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Detectan plastificantes en sardinas, boquerones y merluzas del mar Mediterráneo

Los niveles encontrados no suponen un riesgo para la salud humana

Captura de boquerón en la barca el E

Así se hace la pesca del boquerón

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Un estudio reciente del Centres Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha detectado compuestos químicos plastificantes en sardinas, boquerones y merluzas del mar Mediterráneo. Los niveles encontrados pero no suponen un riesgo para la salud humana. El trabajo lo ha liderado el Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA-CSIC), en colaboración con el Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC) y el Instituto Epsanyol de Oceanografía (IEO-CSIC). Los plastificados estudiados son los ésteres organofosforatos, una familia de compuestos químicos ampliamente utilizados por la industria. Algunos de estos tienen efectos tóxicos sobre el sistema nervioso y endocrino y pueden afectar al sistema reproductor o tener efectos cancerígenos.
El estudio incluye el análisis de 5 muestras de sardinas, anchoas y merluzas recolectadas en la zona del Mediterráneo occidental. En concreto, en Cap de Creus, el Delta de l'Ebre, el Golf de Valencia y el de Alicante. Los resultados muestran que todos los individuos excepto dos mostraron niveles de plastificantes de hasta 73 nanogramos por gramo de músculo. La autora principal del estudio e investigadora del IDAEA-CSIC, Ethel Eljarrat, afirma que los resultados fueron similares para las cuatro zonas, cosa que indica que el uso de estos plastificantes es similar en toda el área analizada.

Sin embargo, sí hay diferencias entre las tres especies, siente la sardina el pescado con más cantidad de plastificantes encontrados, seguimiento del boquerón y de la merluza. Estas diferencias están relacionadas con las diferentes capacidades de adquisición, bioacumulación y metabolismo de cada especie. Los niveles inferiores encontrados a la merluza, que es un depredador parcial de sardinas y boquerones, sugieren que estos contaminantes no se biomagnifican a lo largo de la cadena alimenticia.

Los investigadores aseguran que el consumo de estos pescados no supone ninguna amenaza para la salud humana. Sin embargo, la exposición humana a estos contaminantes se produce por diferentes vías, como la ingestión de otros alimentos, la inhalación o la ingesta de polvo. La suma de todas estas fuentes sí que podría plantear un cierto riesgo. Por eso, es recomendable minimizar la exposición humana a estos plastificantes, reduciendo la contaminación de los ecosistemas marinos y previniendo un aumento de sus niveles a los peces, afirma Eljarrat.

Por otra parte, el equipo del ICM-CSIC está estudiando el declive de las poblaciones de sardina y boquerón en la costa oeste del mar Mediterráneo. El investigador de este centro Joan Giménez explica que hay varias hipótesis abiertas, como por ejemplo el aumento de la presión pesquera, las temperaturas más cálidas del agua a causa del cambio climático o la presencia de contaminantes como los analizados en este estudio.

La investigación se ha publicado en la revista 'Environmental Pollution'.

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