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Economía

Repsol dejará de producir petróleo en la plataforma Casablanca a mediados de junio para cerrar la explotación

La compañía, que todavía no ha puesto fecha al desmantelamiento, aduce una fuerte caída de la producción

Vista parcial desde el aire de las instalaciones de la plataforma petrolífera Casablanca.

Repsol dejará de producir petróleo en la plataforma Casablanca a mediados de junio para cerrar la explotaciónACN

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Repsol dejará definitivamente producir petróleo en la plataforma Casablanca a mediados del mes de junio, según ha podido saber ACN y ha confirmado la misma compañía. Situada a 44 kilómetros mar adentro, delante de las costas de Tarragona y del delta del Ebre, el cierre pondrá punto y final a cuatro décadas de actividad de la última explotación petrolífera operativa en el Estado. La compañía justifica la decisión por la fuerte caída de la producción durante los últimos años, si bien en 2018 consiguió una última prórroga de diez años de la concesión. Una vez cese la producción, se harán trabajos para mantener las instalaciones de forma segura y abandonarlas más adelante. De momento, Repsol no ha adelantado ningún plan ni fecha para el desmantelamiento.
Repsol Investigaciones Petroliferas, S. A. (RIPSA), la filial que gestiona la plataforma, ha comunicado ya formalmente al gobierno español el paro de la producción. Así, la previsión es que a mediados de junio se lleven la instalación y los pozos a una situación de parada. Una decisión que se enmarca dentro de las constantes desinversiones que las compañías petroleras efectúan durante los últimos tiempos en el ámbito de la investigación de nuevos yacimientos y producción de hidrocarburos, reorientando su negocio hacia otras actividades energéticas con la apuesta política de la descarbonización de la economía como telón de fondo.

Operativa desde el año 1981, la plataforma empezó explotando el primer yacimiento descubierto en la zona, 'Casablanca'. Durante aquella década, la producción llegó al máximo histórico con unos 45.000 barriles diarios –muy lejos, sin embargo, de los rendimientos de 350.000 barriles diarios en zonas como Líbia-. Desde la misma plataforma se gestionó también posteriormente la explotación de nuevos campos a la misma zona - 'Rodaballo', 'Chipirón', 'Boquerón' y 'Barracuda' - a través de pozos satélites conectados a la estructura. Durante estos 40 años de actividad, Casablanca ha tenido operativos, en diferentes fases, catorce pozos.

La compañía intentó reimpulsar la actividad a partir del año 2012 con la entrada en servicio de los pozos 'Montanazo' y 'Lubina'. Las producciones, sin embargo, empezar a decrecer fuertemente a partir de 2015 por el agotamiento de los yacimientos, alcanzando unos 2.000 barriles diarios. A partir de 2018, momento que Repsol conseguía la tercera y última prórroga de la concesión –otorgada en 1978 por un máximo de 50 años-, el volumen de crudo extraído desde Casablanca cayó drásticamente y se tuvieron que cerrar algunos pozos por razones de seguridad.

Caída a 220 barriles diarios

Al fin y al cabo ha acabado reduciendo la producción actual a unos testimoniales 220 barriles diarios, provenientes del mismo campo 'Casablanca', así como de 'Rodaballo' y 'Boquerón'. Si bien la compañía asegura que, a pesar de las reducidas producciones obtenidas, todavía resultaba rentable explotar los yacimientos hasta tiempos recientes, principalmente por el hecho tener las instalaciones ya amortizadas desde hace años, los elevados gastos de operación de explotación por|para una producción tan exigua han acabado desembocando en la decisión del cierre.

A pesar de eso, y con independencia del volumen de petróleo producido –el año 2012 representaba únicamente una aportación del 2% al balance global de la compañía- y los beneficios económicos directos que podía generar en un contexto de precios elevados, Repsol ha defendido tradicionalmente que el valor de la producción de Casablanca residía también en aspectos fiscales, económicos y político-estratégicos. Se trata de la última explotación en producción en el estado español y la única off shore. El crudo que se produce se traslada directamente a través de un oleoducto submarino hasta la refinería de la misma Repsol en Tarragona.

La actividad de Casablanca, por otra parte, ha sido objeto de fuerte controversia y oposición, con un largo historial de denuncias por parte de entidades ecologistas y procedimientos judiciales abiertos por varios casos contaminación marina con hidrocarburos. Precisamente, tres responsables de las instalaciones de Repsol están pendientes de ser juzgados por un supuesto delito contra el medio ambiente por imprudencia a raíz del vertido de entre 95.000 y 180.000 litros de crudo al mar el año 2010, que generó una mancha de contaminación de diecinueve kilómetros cuadrados.

En la plataforma trabajan actualmente unas 25 personas que se organizan en turnos de dos semanas. Repsol prevé que buena parte de la plantilla continúe en las instalaciones durante la nueva fase operativa y hasta el desmantelamiento definitivo. La empresa ya ha informado a los sindicatos de estos planes. En el momento que se haga efectivo el cierre de la plataforma, la previsión es que una parte de los trabajadores sean recolocados en otros centros productivos de la compañía o se lleguen a acuerdos puntuales de extinción contractual.

Suspensión de pozos

Una vez detenida la producción este mes de junio, se pondrán en marcha las actuaciones para conservar y mantener en condiciones de seguridad las instalaciones. Además de limpiar y desconectar las líneas de producción, los pozos serán suspendidos temporalmente con la instalación de tapones y monitorizados continuamente por el personal de la plataforma, se hará de forma específica para cada uno de ellos con la idea de evitar que surjan fluidos desde el yacimiento. Está previsto que esta tarea sea ejecutada por contratistas especializados. También se procederá a limpiar el interior del oleoducto submarino de doce pulgadas de diámetro que transporta el crudo hasta Tarragona y se llenará con agua tratada.

Los equipos que se mantengan en la plataforma serán objeto de mantenimiento y se inspeccionarán todos los elementos de la instalación de forma regular. Repsol también mantendrá los barcos de apoyo y el transporte en helicóptero del personal, que seguirá haciendo turnos de dos semanas pero con tareas orientadas a la monitorización, control y mantenimiento. En este sentido, la previsión es que la plataforma sirva para organizar y ejecutar los trabajos previstos a los pozos. Los planes de seguridad y emergencias vigentes actualmente para el funcionamiento de las instalaciones también se mantendrán.

Fuentes de la compañía han puntualizado que, a pesar de tratarse de medidas utilizadas habitualmente para poderreanudar la actividad posteriormente-, en este caso servirán exclusivamente para hacer efectivo el abandono definitivo de los pozos y de las instalaciones. Remarcan que la actuación se enmarca en un proceso administrativo por fases que puede alargarse en el tiempo y teniendo en cuenta los requerimientos técnicos en función de la época del año así como para la planificación de las empresas que lo tendrán que ejecutar. De momento, sin embargo, RIPSA todavía no ha anunciado ni el plan ni qué fecha aproximada tiene prevista para hacer efectivo el desmantelamiento una vez finalizada la concesión, según establece la Ley de Hidrocarburos.

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