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Turismo

La ocupación hotelera en la demarcación de Tarragona cae un 80%

Hay más cancelaciones que reservas por el turismo extranjero que retrocede

Plano general de la fachada y la piscina de un hotel de Calafell.

hotel de Calafell, turismo, pernoctacionesACN

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Los hoteles de la demarcación están sufriendo una bajada de entre el 70 y el 90% de la ocupación en comparación con cualquier verano pasado. Los brotes de covid-19 en el Segrià y Barcelona y el uso obligatorio de la mascarilla han enfriado los mercados, desencadenando una ola de cancelaciones, sobre todo del mercado británico, muy reticente a viajar en estas condiciones. Con un turismo extranjero prácticamente inexistente, el sector turístico acumula más cancelaciones que reservas y ya da la temporada por perdida. En la Costa Daurada sólo ha abierto un 40% de los hoteles, con una ocupación mediadel 25%, entre semana. La FederacióEmpresarial d’Hostaleria i Turisme de Tarragona dice que se esperaba una temporada mala, pero que ha sido peor de lo que se preveía.

Desde la FEHT se habla de un año «malísimo». Admite que las últimas noticias sobre rebrotes puntuales en Cataluña -ya que el turismo internacional no discierne por regiones concretas- ha desvanecido la más mínima esperanza de poder arañar un tramo de temporada turística «con cierta normalidad». Su portavoz y responsable de relaciones institucionales, Xavier Guardià, contrasta que en un verano «normal» la ocupación es creciente de junio a agosto, mientras que este año esa la inversa. No para de decrecer. «Sant Joan fue la mejor semana y desde entonces, aparte de un pequeño repunte en julio, hemos ido cayendo y cada semana es peor», lamenta Guardià.

La apertura de PortAventura, polo potente de atracción de turistas, ha dado un poco de oxígeno al sector, si bien tampoco ha podido ha sido el gran revulsivo. Ha reabierto en un 30% de su capacidad. Guardià destaca que todo el sector se encuentra dentro del mismo saco y que la dinámica es negativa para todos. «No hay ninguna rama que despunte y esté mejor que otra: alojamientos, restauración, actividades... todo está muy complicado». A pesar de este escenario cada vez más negro, parte del empresariado turístico no tira la toalla. Hay alojamientos que están abiertos, sobre todo apartamentos turísticos y campings, que permiten una apertura parcial de sus instalaciones.

Los hoteles, por el contrario, no pueden abrir por sectores y mantener toda la instalación abierta resulta muy costoso. Según el gremio de hoteleros, actualmente en la demarcación están abiertos un 40% de los hoteles, con una ocupación mediamodesta, de un 25% entre semana, un porcentaje que sube hasta el 50% en fin de semana. La motivación de los hoteles que han abierto es conservar a la clientela -la Costa Daurada se caracteriza por un visitante muy fiel. «Se tiene que valorar el sacrificio que está haciendo el empresario, de abrir aunque no salgan los números», destaca el portavoz de la FEHT. Con todo, la mayoría de los hoteles del Campy el Ebro han optado por no abrir durante toda la temporada.

«Eso quiere decir que no emiten ninguna factura desde el octubre pasado, cuando cerraron puertas y, por lo tanto, en cuestión de tres meses, ya hará un año que están cerrados, sin beneficios», destaca Guardià. Por todo ello, la FEHT da el año por perdido y ya mira hacia el 2021, esperando que pueda llegar un escenario de normalidad. «El año 2020 está acabado, los que tengan pulmón, como las grandes cadenas hoteleras, son los que lo resistirán, otros más pequeños quizás no lo podrán aguantar», advierte. La FEHT insiste en que las administraciones «se tienen que poner las pilas» -con congelación o rebaja de impuestos-, teniendo presente que el turismo representa el 25% del PIB de Tarragona.

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