Sociedad
Un cónclave corto y marcado por los cardenales escogidos por Francesc: la previsión de los religiosos catalanes
Armand Puig dice que hay dos corrientes de electores y Quim Erra apunta que los pasos dados por el papa son irreversibles

El féretro del papa Francisco saliente de la basílica de Sant Pere del Vaticà
Armand Puig y Quim Erra son dos catalanes con experiencia y voz en el Vaticano. Uno es presbítero, doctor en Ciencias Bíblicas y presidente de una agencia de la Santa Sede por la calidad universitaria, el otro viene del mundo sanitario y ejerce de consejero al gobierno de la orden de San Juan de Dios.
Los dos encaran el cónclave para escoger al nuevo papa con esperanza y dos ideas claras: el proceso no será muy largo y estará marcado por los votos de los cardenales designados por Francisco.
Tal como explica Monte a la ACN, no hay «ningún nombre cerrado», a pesar de que sí que hay una «dualidad» entre los prelados aperturistas y los conservadores. Yerra, además, cree que la mayoría de electores opinan que los cambios hechos por Francisco «no tienen marcha atrás».
«No veo a ninguna persona ya definida para ocupar la sede de San Pedro, más bien creo que hará falta que los cardenales vayan viendo y eso durará unos cuantos días, hasta que abra el cónclave, que será entre el 5 y el 8 de mayo, y entonces veremos cuántos días tarda en salir la famosa fumata blanca, es decir, que hayan escogido a alguien y que este haya aceptado», apunte Monte desde su residencia en el barrio de Trastevere. Según su opinión, el proceso no será largo porque los electores no querrán proyectar «una imagen de falta de concordia y entendida».
«Rápidamente, se definirán nombres, dos o tres, y al final, como pasa a menudo en votaciones así, se escogerá entre dos», prevé este experto. Preguntado por la existencia de varias 'familias' entre los cardenales, él quita importancia a la división, pero admite que históricamente ha habido visiones variadas dentro del catolicismo y la curia.
«En todo grupo humano hay los que querrían correr más y los que menos, los clásicos y los avanzados, los que empujan, y los que alertan. Cuando hablamos de la iglesia hablamos de una institución que tiene siglos y siempre ha tenido esta dualidad de visiones», detalla.
«Francesc era de los del espíritu de abertura, Ratzinger parecía de los de frenar, pero en temas como los abusos, por ejemplo, fue adelante con mucha fuerza. Es decir, las características que tienen los hombres que están llamados a dirigir la iglesia no son de un solo color, tienen un color, pero matizado por otros», destaca Puig.
El cónclave, un ejercicio «espiritual»
Por su parte, Yerra subraya que el cónclave para escoger a un nuevo papa no se tiene que leer como un acto a «humano», una elección normal, sino un ejercicio «espiritual» donde, además de diálogo, también hay plegaria. «Les personas que escogen tienen que ver el perfil más adecuado por nuestro mundo de hoy. Ante eso, esperanza y total confianza, porque los creyentes pensamos que el Espíritu Santo está vivo y hace en su trabajo», indica también desde Roma.
Sobre el perfil de los cardenales que dentro de unos días se encerrarán en la Capilla Sixtina para escoger al próximo pontífice, Yerra reconoce que, como todas partes, hay «extremos», pero la mayoría apuesta por la fraternidad y la línea del papa Francisco. «Les maneras de hacer las cosas cambian y cada uno tiene su huella, pero diría que no es un tema de preocupación», expone recordando que hasta el 80% de los cardenales se nombraron bajo el mandato de Francisco y además, muchos vienen de zonas dispersas y periféricas del mundo.
Nueve días de duelo
Aunque la fecha de inicio del cónclave todavía es incierta, lo que ya se sabe es que después del funeral de Francisco la Iglesia católica inicia un periodo de nueve días de duelo, conocido como 'novendialis'. Durante este periodo, se celebrarán misas en sufragio por el alma del pontífice, cada una dedicada a un colectivo diferente: la Capilla Papal, los fieles del Vaticano, la diócesis de Roma, la Curia Romana, las Iglesias Orientales, los religiosos y otras instituciones eclesiales.
En este tiempo de pausa, los cardenales y los nombres más relevantes de la iglesia mantienen todo tipo de encuentros y reuniones donde, poco a poco, se van definiendo las prioridades y características que tendría que tener el nuevo papa. Pasado este margen, se iniciará la fase de cónclave, cuando sólo se vota y reza.
