salud mental
Derechos Sociales pone en marcha 'Obro feel', un chat de Whatsapp donde se ofrece apoyo emocional a adolescentes y jóvenes
El servicio será una prueba piloto para prevenir y detectar problemas de salud mental a través de las redes sociales
Se trata de una prueba piloto para detectar precozmente problemas de salud mental como depresión, ideas suicidas o trastornos de conducta alimentaria. La intención es llegar a potenciales usuarios a través de las redes sociales, mediante un algoritmo que anunciará el servicio a perfiles de jóvenes a Instagram.
«Para que las personas vean que hay recursos a su alrededor hemos tomado la iniciativa de que el servicio vaya a buscarlas», explica en declaraciones a la ACN Rut Ribas, directora general de Juventud. Al servicio, destaca, se puede acceder con sólo un clic y tiene el objetivo principal que las personas jóvenes reciban apoyo y acompañamiento en un momento en que se encuentren con una situación que impacte en su bienestar o salud mental.
La directora general de Juventud remarca que el proyecto es una prueba piloto para conocer si el servicio funciona entre las personas jóvenes, si es útil y qué efectos tiene.
Los jóvenes que lo necesiten pueden contactar las 24 horas del día y los siete días de la semana para recibir acompañamiento, apoyo emocional y orientación. Sólo hace falta que añadan el número de teléfono 680 354 155 a los contactos de su teléfono e inicien una conversación mediante la aplicación Whatsapp. Una persona voluntaria de la Fundación Ajuda i Esperança, seleccionada y formada en escucha empática y gestión emocional, le proporcionará apoyo personalizado.
Según explica Ribas, Obrofeel es un juego de palabras, ya que combina el verbo abrir -utilizado para las aplicaciones o para iniciar un chat- con la palabra inglesa feel , que quiere decir sentiry que está vinculada a las emociones. Al mismo tiempo, suena comohilo en catalán. Así, abrir hilo también se asocia a cuando se explica una historia.
La inmediatez del chat: «El malestar es aquí y ahora»
Mireia Anglès, responsable de toda el área de voluntariado y coordinación ejecutiva de proyectos de la Fundación Ajuda i Esperança, afirma a la ACN que una de las riquezas del chat es la inmediatez en la atención. «El malestar está aquí y ahora», dice en relación con lo que pueden sentir los jóvenes cuándo hacen uso del chat. Por eso, hace valer el hecho de que la respuesta ante este malestar sea inmediata. Y es que, según comenta, hay muchos jóvenes que están vinculados ya a algún tipo de recurso, pero para ir al psicólogo o al psiquiatra tienen que esperar para ser atendidos.
Por el contrario, en caso de que los usuarios no estén vinculados a ningún recurso, el chat puede ser una «vía de entrada». Inglés apunta que el formato, que es confidencial y por mensajería de Whatsapp, es una manera «de levantar la mano» para pedir ayuda y expresar lo que quieran. «A través del vínculo que hacemos están mucho más receptivos a aceptar una propuesta de recurso que pueda haber a su pueblo, ciudad o barrio», indica.
Así pues, en caso de necesitar atención, se informará la persona de cómo acceder a los servicios públicos de salud o de otros recursos a su alcance (oficinas jóvenes, asociaciones y entidades). Si se detecta una necesidad médica inmediata, el caso se derivará en el equipo del Sistema de Emergencias Médicas. Esta colaboración para facilitar la derivación se enmarca en la acción interdepartamental e intersectorial del Plan de Prevención del Suicidio de Cataluña.
«La escucha activa», el papel de los voluntarios
Montserrat Badia explica que siempre ha sido vinculada al voluntariado, pero asegura que ha ido a parar a este proyecto a raíz de un amigo. Ella es terapeuta de Gestalt y, por lo tanto, ya tiene experiencia en el acompañamiento emocional a personas. Con todo, como el resto de voluntarios, ha recibido una formación específica para hacer este servicio de voluntariado.
«Te enseñan a hacer a esta escucha activa, también te enseñan la problemática de la juventud hoy día, todos los tipos de trastornos que puede haber, o conflictos, y los argots que utilizan», relata, asegurando que la formación es «muy completa y muy interesante».
