Sociedad
Los petardos de baja sonoridad ganan terreno por San Juan como una apuesta por el respeto a colectivos sensibles
La empresa de petardos la Traca estima que representarán un 60% de las ventas de este año

Varios productos pirotécnicos de baja sonoridad en una tienda de petardos la Traca
Los petardos de baja sonoridad ganan terreno por San Juan como señal de respeto a colectivos sensibles como el de los niños y las personas mayores, pero también cabe los animales de compañía. Así lo asegura la firma de petardos la Traca, que estima que el 60% de sus ventas para esta verbena corresponderán a productos que no superan los 96 decibelios.
La compañía empezó a potenciar esta línea hace unos años con una oferta que incluye artículos como fuentes, cohetes y una novedad de este año, una espada luminosa bautizada como Excalibur. El director de marketing, Pol Moya, defiende que esta apuesta es clave para mantener viva la tradición de Sant Joan en un momento en que crece la conciencia sobre los efectos negativos del ruido en el entorno
La Traca prevé que este año se superarán los niveles de venta de los petardos de baja sonoridad, que el año pasado supusieron un 55% del total que expidieron a través de su red de tiendas y casetas. La previsión global de ventas también es optimista, un aumento del 10% con respecto al 2024, cuando la firma facturó unos 2 millones de euros durante la campaña.
El éxito de los productos de baja sonoridad responde, según Moya, a una mayor sensibilidad social. «Hay familias con niños, personas con autismo o con mascotas que hasta ahora se veían forzadas a evitar la fiesta, y que ahora tienen una alternativa que les permite participar».
La firma reforzó el interés en este tipo de pirotecnia hace unos años, cuando su CEO encendió una fuente con sus hijos. «Estaban encantados con los colores, pero cuando empezaron las explosiones, los niños se asustaron y empezaron a llorar», señala Moya, momento en que hicieron una reflexión sobre la posibilidad de potenciar un tipo de producto más centrado en la luz y el espectáculo y menos en el ruido.
La empresa estudió los límites auditivos recomendados por las Naciones Unidas, de 120 decibelios como máximo, y se inspiró en una propuesta de asociaciones internacionales que reclamaban limitarles a 96 decibelios, «el ruido que puede hacer un secador de pelo», destaca Moya.
Con esta base, empezaron a catalogar y desarrollar productos que no superaran este nivel, sobre todo fuentes visuales, cohetes o una novedad que ha entrado con fuerza este año, la espada Excalibur: «Al abrir las casetas, ya nos han pedido mucho este producto», dice Moya.
Más sensibilidad en Cataluña
El director de marketing de la Traca asegura que esta tendencia para petardos con menos ruido es especialmente marchada a Cataluña, donde se registra una mayor apertura a la innovación. «En el mercado español todavía hay una fuerte cultura del petardo tradicional, pero aquí vemos un interés creciente por opciones más respetuosas», destaca.
Además, destaca que desde la empresa habían registrado una bajada de ventas por el ruido que comportan los petardos con trueno, y ven, así, la innovación sobre el producto como una manera de garantizar la continuidad de la tradición. Eso no quita, sin embargo, que sigan vendiendo petardos con sonido: «Hay demanda para los truenos y petardos clásicos, nosotros no renunciamos a este público, pero apostamos por ampliar el abanico», añade Moya.