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Pesca

La bahía de los Alfacs reabre la pesca después de un mes y medio cerrada por un alga marina tóxica

El IRTA señala que este fenómeno es habitual y no descarta que el episodio se pueda repetir en un futuro

La subasta de la Ràpita ha notado el incremento de precio del marisco durante la veda de las barcas de la provincia de Barcelona y Girona.

La bahía de los Alfaques se reabre en la pesca después de un mes y medio cerrada por un alga marina tóxicaACN

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Los pescadores y productores de marisco de la Ràpita ya pueden volver a trabajar en la bahía de los Alfacs después de un mes y medio cerrada por un alga tóxica. El Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA) detectó el 19 de enero pasado la presencia de 'dynophysis', una especie de alga que afecta principalmente a las navajas y los mejillones. Su consumo puede provocar vómitos y diarrea. Según el investigador del IRTA Jorge Diogène, se trata de un episodio que se ha dado varias ocasiones en el pasado y no descarta que se repita, obligando a cerrar la bahía por prevención. Durante las seis semanas de cierre, los pescadores de la Ràpita han tenido que capturar especies alternativas, como las roñosas, caracol punxenc y cangrejo azul.

Este viernes se ha reabierto la bahía de los Alfacs, tanto para pescadores como para productores de mejillones. En cambio, los productores de ostrons no se han visto afectados por el episodio y han podido seguir trabajando con normalidad. A pesar de la falta de capturas de navajas y mejillones, durante las últimas semanas se ha incrementado la pesca de otras especies de marisco que a la vez, han notado un ligero encarecimiento en la lonja.

Según el patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de la Ràpita, Eusebio Rosales, el paro biológico de las embarcaciones de la provincia de Barcelona y Girona es la principal causa. La veda ha finalizado este martes y el retorno de las barcas al mar ha provocado que el precio se volviera a estabilizar. En el último mes, especies como el caracol punxenc ha enfilado su precio hasta los trece euros el kilo a la subasta de la Ràpita, mientras que las roñosas lo han doblado y se han vendido a tres euros el kilo. La única especie que no se ha rebajado después del paro biológico en Barcelona y Girona es el cangrejo azul, que mantiene un precio de salida de cinco euros el kilo.

Aunque los pescadores valoran positivamente este fenómeno, el patrón mayor de la cofradía de pescadores de la Ràpita, Eusebio Rosales, alerta que el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania les perjudica con la subida del coste del gasóleo. Durante los primeros días de la guerra, el combustible pasó de 0,67 a 0,73 céntimos el litro, un crecimiento que prevén que sea mayor si el conflicto en Ucrania avanza. «Cuando vendemos el pescado bien, nos afeitan por otra parte», ha lamentado Rosales.

La gamba de Tarragona recupera el precio habitual

Después de tres semanas con el precio disparado, la gamba de Tarragona ha recuperado su precio habitual. Las vedas del resto de pescadores mediterráneos que se dedicaban a la pesca de este crustáceo enfiló el precio en la lonja de la gamba roja, que se llegó a pagar a 200 euros el kilo. Ahora, esta cifra se ha rebajado y oscila entre los 90 y los 120 euros el kilo, un precio más habitual. Desde la lonja tarraconense, el presidente de la cofradía Esteve Ortiz ha señalado que «nunca antes» habían visto una subida tan notable y menos todavía después de las fiestas navideñas. De hecho, este crustáceo se vendía entre 130 y 150 euros el kilo por Navidad. Según Ortiz, el número de capturas ha sido similar que otros años. Hoy en día, cinco embarcaciones se dedican al arrastre en el puerto tarraconense.

Por otra parte, Ortiz ha apuntado que no sólo la gamba está disfrutando de una buena acogida a la lonja|palco, sino que el pescado fresco en general se vende a mejor precio desde el inicio de la pandemia. Una tendencia que según Ortiz se ha acentuado en los dos últimos meses y que sirve para suavizar el coste del combustible para las barcas. El miedo compartido entre los pescadores es que los precios de venta se estanquen y el coste del gasóleo siga aumentando, hecho que tendría una incidencia negativa en el negocio.

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