Turismo
La ocupación hotelera en la demarcación de Tarragona cae un 80%
Hay más cancelaciones que reservas por el turismo extranjero que retrocede
La apertura de PortAventura, polo potente de atracción de turistas, ha dado un poco de oxígeno al sector, si bien tampoco ha podido ha sido el gran revulsivo. Ha reabierto en un 30% de su capacidad. Guardià destaca que todo el sector se encuentra dentro del mismo saco y que la dinámica es negativa para todos. «No hay ninguna rama que despunte y esté mejor que otra: alojamientos, restauración, actividades... todo está muy complicado». A pesar de este escenario cada vez más negro, parte del empresariado turístico no tira la toalla. Hay alojamientos que están abiertos, sobre todo apartamentos turísticos y campings, que permiten una apertura parcial de sus instalaciones.
Los hoteles, por el contrario, no pueden abrir por sectores y mantener toda la instalación abierta resulta muy costoso. Según el gremio de hoteleros, actualmente en la demarcación están abiertos un 40% de los hoteles, con una ocupación mediamodesta, de un 25% entre semana, un porcentaje que sube hasta el 50% en fin de semana. La motivación de los hoteles que han abierto es conservar a la clientela -la Costa Daurada se caracteriza por un visitante muy fiel. «Se tiene que valorar el sacrificio que está haciendo el empresario, de abrir aunque no salgan los números», destaca el portavoz de la FEHT. Con todo, la mayoría de los hoteles del Campy el Ebro han optado por no abrir durante toda la temporada.
«Eso quiere decir que no emiten ninguna factura desde el octubre pasado, cuando cerraron puertas y, por lo tanto, en cuestión de tres meses, ya hará un año que están cerrados, sin beneficios», destaca Guardià. Por todo ello, la FEHT da el año por perdido y ya mira hacia el 2021, esperando que pueda llegar un escenario de normalidad. «El año 2020 está acabado, los que tengan pulmón, como las grandes cadenas hoteleras, son los que lo resistirán, otros más pequeños quizás no lo podrán aguantar», advierte. La FEHT insiste en que las administraciones «se tienen que poner las pilas» -con congelación o rebaja de impuestos-, teniendo presente que el turismo representa el 25% del PIB de Tarragona.