Diari Més

Olivicultura

El secreto del aceite que viaja a Azerbaiyán

Roger Catà, maestro molinero del molino de aceite Mas Montseny del Morell, es también consultor internacional en proyectos de olivicultura

El molino de aceite Mas Montseny nació en el año 1940 en el Morell con la instalación de su primera prensa de piedra para hacer aceite.

El molino de aceite Mas Montseny nació en el año 1940 en el Morell con la instalación de su primera prensa de piedra para hacer aceite.Cedida

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En el año 1940 nació el molino de aceite Mas Montseny en el Morell. Fue entonces cuando Pep de Montseny y su hijo instalaron la primera prensa de piedra para hacer aceite en una masía del siglo XIX. A día de hoy, 85 años después, es Roger Catà quien encabeza la cuarta generación de la familia de maestros molineros. En los primeros años de vida del molino, se hacía aceite para los vecinos de los alrededores de la masía que se habían interesado por la prensa de piedra. Actualmente, Mas Montseny ofrece sus servicios a terceros y trabaja para unos 300 campesinos.

Roger Catà explica que «hacemos un servicio integral de todo lo que necesita un campesino producto de olivas. Ellos tienen que programar la entrega de la oliva y nosotros aportamos la maquinaria, los depósitos, las envasadoras y les ayudamos a crear su propia marca para que pueda comercializar su aceite».

Lo que caracteriza a este negocio es que el producto de los campesinos que contratan sus servicios no pierde la esencia. «El campesino podrá ganar más con su producto y lo hará con más sentido porque venderá un producto que ha hecho él mismo con sus manos. Un producto que nace de sus campos», explica Catà.

Más allá de este servicio a terceros, Mas Montseny también tienen campos, a partir de los cuales obtienen producción propia de diferentes variedades de aceites de autor de alta calidad. Su tarea está recibiendo reconocimientos en el ámbito internacional. Sin ir más lejos, en el año 2023, Evooleum —el concurso internacional de aceites de oliva extra más prestigioso— situó el Aceite Prémium Co-Ratina del molino del Camp de Tarragona como quinto mejor aceite de oliva extra del mundo.

«La co-ratina es muy intensa y, sensorialmente, se traduce en un aceite amargo y picante. Para los entendidos en el mundo gourmet, la intensidad se valora mucho. La arbequina se presenta en un concurso y puede quedar entre los 100 mejores aceites, pero al ser un aceite más suave, acostumbra a ser para todos los públicos», aclara Catà.

El éxito de su producto no entiende de fronteras y llega a países de todo el mundo. «Principalmente, el aceite sale a Europa y, puntualmente, tenemos algunas ventas en el extranjero: en países de Asia como Japón o Pakistán», afirma. El morellense explica que, si hace un par de años se disparó el precio del aceite es «porque hay una concienciación mundial en relación con el hecho de hacer deporte y cuidarse. La dieta mediterránea es de las más saludables y tiene el aceite de oliva virgen extra como producto clave».

Roger Catà, más allá de ser maestro molinero, es desde hace unos años consultor internacional. Actualmente, trabaja en proyectos en países como Colombia o Azerbaiyán. Catà explica que «son países que quizás tienen dinero y tierra para plantar olivos, pero no tienen los conocimientos y yo me encargo de asesorarlos. Les explico qué variedades se adaptan mejor a sus condiciones, les adelanto los problemas que pueden tener de nutrición y sanidad, hago formaciones al personal, les ayudo a diseñar un molino, entre otras cosas».

El siguiente paso del molino de aceite, según Catà, es «seguir dando el mejor servicio a los campesinos del Camp de Tarragona que quieran hacer su propio aceite y marcas. Podemos ir a hacer las Américas, pero el consumidor tarraconense y catalán es nuestro objetivo». «Queremos que la gente conozca y consuma el aceite de oliva virgen extra de calidad que tiene al lado de casa», concluye.

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