Diari Més

Los primeros votantes que testifican remarcan que «las únicas agresiones» eran de la policía

Defienden que estaban ejerciendo «el derecho a protesta» sentados en el suelo con las manos alzadas y gritando «Votaremos»

Imagen general de la fachada principal del Tribunal Supremo.

Tribunal SupremoACN

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Los primeros votantes que han testificado en el Tribunal Supremo han declarado que la gente no amenazó ni tiró objetos a la policía y que «las únicas agresiones» eran de los agentes antidisturbios. «Nos arrastraban como maletas, algunos estirando por el pelo», ha explicado el teniente de alcalde de Sabadell Julià Fernàndez, que ha detallado que a la escuela Nuestra Llar le dieron patadas y le rompieron las gafas, la chaqueta y el bolso de mano. Otra testigo ha dicho que pasó la noche en esta escuela y que la mañana del 1-O estaban en la puerta del centro «ejerciendo el derecho a protesta», sentados en el suelo con las manos alzadas y gritando «Votaremos». Ha dicho que los agentes rompieron puertas y revolvieron la escuela pero no encontraron material electoral y se llevaron disfraces y juegos infantiles en bolsas de basura. Otro hombre que estaba en el mismo centro ha dicho que la policía les daba «patadas provocativas».

Este martes han pasado por el juicio del 1-O los primeros votantes llamados por la defensa de Junqueras y Romeva. Los tres primeros estuvieron en la escuela Nostra Llar de Sabadell el día del referéndum. Todos han coincidido en destacar que la gente mantenía actitud pacífica, que no se amenazó ni agredió ni tirar objetos hacia la policía y que los gritos que proferían era en favor de poder votar.

El primero de ellos, Santi Valls, ha explicado que la policía llegó a primera hora de la mañana y «los separó por la fuerza». «Sin intercambiar palabra empiezan a sacar gente, estábamos de pie en gesto de protesta y manifestación», ha descrito. A él mismo, la policía lo cogió y se lo llevó y ha dicho que vio unos hechos que no esperaba y que ha considerado «violentos». «No me lo habría imaginado nunca, nos cogían por el pelo, era una escena que realmente no me esperaba», ha dicho, añadiendo que también se pegaba gente por el pelo.

Sólo ha reconocido que en algún momento se podría haber dicho alguna cosa «fuera de tono». «Lo tienen que comprender, ejercíamos nuestro derecho de querer votar y fuimos agredidos, la gente estaba enfadada», ha expresado.

Pasa la noche en la escuela

Otra de los testigos, Pilar Calderón, pasó la noche en el gimnasio del centro y ha explicado al tribunal que fue iniciativa de los padres y las madres del centro. A preguntas de la fiscalía, ha explicado que organizaron actividades como yoga o teatro porque sabían que había una «orden para cerrar los colegios» y que lo hicieron para «manifestarse en favor del derecho a votar».

Sobre la mañana del 1-O, también ha descrito actitudes violentas por parte de la policía. Ha dicho que vio cómo «arrastraban y pegaban gente». «Veo a un policía que le levanta una porra a una yaya que estaba sentada a una silla», ha puesto de ejemplo. Y también ha dicho que una compañera llamó a la ambulancia. Sobre la actitud e la gente, ha dicho que estaban sentados con las manos arriba y gritando «Votaremos». «Nadie pica a la policía ni se los amenaza», ha asegurado. Calderón ha reconocido que pasó todo el día en la escuela y que era apoderada por ERC, que a nadie se lo pidió sino que ella misma se ofreció porque quería ayudar en aquel día a hacer posibles las votaciones.

Se llevan disfraces, juegos infantiles y comida para celíacos

También ha relatado que la policía entró dentro del centro rompiendo la puerta de la entrada y que reventó también las de las aulas del centro. Finalmente, sin embargo, se marchó con material decomisado en bolsas de basura. Según Calderón, eran disfraces y juegos infantiles. El tercer testigo, el teniente de alcalde Julià Fernàndez (ERC), también ha dicho que le consta que se llevan comer para celíacos y juegos infantiles de cartón.

Fernàndez ha explicado que resultó herido, que le dieron un golpe en la mejilla y lo tiraron al suelo, que después lo arrastraron y le rompieron las gafas, el bolso de mano y la chaqueta. «Nos arrastraban como maletas», ha dicho. A preguntas del letrado Benet Salellas, le ha preguntado si recibió «algún trato especial» de la policía para ser autoridad municipal. «Arrastrarme por el suelo, este fue el trato», ha dicho.

También ha concretado que la puerta de la entrada estaba abierta y que, sin embargo, los agentes reventaron los cristales.

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