Diari Més

Laura Recha: Gerente de la Asociación ASPERCAMP

«Las mujeres desarrollan unas habilidades que hacen difícil el diagnóstico de Asperger»

La asociación ASPERCAMP ha dedicado el Día Internacional del Síndrome de Asperger al Asperger en femenino

Laura Recha a la seu d'ASPERCAMP a Tarragona.

«Las mujeres desarrollan unas habilidades que hacen difícil el diagnóstico de Asperger»C. S.

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— ¿Por qué este año han centrado el foco de atención a las mujeres que sufren Asperger?

—Ya hace unos cuatro años que aprovechamos que el 18 de febrero es la fecha el nacimiento del pediatra austríaco Hans Asperger, que empezó el estudio de niños con dificultades de sociabilidad y comunicación, así como intereses restringidos, para hacer esta acción. Este año lo hemos dedicado al Asperger en femenino, porque las mujeres son la cara más oculta de un trastorno que, por sí mismo, ya lo es: a nivel social hay un poco de malentendido. Como el Asperger entra dentro del espectro autista, parece un trastorno mucho más grave de lo que es en realidad.

—¿Qué singulariza el Asperger femenino?

—Hasta el momento, los especialistas han detectado que el Asperger tiene una prevalencia superior en los hombres, para cada cuatro o cinco hombres, hay una mujer. Pero al mismo tiempo se han dado cuenta de que las mujeres desarrollan unas habilidades sociales que hacen que sea más difícil de diagnosticar. Nos estamos encontrando, también en la asociación, con que cada vez vienen más mujeres adultas que han pasado por varios diagnósticos, o que se están tratando por depresión, trastornos alimenticios o ansiedad, cuando en realidad pueden entrar dentro del Síndrome, y no están siendo correctamente diagnosticadas.

—¿Qué dificulta el diagnóstico en las mujeres?

—Las mujeres tienen una habilidad natural para imitar al resto. Ellas desarrollan esta habilidad, al principio de manera inconsciente y, más adelante, sabiendo que lo están haciendo como un mecanismo para encajar. Pero el hecho de estar actuando les puede generar ansiedad, trastornos de la alimentación o depresión, porque tienen la conciencia de estar haciéndolo. Las personas diagnosticadas con Síndrome de Asperger no tienen discapacidad intelectual, tienen un coeficiente intelectual igual o superior a la media, por lo tanto hay una conciencia de la diferencia.

—Afirman que las personas con Asperger son invisibles.

—El Síndrome de Asperger no es una enfermedad, es una condición diferente, una forma de procesar la información diferente. Decimos que son invisibles porque físicamente no se nota nada. Las personas con Asperger pueden pasar por personas tímidas o que socializan poco. Cuando son niños, puedes pensar que son maleducados o que tienen falta de límites y, cuando son adultos, muchos han desarrollado mecanismos que hacen que, si no profundizas mucho, no te des cuenta de que tienen esta dificultad.

—¿En qué ámbito es más habitual que se haga el diagnóstico?

—Depende, cada persona tiene una historia diferente. Ensenyament no ha dado a la Universidad ningún mecanismo que pueda ayudar a diagnosticar el trastorno. Depende mucho del profesional. Ha habido familias que se han dado cuenta que insistimos mucho, como en nuestro caso, al pediatra porque vemos que algo no va bien. Hay personas que se han autodiagnosticado, han visto que eran diferentes y han pedido ayuda.

—Una vez se tiene el diagnóstico, ¿qué asistencia necesitan?

—Necesitan un seguimiento con un neurólogo en caso de que haga falta medicación. El trastorno en sí no requiere medicarse, pero los efectos que genera, como la ansiedad o la depresión, sí. A partir de aquí, se tiene que seguir una terapia cognitiva-conductual con psicólogos especializados y que ofrezcan un acompañamiento psicológico que les dé herramientas para reducir la ansiedad, porque son personas con un estrés muy elevado: tienen la sensación que no encajan a la sociedad, y que nuestra lógica no es la suya.

—¿De qué manera les es prestada, esta asistencia?

—Hasta los seis años, los Centros de Desarrollo Infantil y Atención Precoz, CDIAP, les ofrecen una atención continuada. De los seis años en los dieciocho pasan al CSMIJ (Centros de Salud Mental Infantil y Juvenil), y después en el CSM, donde ya tienen una atención más espaciada. Este es uno de los motivos por los cuales ha nacido nuestra asociación, suplir las carencias que tienen los nuestros, tanto a nivel sanitario como formativo. También hacemos difusión para que la sociedad tome conciencia de lo que representa tener el Síndrome de Asperger.

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