Entrevista
Marina Comes: «Girona ha tenido muy buen marketing, aquí todavía tenemos que aprender»
La creadora de contenido y fotógrafa tarraconense especializada en viajes @MarinaComes analiza el momento turístico de la demarcación del Camp de Tarragona y destaca algunos de los rincones más especiales de la región

Marina Comes en el puerto de Camrbils
¿Cómo empezó a crear contenido de viajes?
Fue hace nueve años. Empecé por afición, me encanta la fotografía y los viajes y el año 2016 decidí colgar una foto cada día de los lugares donde había estado. Poder compartir eso con la gente me gustó mucho, pero entonces ni siquiera existía la palabra influencer. Así, sin ningún objetivo concreto todo fue creciendo mucho y el algoritmo detectó mi perfil como algo importante. Entonces decidí explorar esta aventura y me cogí un año sabático en mi trabajo de abogada para dedicarme plenamente».
¿Cómo fue este paso?
«Al principio las empresas me invitaban a alojarme en un hotel o hacer un viaje. En un momento dado, tuve que ponerme un precio, porque no tiene ningún sentido estar toda la vida aceptando invitaciones sin cobrar nada. De alguna manera mi crecimiento estuvo ligado al nacimiento del marketing de influencers. Ahora, gracias a dios, el sector está desarrollado y las empresas saben el valor de tu trabajo y cuanto los ayudas para llegar a sus clientes».
Dice que no le gusta la etiqueta ‘influencer’.
No es que no me guste, pero creo que es un término peyorativo. Se ha denigrado mucho esta palabra porque, como en todos los sectores, hay gente que es profesional y gente que no. Hay influencers que hacen hablar mucho y la parte negativa de este trabajo se ve mucho. En mi caso, yo no comparto mi vida, me dedico a hacer contenido de una temática muy específica, entonces mi trabajo tiene poco que ver en los que se dedican a colgar fotos de su día a día».
Una ruta por la otra Costa Daurada
¿Ha descubierto algún rincón con la campaña de ‘la Otra Costa Daurada’?
«Siempre que vengo a Tarragona, descubro cosas. En este caso nos hemos centrado mucho a la gastronomía, que es una parte que no había explorado tanto. Normalmente, cuando estoy aquí como con mi familia o amigos. En esta ocasión hemos hecho una ruta que me ha dejado alucinada. Sabía que teníamos muchos restaurantes potentes, pero me he encontrado con chefs muy creativos y grandes defensores del producto local. Después, la parte más natural la conocía más, pero no me deja de encantar. También te destacaría que he redescubierto Reus, la tenía un poco abandonada y me ha encantado el legado de Gaudí y el modernismo. Tengo muchas ganas de empezar a compartirlo todo, a la gente le gustará mucho».
¿Podría destacar un momento de la ruta?
«Se me hace muy difícil escoger sólo uno. Como sitio mágico, pasar una noche en la hospedería de Poblet. El momento de dormir allí, con este halo que tienen los monasterios, es espectacular. Es un ambiente muy romático, la vegetación comiéndose las paredes, oír los pájaros y con las viñas al lado... después despertar y poder acceder a los cantos que hacen los monjes. Es un sitio icónico a la historia de Cataluña y poder pasar una noche allí es una muestra de lo que puede ser la hostelería, una experiencia que va mucho más allá de un alojamiento».
¿Qué imagen se tiene de Tarragona desde fuera?
Tristemente, te diré que la gente conoce muy poco. La imagen conocida son las playas de Salou y PortAventura, poco más. La visión está cambiando, pero hay mucho camino a hacer. Cuando hice una sección sobre la demarcación en Zapeando mucha gente me escribió, porque no sabían nada. Todo el mundo se sorprende mucho, Tarragona es una gran desconocida. En el extranjero tengo que explicar que eso está ‘a una hora de Barcelona’, porque es muy difícil que sepan dónde estamos».
¿Puede ser que nos hayamos vendido mal?
«Creo que es una cuestión que va con el carácter. Girona como demarcación ha tenido un muy buen marketing, en eso se parecen mucho a los franceses, que siempre se han sabido vender muy bien y explicar que son los mejores. Nosotros no somos así, tampoco diré que somos lo contrario, pero nos alejamos mucho de este carácter gerundense de decorar-lo todo i sabernos vender. Hemos sido muchos años que ni siquiera nos lo creemos. La misma gente de Tarragona ciudad se ha movido muy poco por la provincia, enseñas a alguien las calas de l'Ametlla o el Far del Fangaldel Delta y no saben dónde está. Aparte de eso, creo que tenemos que aprender un poco de marketing y saber que tenemos un producto muy ‘vendible’».
¿Y cómo nos podemos vender?
«Una cosa que tenemos que pensar es que Barcelona es una marca mundialmente reconocida. Tenemos que encontrar la manera de beneficiarnos de esta proximidad que tenemos con la capital. Somos un complemento buenísimo para un viaje a Barcelona. Tenemos que conseguir crear este puente con los turistas y hacer excursiones de un día hacia abajo, tenemos productos para hacerlo: las ruinas romanas, el Priorat, el Delta o Cambrils como ‘milla de oro’ gastronómica. Podemos establecer un muy buen plan de tres días a una hora de Barcelona, eso a los americanos, los encanta».
¿No se ha construido bien la marca Costa Daurada?
«Reitero que los gerundenses lo han hecho muy bien con la Costa Brava y aquí no. Diré una cosa que quizás no es políticamente correcta, pero las divisiones no nos han ayudado nada. Costa Daurada, Terres de l'Ebre, Priorat, Tarragona, Reus... Mareamos a los turistas con muchos nombres y no pensamos que la gente no los ubica. Creo que lo más fácil es utilizar el nombre de Tarragona, que es el de la provincia y dejarnos de batallitas. Tenemos que ir todos a una y vender la calidad que tenemos».
¿Qué producto gastronómico de la demarcación destacarías?
«Creo que nos caracteriza mucho el romesco. Me ha sorprendido mucho viajando cómo este es un producto está en cartas de países como Dubái. El romesco ha cruzado muchas fronteras y es muy característico de aquí. Sin embargo, no podemos reducir la gastronomía tarraconense a eso. Creo que esta es una de las claves del futuro turístico de la demarcación, tenemos muchísimo a enseñar».
¿Y un plan en Tarragona?
«Ir a 'tocar ferro', hacer todo el paseo de la playa del Miracle, Fortí de la Reina y llegar a la Arrabassada. Caminar al lado del mar es como vitamina»