Diari Més

Agricultura

Una manzana de altura que ya se puede probar

Cuatro pageses impulsan la marca 'Poma Muntanyes de Prades' con parcelas situadas en Capafonts, Vilanova de Prades y Prades, entre 750 y 950 metros de altitud

Eugeni Coll, Enric Domènech, Salomó Besora i Ignasi y  Armant Casals.

Una manzana de altura que ya se puede probarCedida

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«Nuestra manzana no tiene nada que ver con la del plano», asegura Eugeni Coll. Él es uno de los cuatro impulsores de la marca Poma Muntanyes de Prades, junto con Enric Domènech, Salomó Besora e Ignasi Casals. Entre los cuatro tienen cerca de seis hectáreas de manzana repartidas entre los pueblos de Capafonts, Prades y Vilanova de Prades. Allí cultivan manzanas de varias variedades, pero sobre todo Golden y Gala.

El clima es un factor clave en la calidad de esta fruta, me explica el Eugeni, que tiene el campo en Prades: «El manzano es un árbol que necesita muchas horas de frío para poder descansar. Y después, el hecho que haga más fresca que en lugares como por ejemplo el Pla de Lleida hace que el fruto se haga más poco a poco. A consecuencia de eso, la manzana resulta más crujiente y con más azúcar. En definitiva, tarda más en madurar pero se consigue una calidad de lo que tiene nada que ver con la del plano».

Este mismo viernes el Eugeni ya había cogido las primeras manzanas, todavía un poco tempranas. «Siempre empezamos con las variedades Gala y Gaia. Después viene René, la Golden y acabamos con la Fuji y la Story, que es una manzana mucho de montaña, de un rojo intenso y mucho dura, pero a la vez muy crujiente», detalla.

El cultivo de manzana en las Montañas de Prades tiene su origen en el Plan Estratégico promovido por el Ayuntamiento en la década de 2010. El objetivo era buscar alternativas a los cultivos tradicionales (avellana y patata) a fin de que fueran más rentables y, por lo tanto, aseguraran el relevo de la pagesia. Como resultado se inició el cultivo de lúpulo y de manzana, este último con el asesoramiento del Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA). De esta manera, el año 2014 se destinó una hectárea a plantar una treintena de variedades comerciales y doce variedades locales. «Pero estas últimas son manzanas que, por lo que sea, no acaban de gustar», explica el Eugeni.

Los cuatro productores prevén que este año tendrán una cosecha «excepcional», superando las 30.000 toneladas. Este dato, que de entrada es una buena noticia, también les llevará un trabajo añadido, porque la comercialización de la fruta también la gestionan ellos mismos: «Nuestra manzana se vende en los mercados de Reus y Tarragona, así como en algunas tiendas de la Selva del Camp, Valls o Riudoms. Pero estamos abiertos a otros establecimientos que puedan estar interesados en vender manzana de calidad de kilómetro cero», concluye.

Manzanas de Prades.

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