La DOQ Priorat impulsa que las bodegas sean energéticamente autosuficientes

La Denominación de Origen Calificada (DOQ) Priorat ha arrancado un proyecto por fomentar que las bodegas sean energéticamente autosuficientes a partir de fuentes renovables. De la mano de un par de técnicos especializados en la materia ya han visitado la mitad de las bodegas con el fin de hacer estudios individualizados para diseñar un plan adaptado a sus necesidades que les permita ahorrar un porcentaje importante del coste de la factura. De momento ya hay varios interesados al instalar placas solares. En una fase posterior, los viticultores incluso plantean que si les sobra energía la puedan traspasar a los municipios y que estos también avancen hacia el autoconsumo.

El presidente de la DOQ Priorat, Sal·lustià Àlvarez, apunta que siempre han tenido claro que hay que poner en valor el territorio y que «hay que mantener la calidad en el conjunto del paisaje». Por eso, rechazan los grandes proyectos energéticos que se han puesto encima de la mesa en los últimos meses, como parques eólicos o la MAT. Pero no dan la espalda a las energías renovables, sino todo el contrario. «Más que decir que no a todo, tenemos que tener unsí. Sí, queremos energía renovable, queremos ser partícipes de la revolución. Las bodegas y el territorio estamos implicados», ha destacado.

Desde este planteamiento empezaron a idear un proyecto propio para andar hacia el autoconsumo. Ahora se encuentran todavía en la fase inicial. «Hacemos una recopilación de la realidad de las bodegas. A partir de este análisis veremos cómo las bodegas encuentran soluciones puntuales. El siguiente paso será como desde el ámbito de la DOQ podemos generar una energía para ser autosuficientes. Estamos haciendo el estudio del modelo, de aquello que nos gustaría ser,» detalla Àlvarez. El presidente valora muy positivamente la acogida que ha tenido la propuesta entre los viticultores. «La gente tiene ganas y el precio de la luz también hace que quieran ser proactivos. Una vez tengan el estudio individualizado, algunos lo querrán hacer lo más rápidamente posible», avanza.

Uno de los técnicos que acompaña la entidad en el camino es el geógrafo Sergi Saladié. Destaca que si el proyecto se desarrolla «incrementará el valor de la marca DOQ Priorat y será un elemento más, junto con el paisaje, que sumará». Sobre la etapa inicial de análisis de las bodegas, Saladié es consciente de que quizás no todos lo podrán hacer, ya sea porque no tienen bastante espacio, una buena orientación o dificultades económicas. Para estos casos plantea fórmulas comunitarias que permitan unir a dos o tres productores. «Técnicamente no tiene que haber ningún problema. Ahora hay una limitación a la hora de hacer a una comunidad energética porqueel punto de producción y el de consumo tienen que estar a menos de 500 metros. Pero con una normativa europea eso se eliminará en los próximos meses», detalla.

60% de ahorro

Uno de los primeros interesados en instalar placas fotovoltaicas es la bodega La Conreria d'Escaladei. «Hacemos vino ecológico desde hace tiempo y también queremos una energía que venga de una fuente sostenible», explica Jordi Vidal, socio y director técnico. En su caso mensualmente consumen unos 8.000 kilovatios, y estima que con la colocación de las placas pueden llegar a ahorrar cerca de un 60% de la factura.

Además, acostumbran a tener problemas de suministro: «cuando llueve se nos va la luz». Eso los obligó a comprar un generador para garantizar el flujo eléctrico. «Con las placas y las baterías podríamos ser bastante autónomos y depender de Fecsa, y más en procesos que son un poco críticos», detalla. Se refiere a la climatización tanto de la sala de envejecimiento del vino como del acondicionamiento de la vendimia y del proceso de fermentación. Son los procesos en los cuales gastan más energía, pero al mismo tiempo son momentos puntuales del año. Por eso, el viticultor confía al poder instalar baterías en que les permita almacenar la energía fotovoltaica y poder usarla cuando más lo necesiten. Y si no es suficiente, mantendrían la conexión con la línea actual y tener, así, tres fuentes diferentes.

Saladié está convencido de que el sistema aportará beneficios a los viticultores y que se extenderá. «Por toda Europa tenemos ejemplos de proyectos que empezaron con una o pocas personas y después se sumó todo el mundo. Además, en el conjunto actual de precios altos, los que tienen dudas se decantarán cuando vean las ventajas de hacer la transición desde abajo», pronostica. «Pasar por los precios que marcan desde el IBEX 35 será bastante insoportable para cualquier economía, y para las bodegas, también», afirma.

Comarca sostenible

La idea estratégica de la DOQ es empezar por las bodegas para, a partir del año que viene, trasladar la iniciativa a los municipios y así que los municipios puedan hacer el camino hacia la autoproducción. Saladié cree que todo se puede hacer en un par de años y «demostrar que la transición es posible hacerla bien hecha». Para conseguirlo, las bodegas podrían suministrar a los pueblos la energía que les sobre, pero la voluntad es que los municipios también sean productores. «En algunos casos quizás producirán el 60% de lo que necesitan, pero quizás pueden compartir la energía con otro pueblo», valora al geógrafo.

Según explica Saladié, actualmente en el Priorat está el parque eólico de la Teixeta y un par de molinos en el Molar. «Sólo con eso la comarca ya produce más del 50% de energía eléctrica renovable», indica. Este 50% es, de hecho, el objetivo que la Generalitat se ha marcado para el 2030. De todos modos, para el geógrafo el problema es que estos aerogeneradores «no sirven a la comarca» y, por lo tanto, «ni la energía ni los beneficios se quedan aquí, sino que van a otros territorios. «Hace falta que el 50% restante sea también energía limpia , pero hecha por y para la comarca», sostiene.

Para hacer toda esta transición energética en los últimos meses han aparecido los fondos Next Generation EU de la Unión Europea. El presidente de la DOQ reconoce que ellos son expertos en vino, no en subvenciones. Sin embargo, reconoce que el Consejo Comarcal del Priorat está al corriente de la iniciativa que desarrollan, pero cree que todavía es pronto para hablar de cuánto dinero necesitarían porque todavía están haciendo el estudio bodega a bodega. «Hasta que no tengamos claro qué tenemos que hacer no sabremos cómo lo desarrollamos», razona.