Cónclave
Fumata blanca: ¡Habemus Papam!
La identidad del nuevo pontífice y el nombre que adoptará se anunciarán en unos minutos desde el balcón de la plaza de San Pedro

Sale humo blanco de la chimenea de la Capilla Sixtina
Los 133 cardenales reunidos en el Vaticano han elegido al nuevo Papa en el segundo día de cónclave y a la quinta votación. La fumata blanca se ha empezado a ver poco antes de las 18.10 horas de este jueves después de dos de negros miércoles a la noche y jueves por la mañana. La euforia se ha desatado tan pronto como se ha distinguido que el humo era blanco en una plaza de San Pedro del Vaticano llena a tope. La identidad del nuevo pontífice, que ha conseguido los apoyos de, como mínimo, dos terceras partes del colegio cardenalicio se sabrá en los próximos minutos, así como el nombre que adoptará. Se espera que el protodiácono entone la frase 'Annuntio vobis gaudium magnum: habemus papam', para confirmar la elección, y que el elegido salude en la plaza.
Dos fumatas negras han precedido la blanca en un cónclave que ha durado dos días, igual que las elecciones de Francisco (cinco votaciones) y de Benedicto XVI (tres votaciones). En el caso del nuevo pontífice, han hecho falta cinco votaciones para llegar a un entendimiento entre los cardenales. La elección del papa Pío XI, el año 1922, se mantiene hasta ahora como la más larga del último siglo y medio: el cónclave se alargó cinco días, durante los cuales los cardenales necesitaron 14 votaciones antes de que su nombre obtuviera bastantes apoyos.
El nuevo papa ha obtenido como mínimo dos tercios de los apoyos
Les votaciones son por escrutinio secreto, que se tiene que mantener también a posteriori, así que no se sabrán los resultados de manera oficial. No obstante, con toda seguridad un candidato ha alcanzado los apoyos de como mínimo 89 de los 133 presentes, es decir, más de dos tercios de los electores. Los participantes del escrutinio sólo son los cardenales menores de 80 años y, aunque no hay formalmente restricciones sobre la identidad del papa, se espera que uno de ellos sea quien se convierta en el nuevo sucesor de san Pedro.
Según la normativa que regula el cónclave, 'Universi dominici gregis', promulgada por Juan Pablo II en 1996, una vez un cardenal recibe bastantes apoyos, el primero de los cardenales, por orden y antigüedad, pregunta al escogido si acepta ser el nuevo sucesor de San Pedro y, justo después, le pregunta qué nombre escoge. Acto seguido ya se lo considera sumo pontífice y obispo de Roma, y el cónclave se disuelve, excepto si el nuevo pontífice dispone alguna otra cosa. Gracias a una crema de las papeletas y una serie de componentes químicos, las votaciones fallidas se anuncian en el exterior con una columna de humo negra que sale de la Capilla Sixtina –dónde se hacen las deliberaciones– mediante una chimenea, la fumata negra y, cuando es exitosa, la columna de humo es blanca.
Se prevé que unos minutos después de la fumata blanca, o como mucho una hora después, la tradicional fórmula 'Annuntio vobis gaudium magnum habemus papam' será la escogida para anunciar en el mundo, desde un balcón central de la basílica de Sant Pere, a la cual es el nuevo papa. Significa, en latín, "os anuncio una gran joya: tenemos papa", y acto seguido se explicará quién ha sido el elegido y qué nombre adoptará como sucesor de santo a Pere. El nuevo pontífice dará nada más después una bendición 'urbi et orbi'.