Patrimonio
Descubren una fábrica de chocolate del siglo XIX en unas obras en Barcelona
Les restos se han encontrado en una finca donde también se han documentado muros y puertas atribuibles a un gran casal medieval
Les obras de una finca situada en la plaza de la Lana de Barcelona han hecho salir a la luz restos de una fábrica de chocolate del siglo XIX. Así lo han podido documentar los arqueólogos que trabajan en este edificio desde el pasado marzo, donde han recuperado elementos relacionados con este obrador, como placas de plomo que se habrían utilizado para elaborar las etiquetas de los chocolates. En estas placas se especifica el nombre de la fábrica, Clemente Guardia. Los arqueólogos también han descubierto muros y puertas atribuibles a un casal medieval del siglo XIV, aunque la finca actual fecha del siglo XIX. Les obras se enmarcan en un proyecto del Ayuntamiento de Barcelona para rehabilitar el edificio y convertirlo en un servicio de pisos con apoyo.
Los trabajos de control arqueológico del edificio empezaron el pasado marzo bajo la supervisión del Servicio de Arqueología de Barcelona (ICUB) y del servicio de Patrimonio Arqueológico y Paleontológico del Govern, que previamente habían llevado a cabo una tarea de documentación sobre los restos que se podrían encontrar en el momento de la excavación. Ahora bien, la directora de la intervención, Marta Lucas, ha asegurado que normalmente se fijan más en los «antecedentes arqueológicos de los alrededores o en documentación genérica» y no tanto «en los usos que se ha dado en los edificios». «Sabíamos que en 1823 el propietario del edificio pidió hacer reformas, pero no conocíamos la finalidad», ha añadido.
El hallazgo de diferentes elementos relacionados con la producción de chocolate les ha permitido documentar este obrador, que fue la fábrica Clemente Guardia. Lo han podido confirmar a través de un texto del Almanaque de la Exposición Universal de 1888, donde aparece la fábrica referenciada a la dirección de plaza de la Lana con el nombre de ‘Guardia (Clemente). Chocolates y pastillatge’. Precisamente, en las excavaciones se ha encontrado una placa de plomo con esta misma inscripción.
Aparte de la fábrica de chocolate, los trabajos de arqueología han dejado al descubierto muros con arcos y puertas atribuibles a un gran casal medieval del siglo XIV, que, según fuentes documentales, habría sido propiedad de Pia Almoina. Un descubrimiento que demuestra, según Lucas, las «muchas vidas» del edificio. «Primero empezó siendo un palacete gótico, que estaba en extramuros, después se integra dentro de las murallas cuando se amplían, pasa a ser el Hostal de Sant Pere y más tarde es el momento de la fábrica de chocolate», ha sintetizado a la directora.
Los antecedentes más recientes de la fábrica habrían sido este hostal, el de Sant Pere, que dejó de funcionar durante el siglo XVI y la división posterior del edificio, en el siglo XVIII, en tres propiedades diferenciadas. El año 1825, el propietario del inmueble del momento, Josep Serra, solicitó el permiso para hacer obras de mejora, las cuales coinciden con lo que se ha constatado en el registro arqueológico.
«Más actividad económica» de la que los arqueólogos esperaban
Con todo, Lucas ha resaltado que con este descubrimiento «se amplía mucho el conocimiento» sobre la ciudad, aunque «ya sabíamos que desde su fundación Barcelona tiene mucha historia». «El hallazgo nos explica cómo se van modelando los límites de la ciudad, qué queda dentro y qué queda fuera, los usos y la expansión económica del siglo XIX después de la guerra de Sucesión», ha insistido la directora, en que también ha apuntado que «hasta que no han encontrado las placas» no sabían que existía esta fábrica. «Hemos constatado que había más actividad económica de la que nos pensábamos al principio», ha aseverado.
Les obras forman parte del proyecto ejecutivo de rehabilitación integral del edificio, donde el Ayuntamiento de Barcelona prevé acoger un servicio de pisos con apoyo al distrito de Ciutat Vella. De momento, se seguirá trabajando en la excavación arqueológica del subsuelo, y al mismo tiempo, se hará un estudio de los menajes del edificio para seguir documentando diferentes periodos y conocer la evolución de la finca.