Sociedad
El Govern refuerza una red de grupos de conversación en catalán que aspira a atender a 2.400 personas
Política Lingüística subvenciona con 150.000 euros un proyecto de CAL falta que quiere llegar a los 300 grupos

Una sesión del proyecto 'Charlamos juntos' de la Coordinadora de Asociaciones por la Lengua Catalana en Barcelona
Política Lingüística reforzará con 150.000 euros el proyecto «Charlamos juntos» de la Coordinadora de Asociaciones por la Lengua Catalana (CAL). De acuerdo con el Plan Nacional por la Lengua de incrementar la oferta de formación de lengua catalana, con esta medida se quiere crear más de una sesentena de grupos– llegando prácticamente a los 300 – y atender a unas 2.400 personas. «Lo charlamos Juntos» reúne futuros parlantes, según su nivel. Desde aquellas personas que parten de un desconocimiento absoluto del catalán, las que tienen bastante comprensión, pero no lo hablan y aquellas que les falta fluidez. Para una de las participantes, Rocío Ríos, aunque la escritura «es el más difícil», mejorar el catalán es indispensable para poder «integrar» se.
Con la aportación económica, el Gobierno se propone garantizar la expansión del modelo del proyecto «Charlamos juntos» de la CAL falta con la coordinación y el seguimiento de los grupos de conversación. Se trata de un proyecto que promueve espacios de encuentro y de comunicación de personas adultas en catalán. Con un carácter no formal, personas que aprenden la lengua se encuentran simultáneamente cada semana con voluntarios catalanohablantes para practicar el habla.
Este encuentro semanal facilita a los asistentes hablar en catalán y de recibir las ayudas que les haga falta por parte de las personas dinamizadoras para hacerlo con eficacia y corrección. Desde su creación en el 2007, «Charlamos juntos» acumula pericia con una metodología, formación y materiales experimentados, elaborados de manera autónoma y fácilmente adaptables a diferentes entornos sociales.
Actualmente, la CAL impulsa por toda Cataluña 230 grupos de conversación con gran diversidad de ámbitos sociales, en zonas urbanas y rurales y en modalidad presencial y en línea. En general, los participantes habituales del programa suelen ser personas que viven en zonas con bajo nivel de uso del catalán que no acceden a la educación formal y quieren un entorno para practicarlo.
Para adaptarse a la situación de cada participante, el programa ofrece tres niveles con sus correspondientes materiales pedagógicos. El primero es «Juntos», para aquellas personas que sufren un desconocimiento absoluto del catalán y, en algunas ocasiones, también del castellano. «Juntos vanzado», para aquellos que tienen bastante comprensión, pero no lo han hablado nunca y «charlamos» para aquellos individuos de que lo hablan, pero todavía tienen carencias de fluidez o de bagaje lingüístico.
Conjurados por la integración
Con la llegada de las vacaciones de verano, la sede de la CAL en la calle Olzinelles de Barcelona se prepara para despedir el curso con la veintena de personas que sigue la última sesión. Los guías de conversación, las personas voluntarias de la entidad, se sientan en las mesas con todo tipo de materiales en torno a las tradiciones catalanas, la organización de la sociedad o las diferentes maneras de saludar en catalán. Conscientes de que la conjugación de los verbos es uno de los aspectos que preocupa más a los participantes, los guías de conversación ayudan a los alumnos y los corrigen. La mayoría de participantes se dirige a estas clases de conversación para poder «integrar» se mejor en la sociedad catalana. «He venido con muchos ánimos de integrarme en la sociedad española y catalana», ha explicado Rocío Ríos, originaria del Perú.
Les últimas semanas han centrado los esfuerzos a conjugar los verbos catalanes y reforzar la lectura. «La escritura es el más difícil porque la lectura la puedo combinar un poco con el castellano», ha reconocido Ríos.
Desde que llegó de México, Gerónimo García decidió aprender a hablar catalán «como una herramienta para comunicarme con el resto». «El más difícil son los verbos, la conjugación es un poco difícil. Pero lo único que tengo que hacer es practicarlo tanto como puedo», ha afirmado. «Aprender catalán puede ser un poco difícil, pero depende de la voluntad de cada uno. A mí me gustan mucho las lenguas y tengo cierta facilidad para aprender», ha sostenido.
