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Los expertos alertan de un futuro aumento de casos de adición a las pantallas por culpa de las restricciones de la covid-19

Los pacientes más complicados se han agravado y hay adolescentes que pasan más de 16 horas delante de un dispositivo

Tres nens petits mentre miren el telèfon mòbi

Los expertos alertan de un futuro aumento de casos de adición a las pantallas por culpa de las restricciones de la covid-19ACN

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El confinamiento y las restricciones de movilidad de la covid-19 han hecho que niños y adolescentes pasen más horas delante de las pantallas. Y eso, según la psicológica clínica de Atlhaia, Dominica Díez, hace prever que, en un futuro, haya más casos de adicción. De hecho, en los pacientes con patologías más complicadas ya se está notando un agravamiento.

Para evitarlo, Díez recomienda que las familias establezcan unas pautas y regulen el tiempo que los niños y adolescentes pasan delante de las pantallas. En el caso de los niños, además, no recomienda el uso hasta los 3 años. En medio de todo este debate, los bagencs Míriam Tirado y Joan Turu han publicado su quinto trabajo juntos: 'Desconnectats', un cuento para gestionar el uso de las pantallas.

Problemas psicológicos, visuales, obesidad, alteración del sueño y afectación del rendimiento escolar. Estas son algunas de las consecuencias de la adición en las pantallas. En los casos más graves, incluso, es necesario el ingreso en un hospital y pasar por un proceso de desintoxicación muy parecida a lade las drogas.

«El problema es que el niño deja de hacer cosas que son fundamentales para su desarrollo. Con el exceso de pantallas, deja de jugar y se acostumbra a vivir con un alto nivel de excitación cerebral que hace que las otras actividades le resulten aburridas. De hecho, el aburrimiento genera creatividad», explica la responsable de la unidad de juego patológico y otras adicciones comportamentales de Althaia, Dominica Díez.

Con el teletrabajo, el confinamiento o las restricciones de movilidad por culpa de la covid-19, hay más padres que utilizan los dispositivos como «canguros digitales» y, eso, a la larga, puede pasar factura. De hecho, los expertos aseguran que, en los casos más complicados, la situación ya se ha agravado y hay adolescentes que se pasan 16 horas al día delante de las pantallas.

Para evitarlo, Díez subraya la importancia de la prevención. En este sentido, no recomienda el uso de las pantallas antes de los 3 años, subraya la importancia de hacer comidas sin dispositivos, y de no utilizarles nunca una hora antes de ir a dormir. También recomienda ser consciente del uso de las pantallas que hacen los adultos y establecer unos espacios de desconexión digital familiar: «Si el niño ve que el padre o la madre están continuamente mirando el móvil, series o el ordenador, evidentemente piensa que eso es muy atractivo y él también lo quiere hacer. Y, en consecuencia, la atención que recibe a este niño es fragmentada y de baja calidad».

Doble confinamiento de los adolescentes

En el caso de los adolescentes, Díez explica que el confinamiento los afecta especialmente porque ellos están sufriendo «un doble confinamiento». «Los adolescentes, en general se confinan voluntariamente a su habitación, es un espacio suyo privado, por lo tanto, ya estaban confinados antes del confinamiento. ¿Qué hacen? Viven su adolescencia conectados permanentemente dentro de las habitaciones. Tenemos que promover que lo combinen compartiendo ratos de ocio con la familia y que tengan obligaciones domésticas», explica.

Díez recomienda no subestimar nunca las pantallas y estar alerta ante cualquier signo de adición del niño o niño con el fin de reaccionar pronto.

Desconnectats, un libro para gestionar el uso de las pantallas

En medio de todo este debate, el ilustrador Joan Turu y la escritora Míriam Tirado han publicado el libro 'Desconnectats', un cuento para gestionar el uso de las pantallas. Por su trabajo como consultora de crianza consciente, Tirado ha podido comprobar cómo, desde el confinamiento, ha crecido el uso de las pantallas y también de los conflictos que se derivan. De aquí nace este libro, que busca «ayudar a las familias a tomar conciencia y hacer alguna cosa para cambiar la situación».

'Desconnectats', dice, «demuestra que no hay un elemento mágico que lo solucione, sino que tienen que ser los padres y madres los que sean conscientes y busquen cambiarlo».

«Como más dentro de la pantalla estamos, menos fuera, en la realidad 1.0, que es la realidad de tú a tú, y vemos cómo los niños se van desconectando y aumenta la sobreestimulación, van pasados de vueltas, más nervios y más conflictos. Igual que los padres, si estamos mucho en la pantalla, nos desconectamos de ellos, y eso no es positivo ni para los niños ni para la educación», explica Tirado.

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