El AdBlue, un líquido imprescindible para los motores diésel, se encarece más en un 200% por el aumento del gas

«Hemos hecho un esfuerzo para ir renovando las flotas los últimos años y que gran parte de los vehículos sean menos contaminantes, precisamente los que necesitan Adblue para circular,» precisa. El AdBlue es imprescindible para la mayoría de los camiones y buses fabricados a partir del 2019 y de los coches diésel desde el 2015 para cumplir con la normativa europea de reducción de emisiones contaminantes. Los fabricantes introdujeron una tecnología en los motores que mezcla el gasóleo con una base de urea (AdBlue) que permite rebajar las partículas.

La empresa española Fertiberia, una de las principales en España que fabrica este líquido, paró la producción por el aumento de costes, y algunos de sus clientes tuvieron que buscar alternativas.

Fuentes de Fertiberia confirman a la ACN que han tenido que parar la producción durante en octubre y en noviembre de una planta de Palos de la Frontera, y producir al 50% en Puertollano «debido a los elevados costes de la energía eléctrica, los derechos de emisión de CO2 y del gas natural, que de mayo a octubre de 2021 han aumentado un 250%, y en comparación con septiembre, un 580%.»

GreenChem, que dirige Oriol Canut, mantiene la normalidad, aunque ha notado un aumento de demanda derivado de la paralización de algunas de las plantas de la competencia. La compañía forma parte del mismo grupo que la eslovaca Dulso, que según medios locales también tuvo que detener la producción, pero Canut explica que a ellos nunca les ha faltado material.

«No hay ningún motivo para la alarma. Nosotros no tenemos ningún tipo de limitación en el suministro a los clientes e incluso hemos atendido nuevos que han decidido confiar en nuestra marca», asegura Canut. «El suministro, al menos para nuestros clientes, está absolutamente garantizado hasta finales de año, por descontado, y ya estamos trabajando para garantizar el del primer trimestre del 2022», añade.

En cambio, desde Fertiberia admiten dificultades y exigen «medidas» a las autoridades estatales y europeas «para revertir la situación y poder reanudar la normalidad de este sector estratégico cuanto antes posible».

Joan Blancafort, portavoz de la patronal catalana de la automoción Fecavem, envía un «mensaje de tranquilidad». «A corto plazo no tiene que haber ningún problema, no hay que hacer amontonamiento, porque no es necesario,» avisa Blancafort. Pero el consejo es completamente opuesto a lo que hizo hace unos días la Federación Nacional de Asociaciones del Transporte de España, Fenadismer, que en un comunicado recomendaba «hacer amontonamiento de AdBlue por una posible escasez a partir de noviembre».

Ayach admite que algunos suministradores les han hablado de que podría haber problemas para entregar el material. Según explica, un eventual problema de abastecimiento supondría que los camiones tuvieran que quedar parados y eso pondría en peligro la cadena logística, para que entre a un 40% y un 50% de la flota de trailers en Cataluña necesita AdBlue para circular. «Somos un sector esencial y necesitamos seguir circulando porque, si la flota se detiene, esta tensión en la cadena se puede traducir en carencia de productos», expone.

Desde GreenChem admiten que ha habido preocupación por el aumento del precio del gas natural – esencial para el AdBlue porque se utiliza para obtener el amoníaco que permite tener urea- pero en ningún momento por la falta de suministro. «Hay un impacto directo entre el aumento del coste del gas natural y el del AdBlue, que es superior al 200% en lo que llevamos de año,» afirma Canut.

Con todo, la empresa reconoce que el «pánico» generado por el miedo a que no haya AdBlue ha generado un efecto similar al de la compra de papel de WC durante los inicios de la pandemia. El plazo de entrega, explica Canut, se ha alargado por una aumento de demanda, pero no por falta de disponibilidad del producto. «El aumento de los precios es un tema puramente de mercado, de oferta y demanda y derivado de la situación del gas natural, que ha tensionado al alza. Pero hablar de problemas de precios y de desabastecimiento es diferente», concluye.