Salud
La Sociedad de Neumología alerta sobre los riesgos del humo de los incendios forestales y pide protegerse
Los grandes fuegos en el noroeste de la Península han disparado las emisiones de carbono en España

Imagen del satélite del humo de los incendios a la altura de Cataluña.
La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) alerta la población sobre los riesgos para la salud asociados a la exposición al humo y recuerda que los colectivos más vulnerables son los niños, las personas mayores, las mujeres embarazadas y los pacientes con enfermedades respiratorias o cardiovasculares, ante los grandes incendios forestales que queman desde hace días en el noroeste de la Península.
La sociedad científica recomienda medidas de protección para la población de las zonas afectadas como evitar la exposición quedándose en interiores con las ventanas cerradas y utilizar mascarillas N95 o FFP2, ya que las quirúrgicas no filtran las partículas. Con todo, incluso estas mascarillas no garantizan una protección total ante el humo.
También recomienda mantener una hidratación adecuada para proteger las vías respiratorias y evitar la actividad física al aire libre, ya que el esfuerzo incrementa la inhalación de contaminantes. SEPAR recuerda que hay que extremar las precauciones incluso después de que se hayan extinguido los incendios, ya que las partículas en suspensión permanecen en el aire y siguen representando un riesgo para la salud.
La sociedad científica hace esta alerta en un comunicado ante los incendios forestales que devoran Ourense, León, Cáceres y otros territorios y que han disparado las emisiones de carbono a España al nivel máximo desde, como mínimo, el 2003, cuando el Servicio de Supervisión de la Atmósfera (CAMS) de Copernicus empezó a monitorar este parámetro.
El humo de los incendios contiene partículas finas (PM2.5), gases irritantes como el monóxido de carbono, óxidos de nitrógeno y compuestos orgánicos volátiles, así como otras sustancias tóxicas. La exposición en estos contaminantes puede causar efectos agudos que van desde la irritación ocular, nasal y de garganta, la tos o la dificultad para respirar, hasta crisis de asma, broncoespasmos severos, infecciones respiratorias o descompensaciones en pacientes con enfermedad respiratoria crónica. Incluso las personas sin patologías previas pueden sufrir una disminución de la función pulmonar o dolor torácico como consecuencia del contacto con el humo, advierten desde SEPAR.