Los submarinistas defienden que la actividad bien regulada es segura

La alarma hacia la seguridad del submarinismo se ha disparado las últimas semanas, con dos accidentes en la Costa Daurada que han puesto en duda esta actividad acuática. El pasado 8 de agosto, dos submarinistas de 50 y 56 años murieron ahogados a Seguro de Calafell. Durante su bautizo en la actividad, no llevaban elementos de flotabilidad, aunque iban equipados con los trajes de buceo y los pesos correspondientes. Así, el 22 de agosto la Policía Judicial de la Guardia Civil de Tarragona abrió una investigación a cuatro personas del club de vela acusadas de homicidio imprudente. Por otra parte, un joven de 15 años resultó herido grave y en estado crítico cuando se hundió durante su bautizo de buceo en el Pinar. A pesar de estos dos casos, los profesionales del sector defienden que su actividad es segura siempre que se cumplan los protocolos y requisitos de seguridad. Asimismo, alertan de los riesgos que comportan los bautizos low cost.

«Si se siguen bien los procedimientos, no tiene por qué haber alarma», defendía en Diari MésGabriel Quiroga. El director técnico e instructor del Diving Center Tarraco –empresa situada en el Puerto Deportivo de Tarragona–, indicaba que «la realidad es que tenemos unos estándares que cubrimos», pero que «lamentablemente hay personas que no respetan estas cosas». «Nosotros, en 14 años de experiencia, no hemos tenido nunca ni un pequeño susto. Es cuestión de seguir las reglas que nos marcan las asociaciones y, sobre todo el sentido común», decía Quiroga.

Sobre los accidentes de este verano, el instructor de submarinismo hablaba de «una cadena de malas decisiones». El mismo día del accidente en el Pinar, los responsables del Diving Center Tarraco decidieron no salir porque «las condiciones del mar en Tarragona no estaban bien». «Nosotros no haríamos según qué cosas se hicieron aquellos dos días», recalcaba Quiroga. Así, para el instructor las condiciones para no salir al mar corresponden a «un día que haya resaca, oleaje, que la visibilidad no sea buena y, sobre todo, la ratio de edad del grupo». En este sentido, Quiroga señalaba que «según las edades, quizás es mejor no salir por la exigencia física». En el caso del Diving Center Tarraco, la edad mínima para hacer submarinismo es de 10 años.

Para empezar, el bautizo

Las personas que se quieren iniciar en el submarinismo tienen que pasar antes por|para un bautizo, que consiste en una parte teórica y otra práctica, es decir, la primera inmersión. Diari Mésacompañó a Anna Omella i Bea Soriano en su bautizo este domingo a la playa del Milagro. Cada una de ellas iba acompañada por un instructor, siguiendo una ratio de un profesor y un alumno que el Diving Center Tarraco tiene como protocolo: «Los grupos más grandes son de seis personas y, en este caso, tendríamos seis instructores», detallaba Quiroga. Aun así, «no todo el mundo lo hace así», avisaba al director técnico del centro submarinista. En este caso, reivindicaba que «tenemos que ser conscientes que los bautizos low cost no creo que sean rentables económicamente y, por eso, necesitan grupos mayores y más gente por instructor».

El ritual del bautizo empieza con una teoría en la cual se explica como vaciar la máscara, como respirar bajo el agua y como compensar la respiración, aparte de una explicación sobre el uso del chaleco. Una vez ya equipados, los submarinistas novelesy los instructores se dirigen a la playa y se ambientan a la respiración y el equipamiento a una profundidad de 1,5 metros. Posteriormente, se adentran en el mar y llegan a alcanzar una profundidad de hasta seis metros. Las inmersiones duran entre 20 y 30 minutos y dependen de cuánto rato dure el oxígeno de las bombonas.