¿Por qué tomamos doce uvas en Nochevieja?

Ya no se concibe la Nochevieja sin las doce uvas de la suerte. ¿Sin embargo, de dónde viene esta curiosa tradición? ¿Qué simboliza las uvas? Existen varias explicaciones, pero todo parece indicar que la costumbre nació en Madrid.

La creencia popular afirma que los doce granos de uva «de la suerte» empezaron a cogerse de manera masiva en elEstado español la Nochevieja de 1909, cuando un excedente de la cosecha de este fruto en Alicante hizo que las productoras intentaran incrementar las ventas con una innovadora campaña de Navidad que las relacionaba con estas fechas y con la buena suerte. La variedad de uva blanca Aledo se convirtió en sinónimo de Nochevieja y ya se vendía en paquetes de doce preparados para consumir el último día del año.

Sin embargo, existen registros y pruebas documentales que esta costumbre ya se practicaba previamente, por lo que es muy probable que el excedente de 1909 sólo sirviera para extender la tradición, no para crearla. La aparición de esta práctica se sitúa en el Madrid de 1880 como una acción satírica y de protesta. En aquel tiempo, la alta burguesía copió la costumbre francesa de hacer fiestas privadas en Navidad en las que se bebía champán y se utilizaban uvas como acompañamiento.

Al mismo tiempo, el ayuntamiento madrileño prohibió los cortejos de calle que se celebraban normalmente la Noche de Reyes, por el que el pueblo decidió aprovechar que todavía estaba permitido reunirse en la Puerta del Sol para escuchar las campanadas del reloj la Nochevieja y empezó a comer uvas (un producto barato para la época) como burla de la costumbre aristócrata y en señal de protesta contra las restricciones del ayuntamiento.

Entre los archivos de hemeroteca, el 2 de enero de 1894, El Siglo Futuro incluyó un artículo titulado «Laso uvas bienhechoras», donde hablaba de esta costumbre. El mismo día, en El Correo Militar se podía leer: «La imperecedera costumbre de comida la uva al oír sonar la primera campanada de las doce, tenía reunidas en fraternal coloquio infinidad de familias, y todos en coro gritaron: ¡Un año más!».

Según las publicaciones de entonces, la tradición provocó tanto interés que, ya en 1903, la uva también se comía en Tenerife, según el diario La opinión de Tenerife, y poco a poco se fue ampliando en el resto del Estado. La prensa de 1907 se quejó de que comer uvas se habría arraigado tanto en la sociedad cuando la clase más baja se burlaba los primeros años.

Tradicionalmente, la uva son un fruto que se suele asociar con símbolos positivos como la hermandad, la unión, la alegría y el placer o la espiritualidad. En la actualidad, la tradición marca que se coloquen doce uvas delante de cada comensal para simbolizar los doce meses del año. Cada uva comida después de la correspondiente campanada de media noche supondrá buena suerte el correspondiente mes.

Otras tradiciones

En Italia dan la bienvenida al nuevo año comiendo lentejas, un símbolo de dinero y riqueza en otros países. Además, otro clásico es llevar la ropa interior de color rojo para tener un nuevo año lleno de felicidad en el amor.

En Grecia se cocina un gran pastel donde colocan una moneda de oro o plata que llenará de suerte el futuro de quien la encuentre en su plato, una cosa parecida a la figurita del Roscón de Reyes

En Dinamarca es costumbre romper platos en la puerta de los seres amados después de esta última cena tan especial. En contra de lo que parece, se supone que este acto es una muestra de afecto y buenos deseos.