Medio Ambiente
Bajan las concentraciones de COV en el aire, a pesar de la subida de los niveles de butadieno en algunos municipios
La presencia de este compuesto se incrementó sobre todo en el Morell y Constantí en el 2024

El catedrático de Química Analítica de la URV, Francesc Borrull, presentó los resultados del Observatorio de la Calidad del Aire del 2024.
Las concentraciones de compuestos orgánicos volátiles (COV) en el aire de los municipios tarraconenses durante el 2024 fue «sensiblemente inferior» con respecto a los niveles que se registraron el año anterior. Así se constata en los resultados de la séptima edición del Observatorio de la Calidad del Aire del Camp de Tarragona, que ayer fueron presentados. En este nuevo informe se destaca una «mejora general», sobre todo en las inmisiones de benceno. No obstante, en algunos municipios se detectó un incremento relevante en la presencia de 1-3-butadieno —que es cancerígeno como el benceno-.
La concentración de este compuesto se ha mantenido o se ha reducido en la mayoría de las poblaciones, excepto en el caso de Constantí, el Morell, Alcover, la Pobla de Mafumet, el Serrallo o Tarragona. En el caso del Morell, donde se ha pasado de los 1,43 microgramos por metro cúbico (µg/m3) a los 2,7, se ha superado el valor máximo de 2 µg/m3 que se utiliza como referencia a partir de la recomendación de la administración ambiental de Ontario (Canadá). Y es que no hay ninguna regulación que marque un límite legal. Los organizadores del estudio remarcan que han apostado por la recomendación «más exigente» que existe. Constantí también ha llegado a un valor cercano (1,96 µg/m3).
El director científico del informe y catedrático de Química Analítica de la URV, Francesc Borrull, atribuyó estos niveles a «incidencias puntuales» en las plantas de producción cercanas a estos municipios. Además, destacaba que el 1,3-butadieno es el compuesto que se ve más afectado por los cambios en la dirección de viento. Según señalan desde las empresas químicas, estos datos ya se están analizando para poder «ampliar mejoras continuadas» y evitar nuevos picos.
Más allá de los medidores pasivos, el Observatorio instaló hace tres años equipos en línea que permiten determinar la presencia de este compuesto cada 30 minutos. El cromatógrafo ubicado en el Morell ha analizado más de 13.000 datos en el 2024 y ha registrado mejores resultados que en el 2023 y 2022. Un 84% de los valores han estado por debajo del límite de detección y cuantificación, mientras que sólo un 8% han superado los 2 microgramos y un 1% ha estado por encima de 20.
Otro de los compuestos en el que se fija el Observatorio es el benceno, que precisamente es el único que está regulado en el Real Decreto 102/20111. Durante el 2023 se registraron los niveles más altos de la serie histórica, mientras que en el 2024 se han reducido los valores en todas las poblaciones. Además, en todos los casos, son notoriamente inferiores al límite legal de 5 µg/m3 que marca la normativa estatal.
En Constantí (1,25 µg/m3) y la Laboral (1,23 µg/m3) se han obtenido las concentraciones medias más elevadas. Eso es debido a su «proximidad» a las plantas químicas, según explicaba Borrull. Mientras tanto, el valor más bajo se ha encontrado en Prades (0,26 µg/m3).
Un ejercicio para mejorar la acción ambiental de las empresas
Durante siete ediciones, se han evaluado las inmisiones y la presencia de un total de 60 compuestos orgánicos volátiles por toda la demarcación y se han recogido más de cien mil datos sobre la calidad del aire, que configuran una herramienta para el estudio y la toma de decisiones al servicio de la industria química, las administraciones e instituciones, y la ciudadanía.
Tal como explican los organizadores, se trata de un «ejercicio inédito» que pretende «responder a una preocupación social», a la vez que se crea un «marco de diálogo, transparencia y confianza». Además, el objetivo es que las empresas de los polígonos petroquímicos norte y sur hagan uso de estos datos para mejorar el impacto ambiental de sus procesos productivos.