Diari Més

Los socorristas piden no ser «la policía de la playa»

Reclaman también falta de personal

Dos socorristas de la Cruz Roja patrullando por la playa de l'Arrabassada de Tarragona durante este agosto.

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Los socorristas reclaman que a sus tareas de vigilancia no se añada este verano la de convertirse en «policías de la playa» con las nuevas medidas de distanciamiento social y reclaman garantías para poder realizar sin riesgos rescates en el agua, han explicado.

Ramsés Martí, profesor de salvamento y asesor de servicios de vigilancia municipal, ha advertido que él y sus compañeros «tienen muchas dudas y preocupaciones» sobre cómo se va a desarrollar su tarea este verano en las playas debido a la pandemia.

El salvamento es una competencia municipal que en el 90 % de los casos está externalizada, una discrecionalidad que añade aún más incertidumbre al sector, que reclama instrucciones de las autoridades lo más concretas posibles.

«No sabemos si tendremos EPIs adecuados para el rescate acuático, qué aforo habrá en las playas y qué tareas se esperan de nosotros», ha explicado Martí, quien ha querido insistir en que «si se vigila el agua, no se puede a la vez controlar las distancias de seguridad en la arena».

«No podemos asumir la tarea de policía de la playa», ha señalado el socorrista, en la misma línea de otros compañeros, que recuerdan que no son autoridad pública para multar ni prohibir y que esas tareas son más propias de agentes cívicos o policía local.

Martí, que vigila las playas de Calafell, ha insistido en que, si bien los bañistas sí que les reconocen cierta autoridad en el agua, no pasa lo mismo en la arena.

Otro compañero, José Carlos Rubio, que suele trabajar en las playas del Estartit (Girona) y Coma-ruga, se pregunta también cómo poder realizar un rescate en condiciones manteniendo medidas de prevención ante el coronavirus.

Pide que las autoridades aclaren cuál es el material adecuado y necesario, para que no quede solo a discreción de cada empresa qué se compra y qué no, y recuerda que ya desde hace años se vienen reclamando materiales por higiene, como máscaras de buceo y tubos o balones de resucitación.

«En muchos ayuntamientos se busca siempre ahorrar en agentes locales en la playa y que asuman esas tareas los socorristas. Pero no es tan sencillo, porque no se pueden hacer dos cosas a la vez. Lo que hace falta es más personal», ha añadido el joven, de 28 años, que se muestra escéptico sobre que este verano vayan a recibir un plus de peligrosidad por su tarea.

Por su parte, Francisco Cano, Director de Prevención y Seguridad de la Real Federación Española de Salvamento, ha señalado que está «preocupado» y a la «expectativa» de que avance la situación y se concreten medidas, «porque con las condiciones actuales y la necesidad de mantener las distancias de seguridad sería difícil llevarlo a la práctica».

A priori, dice ver complicado el uso de mascarilla, al menos al entrar en el mar, y destaca la necesidad de que se facilite gel desinfectante suficiente para el personal y para el material de salvamento.

Para las reanimaciones ve imprescindible dotar a los socorristas con materiales de «método barrera» para realizar las reanimaciones cardiopulmonares.

Sobre si deben o no asumir tareas de vigilancia de comportamientos imprudentes en la arena, ha apuntado que ya hace tiempo que ayudan a prevenir y advertir de malas conductas en la playa, si bien si se añaden nuevas tareas será necesario añadir también más personal.

Y más allá, ha recordado en ese sentido la «ndefensión» que supone que los socorristas no sean reconocidos como autoridad, sin posibilidad de prohibir o multar.

A semanas de que llegue una fase del desconfinamiento que permita un uso recreativo de las playas, aunque con aforo restringido, algunas ciudades como Barcelona ya han empezado a tomar medidas de control de la arena y el agua.

Desde hace una semana, coincidiendo con la apertura de playas para realizar deporte, cada playa de Barcelona tiene dos accesos establecidos, para controlar la entrada y evitar aglomeraciones, que vigila la Guardia Urbana.

Por ahora, eso sí, no hay socorristas ni tampoco funcionan los aseos ni las duchas, que se han cerrado por seguridad.

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