Economía
Las cooperativas agrarias piden medidas para reducir la factura energética y evitar el encarecimiento de los alimentos
La FCAC asegura que el incremento de los costes de producción es «insostenible» y que no les pueden repercutir al consumidor
Las cooperativas agrarias piden medidas para reducir la factura energética y evitar el encarecimiento de los alimentos
La Federación de Cooperativas Agrarias de Cataluña (FCAC) alerta de que el aumento de los costes de producción es «insostenible», en especial los relacionados con la energía que en el último año se han triplicado. Su presidente, Ramon Sarroca, dice que es «imposible»trasladar este incremento al consumidor final y, ante eso, pide medidas para evitar que los alimentos se encarezcan todavía más.
Así, la FCAC propone que las cooperativas queden excluidas de pagar la compensación por la excepción ibérica a las gasistas, medida que haría reducir un 50% la factura energética, y que se pueda modificar la potencia de la luz contratada dos veces al año, con lo cual ahorrarían hasta un 75% el gasto en potencia de la luz.
La FCAC ha trasladado a los diputados catalanes en el Congreso español varias medidas para que puedan ser debatidas enla tramitación de los presupuestos del Estado del 2023. El objetivo, explica Sarroca, es evitar agravar el incremento de los precios de los alimentos. «Los precios están subiendo, pero por debajo de lo que están subiendo los precios de coste que utilizamos», asegura, a la vez que dice que es «imposible» que este aumento de precios se pueda repercutir en el producto final.
La primera medida que pide el sector agroalimentario es que quede excluido de pagar la compensación por el tope del gas que cobran las centrales de ciclo combinado. Eso conseguiría, aseguran, un ahorro de costes del 50% en la factura eléctrica, y en vez de triplicar los costes de 27 a 78,6 millones de euros, pasarían de 27 a 53. Así, el aumento medio por cooperativa bajaría de 270.000 a 135.000 euros anuales.
Otra demanda que reivindican desde hace tiempo y que ahora coge más relevancia es que se pueda modificar la potencia de la luz contratada dos veces por año, ya que la normativa actual solo permite un único cambio. Eso hace que los molinos de aceite, las bodegas de vino o las cooperativas de cereales se vean obligados a tener contratada la máxima potencia durante todo el año, cuando en realidad solo necesitan grandes cantidades de energía durante los dos o tres meses que dura la campaña. En este caso, calculan un ahorro del 75% del gasto derivado de la potencia de la luz.
Por otra parte, también solicitan que la reducción del IVA del 21% al 5% que ya se aplica a productos procedentes de biomasa, como los pèl·lets o la madera para leña, se amplíe en subproductos de la industria alimentaria utilizados como combustibles, como son el hueso de oliva o la cáscara y piel de fruta seca.