En este proceso participarán los 133 cardenales que pueden votar, es decir, los que tendrán menos de 80 años el día que empiece la elección. Tal como explican fuentes eclesiásticas a la ACN, los prelados no votan en representación de nadie, ni países, ni grupos, ni órdenes, y atienden sólo su intuición y la inspiración que les llegue a través de la oración.
El número de hombres que escogerán al nuevo pontífice es superior al límite de 120 fijado por Juan Pablo II en 1996, en una norma que da entre 15 y 20 días desde la muerte del Papa para al inicio del cónclave. Así, la sucesión de Jorge Mario Bergoglio empezará entre el 6 y el 11 de mayo en la Capilla Sixtina de San Pedro del Vaticano. Les discusiones darán paso a tantas votaciones como sea necesario hasta alcanzar un consenso mínimo de dos tercios de los cardenales en torno a un nombre. La 'fumata blanca' será la señal de que ya está nuevo Papa.
Colegio Cardenalicio
Según los últimos datos, el 39% de los cardenales que pueden ser escogidos son europeos, mientras que los asiáticos son los segundos con mayor presencia (17%), por delante de los africanos (13%), los de la América del Sur (13%) y los de la Norteamérica (12%). Los cuatro de la Centroamérica y los cuatro originarios de Oceanía representan en total el 6% del total de los cardenales elegibles.
Por países, Italia sigue siendo la nación que aportará más candidatos a suceder a Jorge Mario Bergoglio, con 17 de los 135 papables, mientras que los Estados Unidos son los segundos, con 10, y el Brasil tercero, con 7. El cardenal y arzobispo de Barcelona, Joan Josep Omella, es lo único elegible entre las diócesis catalanas. El candidato más joven es Mykola Bychok, un prelado ucraniano que ejerce en Melbourne (Australia) y que fue nombrado cardenal por el papa Francisco el diciembre pasado.
De hecho, hace cuatro meses Francisco escogió una veintena de nuevos cardenales, y con estas incorporaciones, 108 de los 135 elegibles, un 80%, han sido escogidos por el líder de la Iglesia católica muerto el lunes. El resto fueron nombrados por Benedicto XVI, excepto tres que lo fueron por su predecesor, Juan Pablo II. Los cardenales mayores de 80 años también pueden asistir a las reuniones preparatorias del cónclave, pero no votar.
Romper el silencio del cónclave puede llevar a la excomunión
Con el fin de las exequias para Francisco, el Colegio de Cardenales ya puede poner fecha para el inicio del cónclave. En el día marcado, se celebrará por la mañana la misa votiva 'Pro eligiendo Papa' en la Capilla Paulina del Palau Apostólico, en el Vaticano, y después los cardenales se desplazarán por la tarde a la Capilla Sixtina, donde harán un juramento sobre el secreto de las deliberaciones.
La normativa es muy estricta en este punto, ya que «se tendrán que abstener de mantener correspondencia epistolar, telefónica o por otros medios de comunicación con personas ajenas» al proceso hasta que no haya un nuevo Papa. Si alguno no lo hiciera, podría afrontar la excomunión de la Iglesia católica. El crimen de la simonía –comprar votos– también será motivo de excomunión.
Aquellos que no participen del cónclave que se encuentren con los cardenales durante el proceso tienen «absolutamente prohibido» mantener conversas. En más, la Capilla Sixtina y otras zonas destinadas a celebraciones litúrgicas relacionadas con la elección del nuevo pontífice «tienen que estar cerrados a las personas no autorizadas».
El reglamento también dice que si algún cardenal con derecho al voto se negara a participar o querría marcharse a medio cónclave, ya no podrá ser readmitido, excepto si el motivo es de enfermedad «reconocida bajo juramento por los médicos y comprobada por la mayoría de los electores».
Escrutinio secreto y sin límite de votaciones
Con respecto a las votaciones, que son por escrutinio secreto, empezarán una vez quede claro que todo el mundo acepta iniciar el proceso y nadie tiene dudas sobre el funcionamiento, ya que se celebrará una votación la misma tarde que arranque el cónclave. A partir de entonces, si la elección no ha sido exitosa en el primer escrutinio, se harán dos votaciones cada mañana y dos cada tarde en los días sucesivos, hasta que como mínimo dos terceras partes de los elegibles apoyen a la misma persona.
Gracias a una crema de las papeletas y una serie de componentes químicos, las votaciones fallidas se anuncian en el exterior con una columna de humo negra que sale de la Capilla Sixtina mediante una chimenea, la 'fumata negra'. Cuando hay una votación exitosa, la columna de humo es blanca – 'fumata blanca'. Eso precede el anuncio del desenlace con la frase 'Habemus Papam' en el balcón de la Basílica de San Pedro.