Guerra en Ucrania
El camino inverso del exilio ucraniano: «Vuelvo por mi familia y mi país»
El paso de Medika recibe un alud de refugiados mientras un goteo de jóvenes cruzan para de integrarse en el ejército
El paso fronterizo entre Polonia y Ucrania de Medika tiene dos sentidos. En uno salen los millares de refugiados –ya lo han hecho cerca de 80.000 personas, mayoritariamente mujeres y niños- que huyen de la guerra. Llegan exhaustos después de días de trayecto y suben a autocares que los llevan al centro de distribución de Przemysl. En la otra dirección van hacia Ucrania camiones con ayuda humanitaria y también un goteo de jóvenes ucranianos. Dima tiene 26 años y es conductor de camión. «No puedo seguir conduciendo por Europa mientras mi país está en guerra. Voy hacia Ucrania porque hay mi familia y mis amigos, y porque este es mi país, mi presidente y tengo que hacer alguna cosa», dice a ACN a pocos metros del control fronterizo.
Dima es consciente de que aunque se presentará voluntario puede ser que no pueda luchar. «Mucha gente está volviendo al país, pero no tenemos bastantes armas para todo el mundo». Aún así, agradece a los países europeos la ayuda que están enviando.
Andriy también tiene 26 años y llega acompañado de un amigo. Lleva tres bolsas. Explica que es de una localidad a 190 kilómetros de Kíiv. Su discurso también va cargado de sentimiento patriótico. «Vuelvo porque es mi patria y tengo que defender a mi familia. La defendieron los antepasados y ahora me toca defenderla a mí»
Maksim Viktorovich camina solo. Es capitán del ejército ucraniano y se encontraba en Polonia con su familia. Hace los últimos metros mientras lo graban las cámaras. «Quiero que todo el mundo me vea».
Según ACNUR ya han salido de Ucrania un millón de personas. 550.000 han atravesado la frontera de Polonia por lugares como Medika, uno de los ocho pasos entre Ucrania y la UE.
Aquí los esperan autobuses, primero, y después un ejército desarmado de voluntarios que les da de comer, que les tramita gratuitamente documentos y les ofrece transporte a puntos de toda Europa.
En Przemyśl, donde desembarcan los autobuses procedentes de la frontera, hay una presencia constante de personas con carteles. A veces llevan imprimido tan sólo una bandera. La del país de donde vienen y donde ofrecen alojamiento.
Mikhail viene de Noruega. Lleva un cartel con la bandera de su país. «He venido para llevar gente de Ucrania a Noruega», explica a ACN. «Hemos venido 10 coches y tenemos 45 sitios». Primero los alojan en un hotel próximo. Después un viaje de centenares de kilómetros hasta su nuevo refugio.