Fundesplai pone en marcha un programa de acompañamiento a mujeres jóvenes que han sufrido violencia de género

La FundacióCatalana de l'Esplai(Fundesplai) ha puesto en marcha un programa de acompañamiento a mujeres jóvenes que han sufrido violencia de género, el AUCA. Coordinado por dos psicólogas, quiere ser un «espacio de seguridad y cuidados» donde las participantes, durante 3 meses, puedan compartir experiencias y romper el aislamiento social que va asociado a los maltratos.

«Les ofrecemos herramientas para que reactiven el motor de su vida, pero lomás empoderador es que compartan experiencias con mujeres que han pasado por lo mismo», señalaÁfrica Arrabal, psicóloga. María, una de las participantes, destaca que, después de años «muy difíciles» y de huir de su país para dejar atrás los maltratos, ella y su hijo se han sentido «acogidos» y «acompañados».

Fundesplai tiene una amplia trayectoria organizando cursos de reinserción sociolaboral para mujeres jóvenes que se complementan con un programa de acompañamiento emocional de las participantes por parte de un grupo de psicólogas. Es durante este acompañamiento que los responsables del Departamento de Jóvenes de Fundesplai detectaron la necesidad de crear un «grupo terapéutico» para mujeres que habían sufrido violencia de género.

Como explica África Arrabal, psicóloga participante en el proyecto, el objetivo era ofrecer a estas mujeres «estrategias» y «espacios de seguridad». Así, aparte de asesoramiento jurídico, cursos de autodefensa o trabajar su autoestima, se les facilita un espacio propio donde interactuar entre ellas de forma libre y segura. Arrabal recuerda que las mujeres que sufren violencia de género están aisladas socialmente por su maltratador y que encontrar un espacio «seguro» donde escuchar y ser escuchadas las ayuda mucho a salir adelante.

Una de las participantes en el arranque del proyecto es María Montenegro, que ha llegado a Cataluña con su hijo de 5 años después de años de maltratos en su país. Sin trabajo ni papeles, los servicios sociales la derivaron aFundesplai donde, asegura, se ha sentido acogida y querida. «Las mujeres maltratadas arrastramos muchos traumas que hacen difícil que podamos rehacer nuestra vida. Aquí me están ayudando desde muchos puntos de vista para poder conseguirlo», señala.

Aparte de formarse para ser monitora de ocio, lo que más destacaMaría es que en Fundesplai le han ofrecido una «red»para volver a sentirse parte de la sociedad. Pone en valor, por ejemplo, que mientras ella trabaja para «volver a estar bien», su hijo, que participa en las actividades organizadas por Fundesplai, crece en un ambiente seguro y sano, «con todo lo que eso comporta».