El Encaración Evina ha explicado que en estas sesiones de conversación los han enseñado a hablar en catalán, la historia de Barcelona y a moverse por la sociedad catalana. «Lo más complicado es hablar. Uno puede leer y escuchar, pero hablar es el más difícil», ha asegurado Evina. Después de haberse instalado en Cataluña al marcharse de Guinea Ecuatorial, Evina quiere aprender en catalán «para integrarse en la ciudad». «Cuando llegas a un país que no es el tuyo, el primero es integrarse en la sociedad. Por eso estoy aprendiendo a hablar en catalán», ha recordado.
«Enseñando se aprende mucho»
Rosa Soldevila es una de las voluntarias de la CAL que a lo largo del curso ha hecho de guía de conversación. «Siempre digo que enseñante se aprende mucho porque yo aprendo mucho de ellos. Yo intento darles mi cultura y ellos me explican la suya. Es un enriquecimiento común», ha defendido Soldevila.
Si bien cada nivel tiene material pedagógico propio, a menudo hace falta hacer volar la imaginación e improvisar los contenidos. «Tengo un grupo con personas de Afganistán y el Yemen. La interacción es difícil porque tienen idiomas muy diferentes con un alfabeto diferente del latín», ha explicado. «Es estimulante, pero te tienes que poner en su piel. Lo afrontamos porque ellos están muy implicados», ha constatado la voluntaria.
El grupo de personas que Soldevila acompaña son individuos que no tienen ningún conocimiento de catalán y, prácticamente tampoco de castellano. «Les enseñamos el más básico. Les saludos y la comida, y poco a poco vamos incorporando cosas nuevas», ha detallado. «Como tenemos dificultad para entendernos acostumbramos a hacer mucha mímica y los damos elementos que llamen mucho la atención», ha concretado.
Soldevila ha lamentado, sin embargo, que cuando los participantes de los grupos de conversación salen en la calle «nadie» los habla en catalán porque los ven «diferentes». Una situación que no ayuda a los nuevos hablantes a mejorar su dominio lingüístico.
Apostar por «todas las vías» para aprender catalán
El conseller de Política Lingüística, Francesc Xavier Vila, ha explicado que ante un momento en que crece la demanda de lengua catalana porque hay «mucha gente que quiere aprenderla», se apuesta por «todas las vías posibles para facilitar el aprendizaje del catalán». Por eso, el ejecutivo incrementa los recursos para hacer catalán al Consorcio para la Normalización Lingüística, a las escuelas de adultos y a las entidades. «Trabajamos con las entidades porque la sociedad civil es muy potente a la hora de crear vínculos con la gente que está llegando y a la hora de facilitarles la entrada en la lengua catalana. Todas las vías son útiles, todas las vías son buenas para incrementar el acceso a la lengua», ha asegurado el conseller en declaraciones a la Agencia Catalana de Noticias (ACN).
Vila ha subrayado que la medida persigue uno de los objetivos del Plan Nacional por la Lengua de conseguir a 100.000 usuarios nuevos de la lengua cada año. «Eso pide una movilización de todas las administraciones, de la sociedad civil y también de los particulares, porque la manera de aprender la lengua es practicarla.», ha argumentado.
En este sentido, ha insistido en que la ciudadanía tiene que ayudar a los nuevos hablantes y no «bloquearles la posibilidad de aprender catalán». «La mejor manera para aprender una lengua es lo que estamos haciendo aquí, justamente, encontrar personas que conversan contigo en catalán. Y poco a poco, se van aprendiendo primero las primeras palabras, después las primeras construcciones, y se acaba hablando la lengua cada vez con más fluidez», ha afirmado.
Después de participar de la última sesión antes de vacaciones de los grupos de conversación de la CAL, el conseller ha celebrado haber visto personas que hacía «un par de meses» que habían llegado a Cataluña y que ya decían «las primeras palabras en catalán». «También hay gente con quien ya he podido tener una conversación en catalán tranquilamente», ha celebrado. «Incluso he encontrado gente que ya había asumido el reto de pasar unos cuantos días hablando sólo en catalán y hemos estado hablando de su experiencia», ha añadido.