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Agricultura

Los campesinos de la avellana de Tarragona vuelven a sacar los tractores a la calle para reclamar al Estado ayudas al sector

El subdelegado del gobierno español trasladará las reivindicaciones al Ministerio e instará a revisar los mercados

Tractorada i concentració dels pagesos de l'avellana davant la subdelegació de Tarragona

Los campesinos de la avellana de Tarragona vuelven a sacar los tractores a la calle para reclamar al Estado ayudas al sectorGerard Martí

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Los campesinos de la avellana de Tarragona han hecho una nueva tractorada para reclamar, esta vez al Estado, que se implementen ayudas al sector de la avellana, que ha registrado esta campaña una de las peores cosechas de los últimos años. Convocados por Unió de Pagesos, una treintena de tractores han salido del Morell y se han desplazado hasta la subdelegación del gobierno español en Tarragona, a la plaza Imperial Tàrraco, que han bloqueado. Los campesinos se han reunido con el subdelegado, Joan Sabaté, que se ha comprometido a trasladar las reivindicaciones en el Ministerio de Agricultura, que ve «razonables», pero al mismo tiempo ha avisado de que las ayudas directas «están limitados» por la UE. Por otra parte, instará a hacer un control de mercados para comprobar si en la lonja de Reus «hay voluntad monopolística o fraude al fijar los precios».

Las adversidades climatológicas –viento, calor extremo o lluvias en tiempo de cosecha- han hecho que esta última campaña de la avellana sea la peor que se recuerda, con sólo un 30% de la producción media habitual. Además, la devaluación de la moneda turca, gran país productor, ha hecho descender el precio internacional de esta fruta seca y ha arrastrado también a los campesinos catalanes.

«Si la Generalitat pone todo lo que puede y vemos que falta tanto dinero, tendremos que hacer presión al gobierno español», ha explicado el responsable de fruta seca de Unió de Pagesos, Rafel Español. «No es que lo pidamos, es que se necesita», ha defendido Español, que dice que hace falta que la administración sea consciente de que, inmediatamente, hace falta un plan de choque de tres años pero que también tienen que ver que el sector de la avellana «es viable porque lo es en Francia, en Italia y en todas partes». «¿Cómo es que nosotros tenemos unos precios más bajos? Tendremos que hacer presión para que el sector pueda tener las mismas oportunidades que el resto de europeos», ha añadido.

Entre las medidas que reclaman los campesinos está la recuperación de la ayuda de 120 euros por hectárea, la ayuda de mínimos de 280 euros por hectárea durante tres años, la adecuación de los módulos del IRPF, medidas concretas para los jóvenes incorporados al cultivo del avellanar y créditos a interés 0 a tres años. El objetivo para el sector es mantener las hectáreas y recuperar algunas fincas. En el Camp de Tarragona quedan unas 9.000 hectáreas de avellanos –en Gerona, 1.000 hectáreas-, pero este dato puede ir disminuyendo si no se implementan medidas, según el sindicato. «Da pena porque sales del Morell y ves fincas que se han abandonado este año, con tres o cuatro hectáreas y las avellanas por terminar», ha dicho Español.

Por otra parte, Unió de Pagesos también quiere que se ayude a los jóvenes agricultores recién incorporados al sector, y también captar nuevos. A la protesta ha participado Roser Domene, una joven campesina de la Selva del Camp que se ha incorporado al sector de lleno desde hace un año, aunque su familia se dedica «de toda la vida». Domene ha apuntado que los préstamos a interés cero «serían una gran ayuda» porque «es bastante difícil empezar, sobre todo si eres joven y no tienes demasiada cosa» y todavía más si coincide con una campaña «de las peores, con viento cuando tocaba y mucha lluvia». En esta línea, ha exigido «voluntad política» para ayudar un sector «olvidado». «Todos tenemos que comer y la comida sale de la tierra», ha reivindicado.

Después de reunirse con los campesinos, Sabaté, que ha afirmado que siente «total simpatía» por las reivindicaciones, se ha comprometido a mover ficha para que el gobierno español implemente alguna de las medidas propuestas por el sector. Cree que son «razonables» la mayoría de puntos que reclaman, como las ayudas por hectárea o el aplazamiento de IRPF. Sin embargo, el subdelegado ha recordado que el Estado se mueve «dentro del marco de la Unión Europea» y que las ayudas en agricultura están «limitadas». «Iremos hasta donde se pueda llegar», ha garantizado.

Con respecto a los precios, «en un momento de crisis importante», Sabaté ha emplazado al gobierno español y a la Generalitat a actuar con el Observatori de Preus –en el ámbito catalán- y mediante autoridades de la competencia –en el ámbito español. «No sea cosa que se vulneren los normas de competencia con políticas monopolísticas», ha añadido Sabaté, que dice que esta es una de las cuestiones que más inquieta el sector de la avellana. «Si se evidencia fraude a la hora de establecer precios, se tendría que actuar», ha concluido.

Los campesinos ya celebraron una tractorada a finales de enero. En aquella ocasión, del Morell fueron hacia los servicios territoriales de Agricultura en Tarragona, donde se reunieron con el director, Àngel Xifré. En una reunión posterior con la consellera, el Govern se comprometió a conceder ayudas extraordinarias para paliar la crisis y buscar «ayudas propias» o pedir al gobierno español. También se acordó facilitar una línea de crédito a través del Institut Català de Finances (ICF) a los jóvenes que se han incorporado al sector los últimos cinco años. Al fin y al cabo, sin embargo, está pendiente de concretar antes de que acabe el mes.

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