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Salud

El ejercicio evita el daño neuronal que causa la terapia de cáncer de pulmón

Los pacientes que hacen actividades deportivas también mejoran la memoria y el aprendizaje

Equipo de investigadores del IDIBELL. De izquierda a derecha Jordi Bruna, Antonio Rodríguez-Fornells, Marta Simó y Àngels Pera.

Hacer ejercicio evita el daño neuronal causado por la quimioterapia y la radioterapia contra el cáncer de pulmónACN

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Un nuevo estudio demuestra que hacer ejercicio previene la pérdida de tejido neuronal causada por la quimioterapia y radioterapia craneal, y que los pacientes que siguen las pautas deportivas incrementan el volumen de sustancia gris en regiones cerebrales involucradas en funciones de memoria y aprendizaje, como el hipocampo. La investigación surgida de la colaboración entre el Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL), el Institut Català d'Oncologia (ICO), el Hospital de Bellvitge (HUB) y la Universitat de Barcelona (UB), con financiación de la FundacióLa Marató de TV3, ha descrito que la actividad física mantenida durante tres meses previene la pérdida de sustancia gris producida por la misma terapia contra el cáncer.
Los resultados del nuevo estudio muestran que los efectos beneficiosos del ejercicio se centran en el hipocampo, una región cerebral altamente implicada en las funciones de memoria y aprendizaje. «Así pues, se cree que el ejercicio impulsaría la plasticidad neuronal, reduciendo la pérdida de tejido neuronal y mejorando las funciones cognitivas de los pacientes en tratamiento» según Marta Simó, líder del proyecto.

Durante el trabajo publicado en European Journal of Neurology se sometieron pacientes con cáncer de pulmón a dos o seis sesiones caminando y una sesión de bicicleta estática semanal durante doce semanas. Los cambios observados en la estructura cerebral y en las capacidades cognitivas de estos pacientes se compararon con otros pacientes que no habían realizado el programa de ejercicio, y con individuos sanos que no habían sido sometidos a quimioterapia.

Después de tres meses, el grupo de pacientes con cáncer de pulmón que no había seguido el programa de ejercicio presentaba pérdida de sustancia gris al hipocampo. «En cambio, los pacientes que habían hecho actividad física, no sólo la mantenían sino que, además, habían incrementado el volumen de sustancia gris comparándolo con la situación inicial, antes de iniciar la actividad física», según Lucía Vaquero, primera autora del trabajo.

Los análisis hechos sobre las imágenes de resonancia magnética indican que las personas sanas no expuestas a la terapia oncológica presentan un mayor volumen de sustancia gris en el hipocampo comparado con aquellos pacientes sometidos a terapia, tanto los que practicaban actividad física como los que no. Eso es debido a la toxicidad asociada a los tratamientos oncológicos, ampliamente descrita en la literatura del campo de neuro-oncología.

En los estudios previos ya se indica que la quimioterapia, a pesar de no conocerse el mecanismo concreto, provoca cambios en la estructura cerebral, lo que podría tener efectos sobre funciones cognitivas. De la misma manera, la radioterapia craneal, estrategia común en el cáncer de pulmón para evitar la aparición de metástasis en el cerebro, también afecta al hipocampo entre otras estructuras cerebrales, causando un daño que puede llegar a provocar demencia a largo plazo.

En este estudio se quería ver si el ejercicio también protegía contra el daño causado por la terapia contra el cáncer de pulmón y se ha observado que los pacientes en tratamiento que siguen la pauta de ejercicio no sufren una pérdida de tejido neuronal tan grande como los que no siguen esta intervención. «Es más, tienen una ganancia, y además, la terapia de actividad física mejora la resistencia cardiovascular y la eficiencia respiratoria de los pacientes de cáncer de pulmón», apuntaSimó.

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