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Cataluña lanzará en octubre el primer nanosatélite europeo para investigación abierta en 6G

Tarragona tendrá un papel estratégico en la misión gracias a la estación de control y comunicación láser ubicada en Móra la Nova

El consejero|conseller de Presidencia, Albert Dalmau, con el fundador de Open Cosmos, Rafael Jordà, delante del nanosatèl·lt 6gStarLab

El consejero|conseller de Presidencia, Albert Dalmau, con el fundador de Open Cosmos, Rafael Jordà, delante del nanosatèl·lt 6gStarLabACN

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El cuarto nanosatélite impulsado por el Gobierno despegará en octubre desde la base de Vandenberg en California de la mano de la empresa de Elon Musk, SpaceX. El dispositivo denominado 6GStarLab será el primer laboratorio en abierto en órbita baja que permitirá hacer investigación y experimentos en el ámbito del 6G, que tiene que facilitar una conectividad global y ubicua.

Se trata de una iniciativa pionera en Europa que posibilitará hacer pruebas de manera abierta y flexible a empresas y grupos de investigación interesados. El aparato es «tecnología 100% catalana» y ha sido producido en «tiempo récord» de nueve meses por parte de un consorcio liderado por la compañía Open Cosmos y la fundación I2CAT, que ha financiado el proyecto con 1,65 millones de euros, provenientes de los fondos europeos.

En concreto, la iniciativa ha sido financiada por el Ministerio para la Transformación Digital y de la Función Pública, a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.

Open Cosmos también ha participado en el diseño de otros nanosatélites catalanes como el ‘Menor’, y, en este caso, ha llevado a cabo por primera vez en Cataluña el proceso completo de fabricación y validación del satélite -desde el diseño hasta las pruebas- íntegramente en sus instalaciones en Barcelona.

La compañía ha hecho el proceso en una sala blanca ubicada en Barcelona que controla la temperatura, la humedad y elimina la contaminación que pueda comprometer el funcionamiento del dispositivo en el espacio.

El dispositivo es un satélite CubeSat modulable ya ha sido «plenamente acabado y testeado» y ya se puede preparar para enviar a los Estados Unidos. Los impulsores del proyecto prevén que pueda empezar a funcionar a partir de enero del 2026, es decir, tres meses después del lanzamiento.

«Es un satélite absolutamente pionero en lo que es la tecnología 6G y permitirá poner a prueba muchos nuevos protocolos y capacidades y ha sido elaborado con tecnología 100% catalana (...) y con un tiempo récord, ya que desde la contratación hasta la entrega habrán pasado menos de 9 meses», ha dicho Rafael Jordà, conseller delegado de Open Cosmos, que ha asegurado que están invirtiendo para ampliar más la producción y «atraer los principales proyectos de telecomunicaciones y observación de la Tierra de Europa aquí, en Cataluña».

La infraestructura del 6GStarLab, tanto en órbita como terrestre, permitirá asentar las bases de la conectividad 6G, la sexta generación de tecnología móvil que ofrecerá conexiones más rápidas, con una latencia ultrabaja y una amplia gama de aplicaciones innovadoras.

Entre otros, esta tecnología puede permitir la mejora de las comunicaciones en zonas rurales y aisladas, facilitando el acceso a servicios esenciales como la telemedicina y la educación a distancia.

También puede contribuir a la prevención y mitigación de incendios y otros desastres naturales, al impulso de la movilidad autónoma, garantizando la conexión de vehículos inteligentes, y al establecimiento de una nueva generación de comunicaciones seguras, fundamentales para proteger los sistemas gubernamentales, financieros, empresariales y personales ante las crecientes amenazas de ciberseguridad.

En este sentido, Sergi Figuerola, director general de la Fundación i2CAT, ha remarcado que el objetivo de la misión es «validar esta tecnología» que podría dar cobertura global en todo el territorio a fin de que sea un complemento de las redes terrestres. «Hay un vacío muy importante y una posibilidad de conocimiento muy grande al desplegar el equivalente que tenemos a la Tierra a nivel de Espacio», ha detallado Figuerola.

Al mismo tiempo, los impulsores del proyecto han remarcado que permitirá en Cataluña posicionar en el ecosistema del New Space y atraer talento europeo y mundial. «El desarrollo de satélites como estos nos permitirá atraer proyectos de constelaciones cada vez mayores que permitan efectivamente dar este tipo de servicios de telecomunicaciones», ha dicho Jordán.

Hasta ahora la Generalitat ha elevado tres nanòsatèl·lits en el espacio y en otoño prevé esta cuarta misión satelital. En este caso, irá más allá de las dos que se han hecho en el ámbito de la conectividad -el Enxaneta y el Minairó- porque permitirá la experimentación de tecnologías 6G de manera abierta.

«Estamos hablando de un hito histórico para la industria espacial de Cataluña porque no sólo demuestra que somos capaces de hacer estos satélites con tecnología 100% catalana, sino que nos posicionamos como los primeros de Europa a tener tecnología abierta en el conjunto de la experimentación para las empresas en el ámbito del 6G», ha dicho el conseller de la Presidencia, Albert Dalmau.

Estación óptica terrestre en Mora la Nova

La misión también prevé actuaciones «desde tierra», en concreto, en Móra la Nova, desde donde se controlarán los experimentos del satélite. El equipamiento incluirá una estación óptica terrestre que permitirá establecer comunicaciones láser y retransmitir dadas de alta velocidad tanto en descarga como en subida. Según han detallado, la tecnología óptica utilizada es un precursor de las comunicaciones cuánticas del futuro y permitirá desarrollar sistemas de apuntamiento más precisos para conexiones entre satélites.

El segmento tierra también incluirá una estación de seguimiento de banda ancha (Ka-band), una tecnología «clave» para las futuras redes 6G no terrestres. El objetivo final es integrar las redes terrestres y no terrestres 6G para ofrecer una conectividad global y ubicua, «imprescindible para la prestación de servicios de banda ancha a escala mundial».

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