Carreteras
Se reduce la mortalidad en las carreteras tarraconenses durante el verano
Entre el 23 de junio y el 11 de septiembre se han producido cinco muertos, tres menos que el 2024

Trabajadores de carreteras del estado trabajan después de un accidente mortal, búsqueda de una señal de stop para acceder a una de las entradas de Montbrió del Camp.
La siniestralidad se ha reducido en las demarcaciones de Tarragona, cono cinco muertos (tres menos que en 2024) entre el 23 de junio y el 11 de septiembre. La cifra total en el mismo periodo en Cataluña ha sido de 36 muertos en 32 accidentes de tráfico. Esta cifra de víctimas mortales supone el mismo número de finados que en el mismo periodo de 2024, hecho que, según el director del Servei Català de Trànsit (SCT), Ramon Lamiel, se traduce en una «contención» de la siniestralidad mortal.
El 33,3% de las personas que han perdido la vida han sido motoristas, peatonas y ciclistas, y, concreto, una de cada cuatro víctimas mortales ha sido ciclista, el 25% del total. Eso representa una importante reducción respecto en el año anterior, cuando este porcentaje se situó en el 39%. Aparte, se han contabilizado 240 personas heridas graves, un 2,6% más que en 2024.
Desde el 1 de enero, 103 personas han muerto en 95 accidentes en la red vial catalana, cosa que supone un aumento del 9,6% de las víctimas mortales en relación con los mismos meses de 2024, cuando 94 víctimas perdieron la vida en 88 siniestros mortales.
Descenso de víctimas de colectivos vulnerables
El 33,3% de los finados de este verano pertenecen a los denominados colectivos vulnerables (motoristas, peatonas y ciclistas). Concreto, han muerto 9 motoristas (cinco menos que el verano de 2024), 2 peatonas (uno menos que en el 2024) y 1 ciclista (uno menos que el año pasado). La proporción de motoristas muertos cono respeto al total de víctimas durante el verano -periodo de alta movilidad de este colectivo- se de uno de cada cuatro, un 25%, hecho que supone una importante reducción cono respeto en el año pasado (39%).
De laso 36 víctimas mortales en laso carreteras catalanas este verano, 28 eran hombres y 8, mujeres. Con respecto a la edad de las víctimas mortales, durante el verano la siniestralidad se ha repartido en las diferentes franjas de edad, con víctimas jóvenes, de mediana edad y también personas mayores. La franja de edad con más víctimas mortales (8) es la que va de los 25 a los 34 años, seguido (con 7 muertos) de la franja que va de los 65 a los 74 años.
Por franja horaria, 15 de los 36 muertos han sido por la mañana, 14 por la tarde y 7 por la noche. Además, 15 han estado en días laborables. Con respecto al tipo de siniestro, de los 32 accidentes mortales, 14 han sido salidas de vía, 8 choques frontales y 3 persecuciones.
Se duplica la siniestralidad en Lleida
La siniestralidad se ha reducido en las demarcaciones de Tarragona, con cinco muertos (tres menos que en 2024); en Girona, con seis muertos (uno menos que en 2024); y en Barcelona, con trece muertos (dos menos que el año anterior). En cambio, en Lleida, la cifra de finados se ha duplicado con respecto al mismo periodo de 2024, pasando de seis a doce.
Con respecto a la distribución de los accidentes, ha sido bastante dispersa, siguiendo la misma línea que el resto del año. La A-2 y la N-II han sido las vías que han registrado más muertos, con tres víctimas mortales cada una. Además, la AP-7, la C-12, la C-31, la C-1412b y la C-15z han registrado dos muertes por vía.
Más controles de drogas y alcohol
La jefa de la Comisaría General de Movilidad de los Mossos d'Esquadra, Mònica Luis, ha detallado que este verano se ha registrado un incremento del 4,2% en los controles de alcohol y drogas respecto al 2019. En concreto, se han hecho 37.061 lecturas de alcohol, con una disminución destacada del porcentaje de positivos: un 9,9% menos que el 2019 y un 14% menos que el año pasado. Según Luis, estos datos evidencian una mayor concienciación por parte de los conductores y la efectividad de los controles preventivos.