A partir de aquí, y con la base de la formación, los voluntarios se encargan de atender los mensajes de las personas que se dirigen al chat. «Cuando alguien entra al chat te pones en contacto con él y lo empiezas a acompañar... El que la persona quiere es sentirse escuchada, atendida y aceptada sin juicio para expresar lo que le está pasando», indica. «No hagamos de psicólogos ni de terapeutas, hacemos escucha activa», añade.
Desde la fundación, Mireia Anglès explica que se hace una selección «muy esmerada» del personal voluntario, y añade que la formación de base que se imparte es «muy específica en jóvenes» y «muy completa». Aparte, también pueden recibir formación de forma continuada y su tarea es supervisada.
Según explica, en primera línea hay los voluntarios y, en segunda línea, hay profesionales de la salud mental que están «constantemente velando» para que el acompañamiento a los usuarios sea «óptimo». Ahora bien, estos profesionales también acompañan a los mismos voluntarios, ya que estos son receptores continuos de «malestar» de los jóvenes y, por lo tanto, es importante que estén «serenos».
Campanya 'Es motivo suficiente'
Para dar a conocer el servicio, Derechos Sociales ha arrancado una campaña de comunicación en la cuenta de Instagram de Joventut bajo el eslogan Es motiu suficient. La campaña plantea situaciones vinculadas a tres problemáticas -depresión, ideación suicida y trastornos de conducta alimentaria- e insta al usuario a buscar ayuda. No sentir il·lusió per les coses que abans t'agradaven, No poder gaudir amb les teves amistats o Pensar que la teva vida no val la pena son algunas de las premisas que presentan los anuncios.
En este sentido, la campaña -que ha contado con la colaboración de profesionales y de jóvenes que han sufrido este tipo de problemáticas- apuesta para no banalizar estos pensamientos, identificarlos como síntomas y hacer tomar conciencia al adolescente o joven que aquello que sientees relevante y que puede buscar ayuda de manera fácil y confidencial.
Un algoritmo para detectar perfiles de riesgo en las xarxe
Adolescentes y jóvenes están muy presentes en las redes sociales y estos espacios, habitualmente muy poco explorados, pueden ser una fuente de información «primordiales« para la detección precoz de situaciones de riesgo de problemáticas de salud mental. Es por eso que la Secretaría de Infancia, Adolescencia y Juventud impulsa esta prueba piloto de detección de problemas de salud mental a través de las redes sociales. Para hacerlo, ha contratado los servicios de la Universidad Pompeu Fabra – Barcelona School of Management (UPF-BSM). Esta universidad ha desarrollado un algoritmo que permite extraer de las redes sociales perfiles demográficos y de comportamiento de usuarios de personas jóvenes con tendencias suicidas, depresión o trastornos de la conducta alimentaria a partir de su comportamiento en las redes.
Freire comenta que el algoritmo considera tres aspectos fundamentales: el texto (si hay palabras como suicidio o anorexia o factores relacionados), las imágenes publicadas por el usuario y también su comportamiento o actividad en la red. Por ejemplo, como se relaciona con otros usuarios, los me gusta que hace a otras publicaciones, cuántos amigos tiene o si hay un periodo de descanso de seis horas diarias, ya que en caso contrario podría ser indicador de una alteración del sueño.
Concretamente, se han recopilado publicaciones de usuarios con estas características en las redes sociales en el área geográfica de Cataluña utilizando un sistema de crawling . Todo el estudio se hizo con datos anonimizados. Un subconjunto de estas publicaciones ha sido analizado por psicólogos o psiquiatras clínicos, que han determinado para cada problema estudiado qué publicaciones corresponden a usuarios en riesgo (etiquetado).
Una vez clasificada una cantidad suficiente de publicaciones correspondientes a usuarios en riesgo, se ha realizado la caracterización de los usuarios con tendencias suicidas, depresión o trastornos de la conducta alimentaria. Eso ha permitido extraer datos como el género predominante, la franja de edad más habitual, los temas que tratan o la interacción con otros usuarios, entre otros.