se han concentrado en solo el 12,9% de la longitud de la red, un total de 826 kilómetros. El tramo con más riesgo es la C-31 entre el Prat y l'Hospitalet, seguido del enlace de la A-2 con la AP-2, la B-10, la B-20, la C-32, y el tramo de la C-32 entre Sitges y Esplugues de Llobregat.

Por su parte, Lamiel ha dicho que cada año mueren entre 40 y 50 personas en moto. Ha apuntado que para contener y rebajar esta siniestralidad hay que actuar desde diferentes ámbitos: campañas, formación, infraestructura para orientar el motorista o avisarlo que esta en una zona de peligro y control. «Los controles prepalabra se hacían puntualmente y ahora lo ha estrategia de control prepalabra permanente», ha puesto como ejemplo.

Accidentes con bicicletas

Desde el año 2014, los accidentes con bicicletas implicadas evolucionan al alza, con un incremento acumulado del 26% hasta el inicio de la pandemia, momento en que se registró un retroceso significativo, en 2020. Desde entonces, los accidentes totales con bicicletas han recuperado la tendencia de fondo creciente y el 2024 han registrado un 3% más de siniestros que el 2019, a pesar de que un 7% menos que el 2023.

En cuanto a los accidentes con víctimas mortales y heridos graves, las cifras se han mantenido relativamente estables. El 2024 se han situado en un 6%, por debajo del 2019 y un 12% por debajo del 2023. La vía que ha acumulado más accidentes con bicicletas ha estado por segundo año consecutivo, la BV-5001 entre Martorelles y Vilanova del Vallès.

Coste social anual de la siniestralidad

Por primera vez, el estudio IRAP ha incorporado el cálculo del coste social anual del conjunto de la siniestralidad por vehículo-kilómetro, según el tipo de carretera. Josep Mateu ha explicado que la estimación económica del coste anual global de la siniestralidad viaria asciende a 696 millones de euros.

Según el IRAP, el coste social de la siniestralidad a las carreteras convencionales es tres veces más alto que en las vías desdobladas, con 0,038 euros por vehículo-kilómetro, frente a los 0,013 euros de las autovías y autopistas.

Siniestralidad negativa el 2025

Mateu también ha explicado que en Cataluña los accidentes de tráfico se han reducido de manera notable durante las últimas dos décadas: «No han bajado tanto como querríamos, porque el objetivo es llegar a cero víctimas, pero en 2000 tuvimos 700 muertos a las carreteras catalanas y el 2024 tuvimos 167. El progreso es notable», ha afirmado. Con todo, admite que «en los últimos años cada vez costa más avanzar y lograr unas cifras más bajas». Así, ha apostado para incidir en el comportamiento de los conductores, fomentar la renovación del parque automovilístico, y actuar sobre las infraestructuras, poniendo los recursos necesarios.

En cuanto a los datos de siniestralidad de 2025, estas muestran una evolución negativa respecto de las del 2024. Hasta el 30 de noviembre, han perdido la vida 133 personas en 125 accidentes mortales en la red viaria interurbana de Cataluña. En el mismo periodo del año anterior, murieron 126 personas en 115 siniestros mortales.

A 30 de noviembre de 2025, las víctimas mortales pertenecientes a colectivos vulnerables —motoristas, peatones y ciclistas— han sido 60, la misma cifra que el 2024, a pesar de que su peso relativo ha disminuido ligeramente hasta representar el 45,1% del total, ante el 47,6% del año pasado. De estas víctimas, 43 han estado motoristas, 12 peatones y 5 ciclistas. Los motoristas han continuado siendo el colectivo con más muertos, a pesar de que se han registrado tres menos que el año anterior, mientras que entre los peatones se han contabilizado cuatro más.

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