Arqueología
El IPHES inicia la 24.ª campaña de excavación en el yacimiento del Molí del Salt en Vimbodí
El instituto localizó el año pasado una mandíbula de un Homo sàpiens, un individuo de hace 15.000 años
El Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social (IPHES) ha iniciado la 24.ª campaña de excavación en el yacimiento del Molí del Salt, en Vimbodí (Conca de Barberà). Los investigadores esperan encontrar más restos de un Homo sàpiens, de hace 15.000 años, después de descubrir el año pasado una mandíbula de un individuo. El IPHES tiene la hipótesis que el cuerpo fue enterrado en esta cueva prehistórica. Los arqueólogos también trabajan con una estructura de piedras que podría estar «asociada» a la mandíbula y, por lo tanto, a una «construcción funeraria», explica el director de la excavación, Manuel Vaquero, a ACN. Los trabajos arqueológicos se alargarán durante cinco semanas y cuentan con un equipo del IPHES y dos estudiantes, uno de Albania y otro de Marruecos.
Durante la campaña del año pasado, en este yacimiento se encontró el resto humano más antiguo del sur de Cataluña, una mandíbula perteneciente a un individuo infantil de cuatro o cinco años. Se trata de un fósil del Paleolítico Superior, de hace 15.000 años. Este hallazgo, desde el punto de vista científico, «nos lleva a otra dimensión», valora el director de la excavación que la califica «de excepcional».
Desde 1999, varios arqueólogos han extraído del Molí del Salt piezas de arte mueble, consiguiendo la colección más importante de Cataluña, según observación Vaquero. Son piezas con representaciones de animales y humanas. En 2015 también se encontró una pieza destacada, un grabado con siete cabañas de un poblado de cazadores y recolectores. «Es una representación única en el arte Paleolítico de todas partes», recuerda el investigador.
El yacimiento del Molí del Salt alberga una pequeña cueva en el sur del municipio de Vimbodí, junto al río Milans. Era un espacio «privilegiado», dice Vaquero, al lado de las Montañas de Prades, del río, y en un «eje de comunicación natural» entre el interior de Cataluña y el litoral. Según los hallazgos que han estudiado, las poblaciones nómadas de cazadores y recolectores se instalaron en esta gruta durante 2.000 años, entre hace 13.000 y 15.000 años. Prueba de eso son las herramientas «domésticas» que han descubierto, utensilios para trabajar las pieles o las carnes.
Trabajo «minucioso»
En un yacimiento se hace un trabajo «muy minucioso», comenta el director. Utilizan herramientas como pinceles y destornilladores para sacar la arena, y a medida que encuentran piezas de valor, las clasifican y las sitúan en el espacio, a través de unas coordenadas que han delimitado previamente. Después, en el laboratorio, analizarán cómo estaban distribuidos todos los restos. «Es muy importante para entender el comportamiento de estas poblaciones, cómo se instalaban y cómo se organizaban», finaliza Vaquero.