«Todavía me reconozco en el Tomeu de los inicios, creo que no he cambiado tanto»

—Su último trabajo publicado es un triple CD que recoge 50 temas de toda su trayectoria, que cuenta con más de 300 canciones. ¿Cómo ha hecho la elección?

—Teniendo tantas canciones, por una parte es difícil, pero por la otra es muy fácil. Lo que he hecho para escogerlas es no pensar en mí, sino en el público. Son canciones que pueden gustar a gente de mediana edad, también en los más jovencitos, gente que no había oído algunas canciones que hace años que están descatalogadas... que puedan conocer la trayectoria de Tomeu. Quizás lo más importante de este disco ha sido escoger las canciones en que se puedan reconocer todas las edades. Me costó, pero al final lo hice en dos días.

—El disco incorpora pues canciones que no se pueden encontrar en ningún sitio más.

—Hay canciones que se han convertido, como aquel que dice, en estándares, como Mallorquins i catalans, Rock&Roll (els millors anys), M’agrada es rock, o El dimoni dins jo. Veo que gustan mucho a la juventud pero no las tienen, porque estaban descatalogadas. Ahora, con este disco, se han vuelto a catalogar.

—Hay canciones de sus primeros trabajos. ¿Reconoce Tomeu Penya de entonces?

—Es diferente, los primeros años lo que tenía que hacer era recuperar el folk y las raíces mallorquinas. Lo que pasa es que lo compuse con otro ritmo, otro estilo, que era el mío, el de Tomeu Penya. Pero si lo piensas bien, es exactamente el mismo Tomeu de ahora, sólo que la técnica está más adelantada. Yo creo que no he cambiado tanto.

—Este trabajo es un recorrido por su camino musical, pero también por el vital.

—Mi historia es muy larga, empecé a los quince años en grupos que tenían que vivir del turismo que había llegado a las Islas de una manera masiva. Habían de menester grupos para las salas de fiesta. Poco a poco fui pasando por todos los estilos hasta que me encontré capacidad para hacer mis propias canciones y hacer un cambio, de la música anglosajona a la música en mallorquín, con un estilo diferente de lo que se había hecho hasta entonces. Y ahora ya es 36 años de cantautor.

—Este sábado tocará al Casino de Constantí. ¿Cuál formado de concierto hará?

—Será muy familiar. La gente podrá hablar conmigo y yo hablaré con la gente, y explicaré muchas cosas. Tengo tantas y tantas canciones a mi repertorio que haré el que el público quiera que haga. Si alguien quiere alguna canción, le cantaré. Será muy familiar y muy agradable, eso lo puedo asegurar.

—Subir a un escenario sigue siendo emocionante?

—Para mí, pisar un escenario es un momento importante. El escenario lo respeto tanto que para mí es sagrado, y quiero que todo vaya bien. Siempre tienes aquella responsabilidad y aquella pizca de nervios para saber si todo se marchará bien, si el sonido será perfecto, si la guitarra sonará cómo tiene que sonar... Pero es lo único, porque estoy muy seguro de mí mismo y también estoy muy seguro del público.

—Su público reúne ya unas cuantas generaciones.

—Cada actuación es muy satisfactoria en este sentido. Gracias a la suerte, a Dios o a no sé quien|quién, estoy reuniendo a cada concierto una mezcla de gente muy diferente. Niños de ocho a diez años, mujeres hechas de veinticinco, gente de cuarenta, sesenta, y eso es una gran satisfacción que me hace sentir muy orgulloso de mi trabajo.

—El próximo disco ya está en camino?

—Sí, antes de que salga un disco siempre estoy preparando otro. No sé vivir sin componer, y como el mundo va tan rápido siempre pasan cosas. El secreto es saber aprovecharlas y escribir y cantar lo que pasa en aquel momento, que también es lo que me pasa a mí. Yo siempre estoy preparado para hacer discos y actuaciones.