Economía
Altibajos en la restauración de Tarragona y el Ebre durante el verano
Los fines de semana los establecimientos tienen una alta ocupación pero tranquilidad impera durante la semana. El gasto por persona baja

Turistas paseando por la calle en el barrio del Puerto de Cambrils.
El sector de la restauración de la Costa Daurada y Terres de l'Ebre está viviendo un verano con altibajos. Según la AEHT (Federación de Asociaciones de Empresas de Hostelería de la Provincia de Tarragona), los fines de semana están siendo de máxima ocupación en la mayoría de municipios, el resto de la semana es mucho más tranquilo, con una clara tendencia a la contención del gasto.
En Cambrils, después de un buen junio marcado por San Juan y Sant Pere, el mes de julio ha sido lento de arrancar. Aunque los fines de semana han sido muy positivos, entre semana la meteorología inestable y las alertas han frenado la actividad. Los restaurantes más económicos están llenos, mientras que los establecimientos de gama media y alta están notando una cierta ralentización. Sin embargo, el microclima privilegiado de la villa y su carácter no estacional ayudan a mantener un buen ritmo durante todo el año. Se prevé un buen agosto en términos de ocupación, pero hay que tener en cuenta que el gasto por persona ha bajado.
En la Pineda, la situación varía según el establecimiento: los restaurantes con marcas consolidadas mantienen buen rendimiento, pero el resto habla de una baja afluencia. En general, la sensación es que el verano es ligeramente inferior al del año pasado. El cliente nacional gasta menos y la clase media, cada vez más presionada económicamente, representa la base principal del consumo en la zona.
En Salou se detectan comportamientos poco previsibles entre semana. Los fines de semana, sin embargo, se desbordan los restaurantes. A medida que avanza el verano, el turista aumenta pero se detecta menos movimiento que el año pasado y gastos medios más bajos. El cliente local, se mantiene fiel. Los horarios de disfrute en el restaurante se han reducido, la gente va a cenar más tarde y se marcha pronto del restaurante. Todo refleja una realidad: la contención del gasto por parte de un público que siente el impacto del encarecimiento de la vida. «Hay días que se puede gastar, pero no todos», resumen algunos restauradores.
En el Baix Gaià, la actividad es tranquila entre semana y muy fuerte durante el fin de semana. El ticket medio también ha bajado. Los establecimientos consolidados son los que menos han notado esta situación.
Con respecto a Tarragona, la temporada ha evolucionado de manera positiva. Tanto junio como julio han sido similares a los del año pasado, aunque la campaña empezó con un mayo flojo debido a una Semana Santa tardía. En agosto se prevé muy bueno, y en septiembre se mantiene como un mes fuerte para la capital tarraconense.
En la costa de las Terres de l'Ebre, julio ha sido probablemente el más débil de los últimos tres años, después de dos temporadas post-COVID muy buenas. Sin embargo, la restauración trabaja bien el fin de semana gracias al turismo nacional de proximidad, especialmente de Barcelona y alrededores.
Como conclusión la AEHT destaca que el verano 2025 está resultando irregular, marcado por un aumento de la afluencia de fin de semana, pero con menos gasto por parte de los visitantes. «Habrá que ver cómo evoluciona en agosto y si la temporada se puede alargar, como muchos apuntan, pero es evidente que no podemos medir el éxito sólo por la ocupación, sino por la capacidad de gasto real del visitante», concluyen en un comunicado.