Las pruebas de detección de drogas han aumentado hasta las 1.918, cifra que supone un incremento del 20% respecto al 2019. Luis ha explicado que este aumento responde, en buena parte, a «la capacidad de los agentes de detectar indicios de sintomatología en los conductores», lo que «permite retirar de la circulación personas que podrían estar conduciendo bajo los efectos de sustancias estupefacientes».
En cuanto a los controles de velocidad, se han inspeccionado 841.097 vehículos, de los cuales 74.587 han sido denunciados por exceso de velocidad. Este dato representa un incremento del 56% en relación con el 2019, a pesar de que supone un descenso respecto al año 2024.
En el ámbito del transporte profesional, han crecido las denuncias por fatiga, que han estado 276, un 26% más que el 2019. Las distracciones también continúan siendo un factor preocupante: este verano se han denunciado 3.415 conductores por este motivo, especialmente por el uso del teléfono móvil al volante.
Finalmente, en cuanto a los hechos penales, Luis ha alertado de un aumento significativo de los delitos relacionados con los carnets de conducir, con incrementos superiores al 40% respecto al 2019 en varias tipologías. También se ha detectado un repunte de casos de abandono del lugar del accidente y de conducción temeraria. Aun así, ha destacado que los delitos por generación de riesgo grave para la circulación han disminuido.
Crece un 9,6% la siniestralidad mortal durante el 2025
Todo y los buenos datos de este verano, Lamiel ha apuntado que desde el 1 de enero, 103 personas han muerto en 95 accidentes en la red viaria catalana, cosa que supone un aumento del 9,6% de las víctimas mortales en relación con los mismos meses de 2024, cuando 94 víctimas perdieron la vida en 88 siniestros mortales.
El director de Trànsit ha afirmado que las limitaciones de velocidad aplicadas, lo asea de vehículos pesados al carril de la derecha y las campañas de concienciación están funcionando, a pesar de que ha admitido que todavía hay un largo camino para recorrer para llegar a la reducción del 50% de la siniestralidad el 2030.
Una docena de muertes en la AP-7 desde el 1 de enero
Lamiel, ha explicado que la AP-7 continúa siendo una de las vías con más conflictividad viaria. A pesar de que el año pasado la mortalidad a la autopista se redujo notablemente, con seis víctimas mortales, este año ya se han registrado doce muertos. Ante esta situación, Lamiel ha asegurado que «aplacar la siniestralidad de la autopista AP-7» es una de las prioridades tanto para el SCT como para los Mossos d'Esquadra.
En este sentido, ha destacado que se hará un análisis específico de los tramos de esta carretera con un índice de peligrosidad más elevado, para valorar las medidas necesarias que permitan reducir la siniestralidad.
También se ha referido al paquete de medidas que ha aprobado recientemente el Gobierno para mejorar la gestión del tráfico y la seguridad viaria. Ha detallado que la inversión prevista para estas acciones se ha duplicado, pasando de cinco a diez millones de euros. Esto permitirá, según Lamiel, no solo intervenir en la regulación del tráfico, sino también invertir directamente en la infraestructura viaria.
Entre las actuaciones previstas, se incluye la mejora de los paneles de mensaje variable y la incorporación de inteligencia artificial. Esta tecnología permitirá obtener datos como la antigüedad de los vehículos, el tipo y la combinación del tráfico o las velocidades medias, para reforzar los sistemas de control y reducción de la velocidad.
Por otro lado, se pondrán en funcionamiento dos equipos de intervención rápida -uno en el norte y uno en el sur del área metropolitana de Barcelona- para actuar en cualquier momento durante los días laborables. Se trata de equipos similares a los que ya funcionan durante el fin de semana, que trabajarán para mejorar la seguridad viaria y para gestionar posibles congestiones de tráfico.
Nuevas medidas
Además, se analizará toda la red viaria y se señalarán 40 puntos en que se podrían implantar carriles adicionales, muchos de ellos en la AP-7. También se modernizarán puntos de intercambio y se intervendrá en otras vías que han liberado peajes o que presentan problemáticas similares, reforzando la señalización.
Además, se reforzará el control de velocidad con radares móviles: actualmente hay cuatro operativos, pero antes de acabar el año se añadirán dos más, y a principios de 2026, cuatro más, llegando así a un total de diez carros radar. También se incorporará un segundo helicóptero equipado con cinemómetro, que se sumará al Falcon, ya operativo, y se intensificará el uso de drones para detectar infracciones y conductas peligrosas, con el apoyo de los Mossos d'Esquadra.