Catedrático de física aplicada de la Universidad Rovira i Virgili
Entrevista
Francesc Díaz: «Con el Talento Joven, formamos físicos y matemáticos preparados para transformar el territorio»
El catedrático de física aplicada de la Universidad Rovira i Virgili y responsable del programa Talento Joven defiende la física y las matemáticas como motor de futuro en el año que la iniciativa cumple su decimotercer aniversario despertando vocaciones en el territorio

Francesc Díaz, catedrático de física aplicada de la URV y responsable del programa Talento Joven.
El programa Talento Joven de la URV cumple trece años. ¿Cuál fue la motivación inicial para ponerlo en marcha?
«Hace trece años detectamos que en el sur de Cataluña había un déficit claro en la formación en física y matemáticas. No sólo no había grados universitarios en estas materias, sino que tampoco se generaban profesionales que las enseñaran a secundaria. Los informes PISA ya mostraban este desfase. Dijimos: eso se tiene que revertir. Hay chicos y chicas en los institutos motivados y con talento, pero no teníamos estructuras para darles respuesta. Y decidimos crear una».
¿Por qué apostar precisamente por física y matemáticas?
«Porque son la base de todas las tecnologías modernas: computación cuántica, inteligencia artificial, ingeniería energética, microgravedad, robótica... Sin una buena formación en estas materias, el territorio queda atrás. Estas disciplinas son fundamentales para el progreso científico y tecnológico de un país».
¿Qué papel juega la URV como impulsora del proyecto?
«La URV ha sido clave. Como universidad de referencia al territorio, nos tocaba dar este paso. Yo vi claro que había que hacer un llamamiento a los estudiantes motivados por estas dos materias. Y así empezamos, con sesiones los sábados. El objetivo era generar orgullo físico-matemático en el país».
¿En qué consiste exactamente el programa Talento Joven?
«Es un programa de dos años complementario al bachillerato, dirigido a estudiantes que acaban la ESO y entran a primero. Hacemos una prueba de nivel en septiembre, seleccionamos a unos 40 alumnos, y se comprometen a venir cada sábado: un sábado física, el otro matemáticas, alternando. Son 30 sábados el año, con una formación avanzada y muy práctica».
¿Cómo eleváis el nivel respecto del bachillerato convencional?
«Trabajamos con demostraciones rigurosas, problemas complejos y talleres experimentales. Cuando, por ejemplo, los explicamos la gravitación, partimos de lo que han hecho al instituto y los introducimos a Newton, pero también a Einstein y la relatividad. Eso genera inquietud y ganas de saber más. Utilizamos el método problem-based learning: primero planteamos un fenómeno o taller que genera preguntas, y después las matemáticas y la física ayudan a encontrar las respuestas».
¿Y también trabajáis el TDR y las olimpiadas, verdad?
«Sí. Fomentamos mucho el trabajo de investigación y damos apoyo a los estudiantes. Hacemos una tormenta de ideas, los acompañamos y muchos obtienen notas excelentes. También animamos a los alumnos a presentarse a las olimpiadas de física y matemáticas. Los resultados son espectaculares: este año, dos de nuestros alumnos han ganado medallas de bronce a la fase estatal. Y otro ganó el año pasado»!.
¿Qué frutos ha dado el programa en estos trece años?
«Uno de los más importantes es que ahora ya tenemos el grado de Física y Matemáticas en la URV. La primera promoción se gradúa este mismo mes. Además, muchos de los que han pasado por el programa han escogido carreras científicas de alto nivel y hoy trabajan o investigan por todo el mundo».
Por lo tanto, el programa ha tenido un impacto directo en el territorio.
«Absolutamente. Ahora podemos decir que, si llegan grandes proyectos tecnológicos al sur de Cataluña, ya no nos podrán decir que no tenemos profesionales preparados. Los tendremos, y algunos querrán quedarse aquí. Y eso generará riqueza y conocimiento en el territorio».
¿Qué perfiles seleccionáis y cómo los valoráis?
«El programa está pensado para alumnos que ya tienen buenos resultados y quieren ir más allá. A final de curso entregamos diplomas en tres niveles: seguimiento, aprovechamiento y excelencia. Pero lo más importante es la actitud. Tenemos aulas donde no se siente ni una mosca. Son alumnos con la mirada en los ojos, que quieren aprender y disfrutar».
¿Qué papel juega el apoyo de Repsol?
«Es un apoyo muy valioso. Agradim que una empresa con presencia en el territorio ponga también el foco en el talento local y colabore en un programa de excelencia. Eso beneficia el territorio, las empresas y los mismos estudiantes».
¿Y el futuro del Talento Joven?
«Continuará mientras ‘haya gasolina’ y alumnos con ganas de ir más allá. Nosotros estaremos allí. Es un gozo ver tantos jóvenes motivados por estas materias. Han disfrutado ellos, pero también nosotros. Nos lo hemos pasado muy bien durante estos trece años».
Y si tuviera que hacer un llamamiento a jóvenes y familias...?
«Les diría que, si detectan pasión por las mates o la física, lo vean como una gran oportunidad. La URV quiere ayudarlos a hacer crecer esta motivación con el programa Talento Joven. Venís los sábados: sois la palanca humana del futuro científico y tecnológico de este país».