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Cataluña está entre los territorios de la UE que menos eurodiputadas envía en Bruselas: sólo siete en 30 años

Las mujeres representan poco más del 27% de eurodiputados catalanes ahora mismo, bastante lejos de la media europea (39,5%)

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Cataluña está entre los territorios de la Unión Europea que menos mujeres envían a Bruselas. Entre los 11 catalanes ahora mismo en la Eurocámara, sólo hay 3 mujeres: Diana Riba (ERC), Clara Ponsatí (Junts) y Dolors Montserrat (PP). Es decir, que las mujeres representan poco más del 27% del total de eurodiputados catalanes, bastante lejos de la media europea (39,5%).

Una falta de paridad que empeora si se tiene cuenta el histórico. Sólo siete mujeres han representado a los catalanes en el Parlamento Europeo en los últimos 30 años, mientras que unos 40 hombres han ocupado un escaño por Cataluña. Por lo tanto, poco más del 16% de los representantes catalanes en la Eurocámara han sido mujeres. Orilla y Ponsatí reclamenen declaraciones aACN revertir este desequilibrio de género.

«Es muy preocupante que Cataluña se haga notar para tener tan pocas eurodiputadas», dice Clara Ponsatí. La representante de Junts atribuye este fenómeno, por una parte, al hecho de que la figura de eurodiputado sea «muy prestigiosa y reconocida» entre los independentistas y, porel otro, a los pocos escaños en juego.

Diana Riba admite que «todavía hay mucho camino por recorrer en términos de igualdad de género» y que las instituciones europeas «no son ajenas a esta realidad». Sin embargo, celebra que esta legislatura la Eurocámara haya alcanzado la cifra más alta de mujeres, casi un 40%.

Siete mujeres en 30 años

A pesar de la baja representación femenina en comparación con la media europea, esta legislatura es la que cuenta con más eurodiputadas catalanas de la historia. En la última (2014-2019) sólo entró en la Eurocámara Teresa Giménez Barbat por UPyD.

Entre el 2004 y el 2014 sólo Maria Badia del PSC fue eurodiputada, después del mandato de Anna Terrón (1994-2004). Con las primeras elecciones europeas celebradas en el estado español, Concepció Ferrer (UDC) se convirtió en la primera eurodiputada catalana electa en Bruselas y fue miembro de la Eurocámara durante 17 años.

Para revertir este desequilibrio de género, Riba reivindica las cuotas como «una herramienta efectiva» para asegurar la representación de las mujeres a las instituciones públicas. Ponsatí también está a favor, pero alerta de que son «problemáticas» cuando hay pocos puestos a repartir entre los partidos, como pasa en Cataluña. «Estaría bien que eso lo fuéramos corrigiendo», advierte.

«Tiene que haber cuotas a las leyes electorales, no puede depender sólo de los partidos», añade Riba.

Visibilidad y poder

Además del déficit de eurodiputadas catalanas, también destaca la falta de candidaturas femeninas que encabecen las listas europeas de los partidos catalanes. Las elecciones en el Parlamento Europeo son por circunscripción única y, por lo tanto, técnicamente sólo hay cabezas de lista a nivel estatal, pero los partidos catalanes acostumbran a hacer campaña con un representante catalán.

En los últimos comicios, sólo Dolors Montserrat lideraba la candidatura del PP en España. Si bien Diana Riba y Clara Ponsatí aspiraban a entrar en la Eurocámara, ninguna de las dos lideró la lista de sus partidos. Juntos, ERC, el PSC y los Comunes pusieron hombres para encabezar la campaña.

A nivel estatal, sólo Montserrat por el PP y María Eugenia Rodíguez Palop de Podemos-IU fueron cabeza de cartel a las elecciones europeas.

Por eso, Ponsatí reclama a los partidos catalanes que no sólo incluyan mujeres a las listas, sino que también garanticen que, una vez escogidas, accederán a posiciones con «exposición pública» y «atención mediática». «No sólo hace falta que sean, sino también que se las vea y tengan influencia», reivindica.

También en este sentido la eurodiputada de ERC Diana Riba lamenta que especialmente en ámbitos muy masculinizados como el de la política a las mujeres a menudo se les exige «el doble» que en el resto.

«Por el simple hecho de ser mujer a veces parece que te tengas que ganar el derecho a ser escuchada», se queja.

Eurocámara sin paridad

Cuando España entró en la Unión Europea en 1986, las mujeres representaban menos del 20% de la Eurocámara. Ahora, en cambio, son casi el doble: el 39,5%. Sin embargo, no todos los territorios envían a un número igualitario de hombres y mujeres a Bruselas.

Finlandia y Suecia son los dos únicos países de la UE que tienen más eurodiputadas que eurodiputados. Luxemburgo, Dinamarca, Letonia, Malta y Eslovenia tienen exactamente tantos hombres como mujeres en la Eurocámara.

Justo detrás hay Francia (48%) y Países Bajos (48%), junto a la paridad. Ligeramente por encima de la media europea está España (44%). En la cola en igualdad hay Grecia (24%), Rumania (22%) y Eslovaquia (15%), con una clara infrarepresentació de mujeres.

Con respecto a los grupos políticos, los Verds/ALE son los más paritarios (49,3%), series de los liberales de Renovar (43,9%), de la Izquierda Unitaria (43,6%) y de los socialistas (44,2%). Tanto el PP europeo, como los conservadores del ECR y los ultraderechistas de Identidad y Democracia tienen menos de un 40% de mujeres entre sus filas.

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