Estas son algunas de las enfermedades que empeoran en verano
En verano, las temperaturas pueden superar los 40 grados y, a causa de esto, algunas enfermedades pueden empeorar
Ya está aquí el calor, el de verdad. Estas altas temperaturas son una mala noticia para algunas enfermedades. Hablamos de patologías que empeoran cuando los termómetros nos muestran valores cercanos a los 40 grados. Es el caso de diabetes, rosácea o lupus.
La diabetes se agrava con el calor
La diabetes cuenta en España con más de cinco millones de personas diagnosticadas, lo que supone que su prevalencia es de casi el 15%. Hablamos de cinco millones de pacientes cuyo organismo está incapacitado para 'utilizar' los alimentos adecuadamente. De ellos, según la Federación Española de Diabéticos (FEDE), dos millones están sin diagnosticar.
Las personas con diabetes no producen suficiente insulina para metabolizar la glucosa de los alimentos, o la insulina que producen no trabaja eficientemente. Es por ello que la glucosa en lugar de alojarse en las células para ser transformadas en energía, se acumula en la sangre en niveles elevados. Las consecuencias de esa acumulación de la glucosa en la sangre son muchas y pueden acabar incluso en la muerte.
Los diabéticos son más sensibles a las altas temperaturas. Por su dificultad para regular la temperatura corporal, tienen un mayor riesgo de sufrir deshidratación. Ésta puede causar un aumento de la glucosa en el organismo, glucosa que a su vez puede elevar el cansancio, la sed, la piel seca y hasta visión borrosa. A todo ello se suma que el calor puede causar problemas por la alta velocidad de absorción de la insulina. Eso puede provocar hipoglucemias.
La rosácea empeora con el calor
La rosácea afecta a más de 40 millones de personas en el mundo (algunos famosos como el príncipe Harry). Es una afección común de la piel que causa rubor o enrojecimiento y vasos sanguíneos visibles en la cara. Su origen es desconocido, pero podría deberse a un sistema inmunitario hiperactivo, a la genética o a factores externos.
Esta enfermedad causa ese enrojecimiento, pero también pueden aparecer pequeños bultos de pus. Estos síntomas pueden presentarse durante semanas o meses y luego desaparecer por un tiempo. Pero no existe cura, aunque se pueden controlar los signos mediante tratamientos.
El verano es difícil para quienes sufren esta patología, porque las altas temperaturas y la exposición al sol desencadenan más brotes de rosácea y/o los hace más intensos en verano. Ocurre que en los meses de calor estamos más tiempo al aire libre y cuando no es así estamos bajo el aire acondicionado, que favorece la sequedad de la piel, a lo que hay que sumar el salitre, el mar y el cloro de las piscinas. En ese contexto, el calor favorece la vasodilatación de los capilares y de ese modo eleva el enrojecimiento, la sensación de ardor y el picor.
El lupus empeora en verano
El lupus es una enfermedad autoinmune crónica que provoca que el sistema inmune comience a atacar a los tejidos propios. Así se crea un exceso de anticuerpos anómalos en el torrente sanguíneo, que causan inflamación y daños en las articulaciones, los músculos y en diferentes órganos. Esta patología pone en riesgo la vida del paciente porque puede afectar a cualquier órgano del cuerpo como la piel, el corazón, los pulmones, los riñones o el cerebro.
Entre las manifestaciones clínicas más frecuentes del lupus eritematoso sistemico están las del aparato locomotor (dolor e inflamación de las articulaciones), el cansancio, la fiebre, la pérdida de apetito y de peso, la disminución del número de glóbulos blancos, rojos y plaquetas, manchas en el dorso de la nariz y en las mejillas, e incluso trastornos neurológicos como estados de confusión, cefaleas o convulsiones. Aunque su causa se desconoce, sí se sabe que existen factores genéticos, ambientales y hormonales implicados en el lupus.
El incremento en la radiación solar y la exposición a rayos ultra violeta que llegan con el verano hacen que el lupus aumente e incluso se descontrole. La inmensa mayoría de pacientes con esta enfermedad tienen hipersensibilidad solar, de modo que, con el calor, pueden presentar algún tipo de alteración, desde la exacerbación de los síntomas hasta infecciones. Para todo ello, sombrillas, protector solar y buena hidratación.