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Sanidad

Nueve de cada diez pacientes con diabetes tipo 2 tienen un alto riesgo de sufrir un ataque cardiaco o una trombosis cerebral

Expertos dicen que prevenir accidentes cardiovasculares en personas diabéticas tiene que ser una prioridad desde la primaria

Una de las enfermeras limpia a fondo la tableta para evitar una propagación del virus a través del aparato.

El Hospital Juan XXIII muestra cómo intentan mantener el contacto entre pacientes y familiaresDavid Oliete

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El 93% de los pacientes con diabetes tipo 2 tienen un riesgo alto o muy alto de sufrir un ataque cardiaco o una trombosis cerebral en una década. Lo concluye un estudio publicado en el 'European Journal of Preventive Cardiology', revista de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC), coincidiendo con el Día Mundial de la Diabetes, el 14 de noviembre. La mitad de los pacientes del grupo de riesgo muy alto no presentan antecedentes de enfermedad cardiaca y por lo tanto no serían candidatos a recibir un tratamiento adecuado para prevenir accidentes cardiovasculares. Con estos datos, los especialistas recalcan que la prevención en estos pacientes tratados a la atención primaria tiene que ser una prioridad. El trabajo ha analizado datos de cerca de 375.000 personas de Cataluña.

El estudio ha sido coordinado por el CIBER de Diabetes y Enfermedades Metabólicas Asociadas (CIBERDEM), un consorcio formado por 30 grupos de investigación biomédica que depende del Ministerio de Ciencia, y el Instituto Universitari d'Investigació en Atención Primaria Jordi Gol (IDIAP Jordi Gol). También ha participado el Instituto de Investigación del Hospital de Santa Creu i Sant Pau de Barcelona, entre otros centros del Estado.

El estudio analizó datos de 373.185 personas mayores de 18 años con diagnóstico de diabetes tipo 2, que se inicia en adultos y es la forma más común de la enfermedad. La edad media de los pacientes fue de 70,1 años y el 45,2% eran mujeres. En torno al 72% de los pacientes tenían presión arterial alta; el 45% eran obesos; el 60% tenían colesterol sérico alto y el 14% eran fumadores actuales.

Los investigadores utilizaron la base de datos del Sistema de Información para el Desarrollo de la Investigación en Atención Primaria (SIDIAP), que incluye el 74% de la población de Cataluña. La base de datos SIDIAP contiene información anónima y longitudinal del paciente extraída del sistema de historia clínica electrónica (e-CAP) que utilizan todos los centros de atención primaria del Instituto Català de la Salut (ICS).

Los investigadores calcularon la probabilidad que cada participante sufriera un ataque cardiaco o un accidente cerebrovascular fatal dentro de los siguientes diez años utilizando categorías en las guías de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC) sobre diabetes y enfermedades cardiovasculares. Las tres categorías son: riesgo muy alto (por encima del 10%); riesgo alto (entre 5% y 10%) y riesgo moderado (por debajo del 5%).

Para ser clasificados de muy alto riesgo, los pacientes tienen que tener una enfermedad cardiovascular establecida, por ejemplo un ataque cardiaco o accidente cerebrovascular previo; otras afecciones, como insuficiencia renal grave o retinopatía diabética; o tres factores de riesgo cardiovascular, como son la edad avanzada, presión arterial alta, colesterol sérico alto, tabaquismo u obesidad.

Más de la mitad de los pacientes (53,4%) tenían un riesgo muy alto de acontecimientos cardiovasculares. Esta observación fue más frecuente en hombres (55,6%) que en mujeres (50,7%). En torno al 39,6% se clasificó como de alto riesgo. El 7% tenía un riesgo moderado de morir de un ataque cardiaco o una trombosis cerebral dentro de los siguientes diez años.

«Un llamamiento a la acción para prevenir ataques cardiacos»

El investigador del CIBERDEM y del IDIAP Jordi Gol y uno de los coordinadores del estudio, Manel Mata-Cases, recalca que los resultados «tienen que generar preocupación y un llamamiento a la acción para prevenir ataques cardiacos y accidentes cerebrovasculares en personas con diabetes tipo 2 en la atención primaria». Mata-Casas destaca que las aportaciones del estudio «tendrían que impulsar la implementación de la atención integrada».

«Los comportamientos saludables son la piedra angular para prevenir las enfermedades cardiovasculares y tienen que combinarse con el control de la glucosa en sangre, el colesterol sérico y la presión arterial. Los médicos de cabecera y las enfermeras tienen que acordar los objetivos del tratamiento con los pacientes teniendo en cuenta las características y preferencias», afirma el investigador, que añade que tradicionalmente el riesgo cardiovascular en la región mediterránea ha sido menor que en el centro y norte de Europa o a los Estados Unidos.

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