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Una comunidad de vecinos de Altafulla denuncia la extorsión por parte de unos ocupas

Piden 8.000 euros a los residentes de un complejo residencial para abandonar la vivienda y poder entrar en otra

Los vecinos afectados acudió ayer en las puertas del plenario para mostrar su impotencia durante el pleno.

Una comunidad de vecinos de Altafulla denuncia la extorsión por parte de unos ocupasOlívia Molet

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Un grupo de vecinos de Altafulla protestó ayer a las puertas del pleno del Ayuntamiento para denunciar la situación que vive la comunidad de un complejo residencial de la calle Vinyet, donde el pasado 10 de julio se produjo la ocupación ilegal de una vivienda. Después de hacer imposible la convivencia, el grupo de ocupas pide 8.000 euros a la comunidad de vecinos para abandonar la vivienda y «ocupar otra». Los vecinos alertaron a la policía local durante las 24 horas antes a la entrada, pero, según aseguran, el cuerpo no hizo nada para desalojarlos del inmueble, uno apareado que pertenece a una entidad bancaria.

La entrada en la vivienda se produjo la noche del 10 de julio. Los vecinos oyeron un fuerte golpe en una de las casas. Al día siguiente, alertaron a la policía local al comprobar como estaban metiendo muebles en la vivienda y después de que, al ser preguntados, el grupo no tuvo ningún inconveniente a reconocer que estaba ocupando el inmueble. «Avisamos a la policía y nos dijeron que la casa estaba ocupada desde el jueves, que ya había saltado la alarma. Pero la casa no tiene. Aquel mismo día hubo más ocupaciones y suponemos que la policía estaba desbordada, pero no hicieron nada para desalojarlos, aunque avisamos antes de que se cumplieran 24 horas de la ocupación, como recoge el artículo 245 sobre la usurpación de la propiedad en el Código Penal», narra una de las vecinas del complejo.

Después de la ocupación, al cabo de dos días, los ocupas intentaron manipular los suministros y, como no lo consiguieron, acusaron a los vecinos de cortarlas la luz y el agua. Los problemas empezaron y, aunque en un principio se comprometieron con los vecinos a no utilizar las zonas comunes, ocuparon plazas de parking –donde provocaron una inundación manipulando cañerías– y empezaron a utilizar la piscina comunitaria. El 14 de julio, intentando pinchar el suministro eléctrico de la red, provocaron que las dos comunidades de la calle Vinyet quedaran sin luz. Al día siguiente se avisaba a Aguas de Altafulla y a la policía local, de que les cortó el suministro. «Desde entonces, los ataques que hemos recibido por parte de los delincuentes se han multiplicado. Controlan los vecinos si salen al jardín, los vigilan desde las ventanas, insultan, amenazan y coaccionan. El 20 de julio llevaron un generador que no han conseguido poner en marcha, pero que no ha dejado de producir ruidos molestos», afirma la comunidad de vecinos. «Las amenazas se han disparado. Amenazan con lanzar los perros peligrosos que tienen contra los vecinos o con llamar a una banda de rumanos», explican desde este complejo residencial.

Los vecinos aseguran sentirse impotentes y desprotegidos. Mucho más cuando la historia ha derivado en una extorsión en toda regla por parte del grupo de ocupas «con qué nos exige una cantidad muy elevada de dinero para abandonar un domicilio que ni siquiera es nuestro».

Con el objetivo de tensar todavía más la situación, los vecinos aseguran que los ocupas ponen música con un volumen alto muchas noches y llaman a las terrazas con el fin de impedir al descanso en la zona.

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