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La flota de arrastre de Tarragona empieza la veda biológica de dos meses

El sector se siente perseguido por las multas y por el plan europeo que prevé recortar los días de pesca

Un marinero descargando cajas de pescado en el Serrallo de Tarragona.

La flota de arrastre de Tarragona empieza la veda biológica de dos mesesACN

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La flota de arrastre de las comarcas tarraconenses empieza la veda biológica de dos meses que lleva a cabo, desde hace décadas, entre el 1 de mayo y el 1 de julio. En Tarragona y Cambrils el jueves ha sido el último día que las barcas han salido al mar, mientras que en l'Ametlla de Mar y l'Ampolla todavía trastean este viernes. Después de un 2020 muy complicado por la covid-19, la presente campaña acaba con unas capturas y unos precios razonables. El sector, sin embargo, se muestra preocupado por la presión sancionadora de las administraciones y por las nuevas normativas europeas que plantean recortar días de actividad de pesca y colocar cámaras de videovigilancia a bordo de las embarcaciones. Estas políticas, alertan, los abocana desaparecer.

Una sesentena de barcas del arrastre quedarán paradas a partir de este sábado en la demarcación: 24 de Tarragona, 21 de l'Ametlla de Mar, 10 de Cambrils y 3 de l'Ampolla. Después de muchos años, este año las cuatro embarcaciones de gambas de Tarragona también se detienen el 1 de mayo -y no unmes más tarde- por la falta de capturas de este crustáceo. Las barcas de la Ràpita y las Cases d'Alcanar, por su parte, pararán durante los meses de julio y agosto.

El paro biológico tiene como objetivo favorecer el crecimiento del pescado y la regeneración del fondo marino, y este año llega en un contexto más favorable que en 2020. Hace un año la mitad de barcas de arrastre de la demarcación estaba amarrada a puerto con un ERTEpor la covid y la flota venía de sufrir fuertes pérdidas por los efectos del Gloria. Los últimos meses los ingresos y las capturas se han situado a un nivel normal, a pesar de algunos problemas con el bromo o llapó -un fenómeno natural que genera fitoplancton y colapsa las redes.

Mientras dure la veda, los marineros se irán al paro y los armadores quedarán pendientes de recibir las ayudas a la paralización temporal. Fuentes de la Dirección General de Pesca explican a ACN que prevén subvencionar las embarcaciones por los días hábiles de parada que hagan, tal como ya pasó el año 2020. El importe, sin embargo, todavía se tiene que aprobar en la Conferencia Sectorial con las comunidades autónomas y, posteriormente, la Generalitat elaborará la convocatoria de ayudas del Fondo Europeo Marítimo y Pesquero (FEMP).

El sector se siente amenazado por la Unión Europea

El presidente de la Confraria de Pescadors de Tarragona, Esteve Ortiz, explica a ACN que la campaña ha sido «dramática», pero no por las capturas ni los precios, sino por las normativas «cada vez más duras» que «agobian» y «hacen aburrir» a los pescadores. El sector recela, principalmente, del plan europeo de pesca. Según Ortiz, la verdadera «intención oculta» que hay detrás de este plan|plano es «acabar con el sector pesquero del Mediterráneo».

Uno de los puntos que prevé la normativa es reducir los días de pesca de la flota del arrastre en pro de la sostenibilidad. Desde Cataluña, sin embargo, se ha planteado una propuesta para cerrar temporalmente dieciocho zonas del litoral -que suman una superficie de unos 400 kilómetros cuadrados- y prohibir la pesca del rape, la merluza, la gamba o la cigala, con el objetivo de facilitar la recuperación de estas especies y la regeneración del fondo marino. El plan todavía se está negociando.

Ortiz recuerda que las cofradías tarraconenses fueron pioneras a la hora de hacer un paro biológico de dos meses y constata que los días de paro voluntario y los festivos ya suponen un recorte de jornadas considerable. El patrón de la Nova Tortosina, Ramon Budesca, admite que tienen «mucho miedo» que pescar deje de ser rentable. Además, recuerda que hace años que en Tarragona arrastran un problema de capturas. «Por el motivo que sea, el pescado no se regenera. No sale ni pescado azul, ni bacaladillas, ni merluza. No sabemos qué está pasando aquí», advierte este patrón del Serrallo.

El presidente de la Confraria de Pescadors de Tarragona, Esteve Ortiz, critica que las normativas europeas se impulsen sin escuchar a las cofradías ni a las federaciones pesqueras. En su opinión, sólo «intentan acabar con el sector» pero no resuelven problemas «como la superpoblación de atunes, que devoran todo el pescado azul, el blanco y lo que se les ponga delante». «De eso no quieren hablar», constata.

El patrón de la Nova Tortosina, Ramon Budesca, considera que «no hay ningún futuro» para el arrastre tarraconense. Como menos barcas queden, avisa, más caro tendrán que vender el pescado y, si eso pasa, los pescaderos optarán por importar producto de fuera. Además, expone que enla generación mayoritaria -la de los 70- sólo les quedan «siete u ocho años de trabajar». A partir de estos años, de 24 barcas de arrastre en Tarragona podrían quedar sólo cinco. La cosa se presenta muy mal», vaticina.

Rechazan cámaras de videovigilancia en las barcas

Por otra parte, Ortiz ve como «una agresión a la libertad» la posibilidad de que se obligue a colocar cámaras de vigilancia en las barcas. El Parlamento Europeo ha aprobado recientemente la instalación obligatoria de cámaras para controlar la obligación de desembarque de las capturas a un «porcentaje mínimo» de barcos de más de 12 metros en situación de «riesgo grave de incumplimiento». Si el Consejo lo avala, las cámaras también se impondrán como sanción en caso de cometer dos infracciones graves o más.

En esta línea, la Confraria de Tarragona está muy enojada por las multas «desaforadas» de «4.000 o 5.000 euros» que el Estado impone a las barcas. Según Ortiz, no se trata de multas para capturar pescado pequeño o porpescar en fondos prohibidos, sino por «algunos diarios electrónicos que se han dejado de hacer». El presidente de la cofradía tarraconense critica que la administración opte por «la norma más restrictiva posible» y que los recursos que presentan casi no tienen posibilidad de prosperar.

«La flota se ha reducido mes de un 50% los últimos años y de pescadores casi no quedarán. ¿Qué están buscando? La intención es acabar con el sector pesquero, especialmente en el Mediterráneo», insiste Esteve Ortiz. Mientras todo eso pasa, avisa el presidente de la cofradía del Serrallo, no se habla de los intereses de importantes lobbies. «El mar del Senegal lo están explotando de forma desmesurada y las personas que llegan en pateras lo hacen porque se han cargado su sistema de vida: la pesca artesanal», lamenta.

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