Diari Més

Siete de cada diez médicos catalanes están «agotados» después de la covid

Un estudio revela que el 43% de los profesionales acusan estrés y casi hay unanimidad en el aumento de la carga de trabajo

Personal del hospital de Palamós atendiendo un paciente covid durante la quinta ola del virus.

Bajan los pacientes ingresados por covid a Tarragona después de una semana al alzaACN

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El 69% de los médicos de familia de Cataluña están «agotados» y un 43% también estresados después de la quinta ola de covid-19. Un estudio hecho conjuntamente por la Sociedad Catalana de Medicina Familiar y Comunitaria (CAMFiC) y el Instituto de Investigación en Atención Primaria (IDIAP Jordi Gol) analiza el impacto emocional de la pandemia en los profesionales. Se trata de una encuesta online a una muestra representativa de aproximadamente 600 médicos de familia de Cataluña hecha entre los meses de junio y julio de 2021, justamente coincidiendo con la eclosión de la quinta ola. Los principales resultados muestran una percepción casi unánime (95%) de aumento de la carga de trabajo y de la asunción de tareas nuevas (89%).

Eso se deriva en estrés asociado a las nuevas situaciones. Además, el 43% de los médicos mostraban preocupación por contraer la enfermedad y el 79% al contagiar familiares. Por el contrario, el estudio también observa factores de resiliencia: más del 80% confían en la propia capacidad profesional por|para al salir con la pandemia y la mayoría (67%) asumen los riesgos inherentes en el trabajo por el compromiso con la profesión.

Los participantes contestaron el cuestionario Maslach Burnout Inventory (MBI) que informa sobre tres dimensiones del burnout: agotamiento emocional y físico; despersonalización (sentimientos de negativismo o cinismo hacia el trabajo y los pacientes), y realización personal en el trabajo.

Más de dos terceras partes de los médicos participantes presentan niveles altos de agotamiento emocional (69%), mientras que un 47% presenta un nivel alto de despersonalización, un 40% tiene nivel bajo de realización personal y un 26,5% presenta afectación simultánea de agotamiento, despersonalización y poca realización personal en el trabajo.

También hicieron el cuestionario DASS-21 que mide el grado de depresión, ansiedad y estrés. Una cuarta parte de los participantes tienen depresión, al menos moderada, mientras que el 11% presenta depresión severa o muy severa. Más de un tercio sufre ansiedad al menos moderada, y un 14% se sitúa en niveles de ansiedad severa o muy severa. El concepto de estrés incluye la hiperactivación, la agitación, la irritabilidad y la impaciencia, y los resultados muestran que más del 40% tiene niveles de estrés clínicamente significativos.

Para los autores del trabajo se percibe un cambio en las condiciones de trabajo con más carga de trabajo, nuevas tareas o preocupación por el riesgo de contagio, pero al mismo tiempo existen factores de resiliencia como el profesionalismo o la confianza en las propias capacidades. Ahora bien, los investigadores señalan que «los resultados nos tienen que alertar porque, a pesar de que el burnout siempre ha estado presente en las profesiones sanitarias, en el contexto de la pandemia se han observado prevalencias nunca vistas antes». Elburnout incluye un estado emocional estresado, con agotamiento físico y desbordamiento psicológico, que puede llevar a actitudes de desvinculación hacia el trabajo y los pacientes, y a la pérdida de la satisfacción con el propio trabajo. «El burnout es relevante porque refleja el malestar del médico, pero también porque puede comprometer la eficacia de su trabajo y la calidad asistencial», apuntan los responsables del estudio.

Ante este contexto proponen «monitorizar proactivamente el estado psicológico de los médicos de familia y facilitar el acceso a ayuda psicológica». También apuntan que puede ser útil fomentar la resiliencia con estrategias enfocadas al autocuidado pero advierten que hacen falta cambios en la organización, el entorno laboral y en las condiciones de trabajo. Por otra parte, remarcan que es necesario hacer estudios longitudinales para evaluar el impacto psicológico de la pandemia a lo largo del tiempo, y evaluar la utilidad y la efectividad de las intervenciones preventivas o terapéuticas que se proponen y la mejor manera de implementarlas.

Un 79,2% de la muestra son mujeres y la edad media es de 47,1 años. El 94% trabaja en la atención primaria, el 98% en el sector público y el 96% en tareas asistenciales.

Los resultados de este estudio se han presentado en el marco del XXVIII.º Congreso de la CAMFiC que se está haciendo en Girona.

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