Diari Més

Agua

Las lluvias de marzo reabren la dipusta por el agua del río Siurana

Los campesinos del Baix Camp la reclaman por los cultivos y en el Priorat sostienen que a duras penas pueden pasar el verano

Imagen del pantano de Siurana, el jueves pasado, al 22% de su capacidad.

Imagen del pantano de Siurana, el jueves pasado, al 22% de su capacidad.ACN

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Las lluvias de marzo han reabierto la disputa entre ecologistas del Priorat y la Comunidad de Regantes del Pantano de Riudecanyes (CRPR) por el agua del río Siurana. El próximo 5 de mayo está previsto que se celebre la comisión de desembalse del pantano de Siurana y la gestión que se tiene que hacer del agua despertará nuevamente tensiones que vienen de lejos.

Así, mientras los campesinos del Baix Camp reclamarán trasvasar el recurso hasta el embalse de Riudecanyes para poder afrontar -al menos parcialmente- la campaña de riego, en el Priorat consideran que con las reservas que hay la comarca a duras penas puede pasar el verano. Actualmente, el pantano de Siurana está al 25% y el de Riudecanyes al 56%, pero acumulan la misma cantidad de agua: 3 hm3 cada uno.

El agua del río Siurana hace años que enfrenta al Priorat y Baix Camp. La concesión que tienen los regantes hace que se trasvase de la cuenca del Ebro donde pertenece el río hacia las cuencas internas donde está el pantano de Riudecanyes. Se hace mediante un canal que atraviesa por debajo del Coll de la Teixeta y que empieza en un azud en Cornudella de Montsant. Allí se separa el agua que se deja río abajo de la que se deriva hacia la comarca vecina. Al Siurana se deja únicamente el caudal ambiental fijado por la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) en unos 55 litros por segundo (l/s), mientras que el resto va hacia Riudecanyes. Durante los días de lluvia de marzo se han llegado a trasvasar más de 800 l/s.

 Para la Plataforma pel Riu Siurana esta situación es «un escándalo que se produce todo el año», expresa uno de sus miembros, Oriol Ponti. El hilo de agua que queda en el río sostienen que es «insuficiente» para garantizar la protección medioambiental de un área catalogada como Red Naturaleza 2000, y que después de dos años de sequía el entorno necesita un volumen superior para recuperar pozos y acuíferos. De hecho, reclaman a la Generalitat que imponga un caudal ambiental más elevado.

Desde el colectivo también piden anular el pacto del Topograpo (iniciales de Torroja del Priorat, Poboleda, Gratallops y Porrera) que se firmó en 2001 entre los municipios y la CRPR, con el paraguas de la Generalitat. «Fue un engaño enorme porque se hizo renunciar al Priorat a los 200 l/s del río a cambio de 0,2 hm3 al año -mediante una cañería desde el pantano de Siurana hacia los pueblos- y no había ninguna concreción sobre revertir el trasvase a Riudecanyes», manifiesta Ponti.

Desembalse

Las lluvias de marzo han hecho subir las reservas de agua en los dos pantanos, pero siguen siendo escasas y en esta zona nadie se atreve a dar la sequía por acabada. «En el sistema Siurana-Riudecanyes no estamos ni al 33% del total. Hemos podido poner un poco de agua en los embalses pero todavía no garantiza un riego normal», detalla Miquel Àngel Prats, gerente de la CRPR.

Ahora, entre los dos pantanos hay 6 hm3, pero no toda el agua de los embalses se puede utilizar, ya que a los niveles inferiores las cañerías no llegan. Prats expone que para hacer una campaña de riego en condiciones necesitan unos 5 hm3 para abastecer los cultivos, principalmente de avellano y olivo. Con el agua que hay actualmente en Riudecanyes podrían regar «entre un 20% y un 25% de un año normal». Por eso pedirán a la Agència Catalana de l'Aigua (ACA) que autorice el desembalse del pantano de Siurana. Sin embargo, son conscientes de que si no llueve más no podrán satisfacer todas las necesidades de los campesinos.

De todos modos, estos 5 hm3 eran el volumen que utilizaban antes de la sequía, pero el episodio de falta de lluvias ha causado la muerte de muchos árboles y algunos campesinos del Baix Camp han tirado la toalla. Es cierto que se han arrancado muchos avellanos y que quedan pocos. Los que dependían sólo del pantano prácticamente todos están muertos, y los que tienen pozos quizás lo han podido salvar», comenta el gerente. La estimación es que hay 4.000 hectáreas afectadas y algunos campesinos, ante el panorama, han apostado por plantar olivos, una especie que aguanta mejor el estrés hídrico. El gerente de la comunidad reconoce que la cantidad de agua que los agricultores pedirán este año es todavía una incógnita. Así, hasta que no empiece la campaña de riego en junio no sabrán con precisión cuánta necesitan.

Desde el Priorat, la Plataforma pel Riu Siurana pone el énfasis en que «falta más agua». «Con la que hay ahora en Siurana y utilizando las dotaciones actuales del Topograpo, el río y los regantes de Cornudella, el Priorat puede pasar el verano», sostiene Ponti. Pero no mucho más allá, si no hay nuevas lluvias. Por lo tanto, temen que si se trasvasa hacia Riudecanyes, vuelvan a tener carencias y restricciones como los últimos años, cuando algunos municipios se han tenido que abastecer con cubas. Por eso, Ponti cree que si la ACA autoriza la derivación «sería un escándalo grandioso».

Dudas sobre el agua de la EDAR

Todo hace que los ecologistas reclamen que se revierta la concesión que tienen los regantes de Riudecanyes. Al mismo tiempo, consideran que tienen otros mecanismos para obtener el agua, ya sea a través del Consorcio de Aguas de Tarragona -que abastece el Camp de Tarragona mediante el río Ebre- o con agua regenerada.

Para impulsar esta última opción hay en marcha un proyecto de la ACA y el Departament d'Agricultura para que una parte del agua que sale de la EDAR de Reus y ahora se malbarata, se pueda tratar y los regantes de Riudecanyes la puedan utilizar. Eso haría disminuir la dependencia que tienen de los dos embalses y de la meteorología. Los plazos que nos han dado es que la tendríamos para el 2028. Pero si el 2026 y 2027 no podemos regar no sé para quién será el agua, porque campesinos no quedarán», advierte Miquel Àngel Prats.

Aparte, hay otro problema a la vista: la salinidad del agua que sale de la depuradora es demasiado alta para los avellanos. Estos árboles pueden soportar una salinidad de hasta 800 microsiemens, mientras que la de la depuradora está entre los 1.200 y los 1.800 microsiemens. «Si hay agua en el pantano y se puede mezclar, se puede hacer bajar la salinidad; pero si es como estos dos últimos años y no se puede mezclar, no la podríamos aprovechar, alerta Prats. A la vez, el gerente recuerda que «la normativa dice que para poder hacer agua regenerada de uso agrícola se tiene que poder utilizar para el cultivo en cuestión». Así, reclama a la administración que busque soluciones, teniendo en cuenta además que las avellanas del Baix Camp son Denominación de Origen Protegida.

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