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La penúltima sesión de la vista oral para|por el proyecto Castor se convierte en un juicio en el informe del MIT

Un exprofesor de Standord asegura que nunca había visto seísmos por inyección de fluidos en un yacimiento supuestamente vaciado

L'expreisdent d'Escal UGS, Recaredo del Potro, i l'exconseller delegat, José Luís Martínez Dalmau, esperant amb els seus advocats a la porta de l'Audiència de Castelló el 18 d'octubre.

La penúltima sesión de la vista oral por el proyecto Castor se convierte en un juicio al informe del MITACN

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La defensa de los acusados por los terremotos del proyecto Castor ha convertido la penúltima sesión de la vista oral en un juicio casi monográfico del informe elaborado por el profesor del Masschusetts Institute of Technology (MIT), Rubén Juanes y otros expertos. A partir de informes redactados recientemente por peritos internacionales, que se han basado principalmente con documentos facilitados por Escal UGS, han intentado desacreditar el documento y desvincular la falla de Amposta de la ola de más de mil terremotos causada por las inyecciones de gas a partir de septiembre de 2013. El profesor jubilado de la Universidad de Stanford, Mark Zoback, ha asegurado, sin embargo, que nunca se había encontrado en un caso de seísmos por inyecciones en un yacimiento supuestamente vaciado.

La contundente declaración de Juanes y Bradford Hagen el lunes pasado en la Audiencia de Castellón, señalando que la empresa promotora podía conocer mucho antes de las inyecciones que trabajaba sobre una zona de fallas activas y que no hubo manera de definir un modelo seguro de operaciones sin causar seísmos, ha encontrado respuesta este miércoles en el turno de peritos de la defensa –que, mayoritariamente, han aportado a la causa informes periciales emitidos el mes de septiembre pasado.

Los abogados del expresidente d'Escal UGS, Recaredo del Potro, del exconsejero delegado, José Luis Martínez Dalmau, y de la misma sociedad mercantil han vuelto a focalizar la atención en la incertidumbre sobre la localización de los terremotos para negar tajantemente el protagonismo que habría tenido la falla de Amposta en estos acontecimientos, según defendían los autores del que se ha venido llamando como estudio del MIT –también participaban profesores de la Universidad de Harvard-, con el cual el gobierno español se basó para cerrar definitivamente el almacén de gas submarino.

El principal informe pericial que han presentado para contrarrestar el de Juanes, es el del profesor jubilado de la Universidad de Stanford y reconocido experto en materia de sismicidad inducida, Mark Zoback. Ha criticado que el estudio del MIT se basa en «suposiciones» y no aporta «evidencias» a la hora de vincular la falla de Amposta con los seísmos. Atribuye los movimientos sísmicos a un grupo de fallas|fallos de menores dimensiones.

Basándose en el estudio de revisión que elaboró hace dos años, el experto norteamericano ha considerado como una «especulación» que la ola sísmica pudiera alcanzar los terremotos de 6,8 grados en la escala de Richter de magnitud, según el informe del MIT. Considera que las inyecciones de gas no pueden despertar fallas inactivas y que no hay pruebas que la de Amposta lo sea. En todo caso, ha limitado el potencial de generar seísmos a «algunos segmentos», pero no que se podara transmitir a «toda la falla ».

Insólito en un yacimiento teóricamente vaciado

A pesar del denso guión monográfico sobre fallas, mecanismos focales y localización de terremotos diseñado por la defensa, a preguntas de Fiscalia Zoback ha afirmado que, a excepción del Castor, desconocía ejemplos de yacimientos de petróleo o gas explotados y –aparentemente- vaciados que en el momento de inyectar fluidos se generen terremotos. «Es extremadamente raro», ha insistido. La existencia de gas o petróleo remanente de la explotación de Shell durante las décadas de los 70 y 80 del siglo pasado, un aspecto que no se ha abordado al juicio pero que constatan varios informes, podría ayudar a explicar un fenómeno sin precedentes.

Más allá de eso, Zoback ha admitido también que los cambios de presión en el almacén podrían haber desencadenado seísmos de magnitud 4, desestabilizando una falla. «Pero ante la incertidumbre de dónde pasó no se puede decir que sea la de Amposta, sino una secundaria o que se encontraba por debajo», ha insistido.

Los abogados de la defensa han mantenido el guion con la declaración de Charles Connor, experto de la Universidad de Florida en evaluación del peligro en la construcción de centrales nucleares y otras instalaciones. Ha insistido, nuevamente, en desacreditar el estudio de los profesores del MIT y Harvard, con respecto al papel de la falla de Amposta, que ha considerado que no queda provocado. También ha puesto en duda que se trate de una falla activa y, en este caso, la inyección de gas no habría podido provocar su movimiento. Lo ha hecho en un informe, según ha admitido, que ha elaborado a partir del mismo documento cuestionado y otro aportado por Escal UGS.

Con todo, Connor ha reconocido, a preguntas nuevamente de la fiscal, el valor de haber dispuesto de una red de monitorización sísmica más importante para seguir las operaciones. También que el incremento lento y progresivo de las inyecciones de gas, con un control detallado y análisis de los datos, así como reiniciar el proceso en el caso de acontecimientos sísmicos habría sido|estado una actuación correcta, si bien no ha llegado a cuestionar la actuación d'Escal UGS ante una «situación compleja».

También con el objetivo de desacreditar académicamente el informe del MIT, la defensa ha citado a declarar una vulcanólogo de la Universidad de Bristol, Mikel Díez. Autor también de un informe de septiembre de 2021, ha negado los fundamentos científicos del documento de Juanes, ha cargado contra su metodología y ha descartado de lleno la falla de Amposta como origen de los cables. También lo ha hecho con su informe el físico ecuatoriano Pablo Palacios, subrayando la falta de consenso científico en la localización concreta de los seísmos, asegurando que el máximo se podían llegar a generar terremotos de 4,5 grados en la escala de Richter.

Los peritos de la defensa niegan todos los desperfectos

Como colofón, la defensa ha aportado el informe y eltestimonio de un arquitecto y un ingeniero que participaron en las valoraciones de daños a particulares a raíz de los terremotos. Ante el tribunal, los dos han negado que ninguna de las reclamaciones esté relacionada con los seísmos por la inyección de gas al proyecto Castor. Según Francisco Peydro y Carlos Barrio, ´para causar daños tendrían que ser terremotos de magnitud 7 y estos eran de entre 2 y 3»–llegaron a 4. Han añadido que los desperfectos «no eran lógicos ni coherentes»con la magnitud de los terremotos, habrían afectado de forma desigual en edificios recientes y estaban dispersos en municipios con distancias diferentes respecto de los epicentros,han asegurado.

Por el contrario, han atribuido a varios reclamantes pedir daños que se correspondían con otras patologías estructurales de las construcciones e «incompatibles»con los cables o, incluso, enviar peticiones múltiples de indemnización por un mismo problema así como modificar al alza y de forma poco justificada la cantidad de los gastos acreditados de reparación.

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