Diari Més

Las librerías se reivindican como «esenciales» con la publicación de un libro comestible de Màrius Serra

El sector reclama que estos establecimientos se sigan considerando un pilar cultural y que no se vuelvan a cerrar

Una librería con la persiana bajada, pero con sus empleados trabajando por Sant Jordi.

Las librerías proponen abrir el lunes con cita previa o atención individualACN

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El sector del libro reivindica las librerías como «bien esencial» con la publicación del libro comestible: «Bibliofàgia. Cuento esencial». La obra, con texto de Màrius Serra y publicada por el editorial Comanegra, es una protesta contra lo que consideran que es una «situación de menosprecio y de desbarajuste» y se ha presentado este sábado por la tarde en la fábrica Lehmann. El acto ha contado con presidentes de los gremios que forman la Cambra del Llibre y con una gran representación de libreros. El sector ha celebrado la reapertura de las librerías, se ha quejado de qué hayan estado cerradas cuatro semanas, ha exigido al Gobierno que la situación no se repita y le ha reclamado que «se sigan considerando un pilar cultural».

A la presentación de «Bibliofàgia»han asistido entre otros, el Presidente de la Cambra del Llibre, Patrici Tixis, Martí Romaní del Gremi de Distribuïdors y Joan Nogué del Gremi de Industries gràfiques, Joan Sala d'Editors.cat. Además, ha contado con numerosos editores, libreros y personas vinculadas al mundo del libro.

De «Bibliofàgia. Cuento esencial» sólo se han imprimido 100 ejemplares, está hecho con papel y tinta comestible, es dulce y sin gluten. El libro costa 20 euros y sólo se ha podido recoger este sábado por la tarde en el patio de la Fábrica Lehmann. Según el editorial Comanegra, este cuento de Màrius Serra «es un elogio a la comunidad libresca, desde los lectores voraces a los libreros militantes,» pasando por los editores que se ven obligados a hacer cosas tan estrafalarias como la publicación de este libro para que no «los tomen más el pelo».

El libro acaba concluyendo que todos somos lectores bibliòfags «porque todos nos alimentamos de palabras». «Incluso aquellos gobernantes que dicen que la cultura es esencial y después se tienen que tragar sus palabras con patatas, aceite, sal y vinagre», lanza Serra al final del cuento.

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