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Arqueología

Unos trabajos arqueológicos sacan a la luz la planta baja y una torre del castillo medieval del Brull

Por primera vez ha aparecido todo el perímetro de la fortificación

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Una campaña arqueológica ha sacado a la luz toda la planta baja con la distribución interior, una torre y un contrafuerte circular del castillo medieval del Brull (Osona). Se trata de un monumento de entre el siglo XII y XV catalogado como Bien Cultural de Interés Nacional que está en estado ruinoso. Hasta hace pocos meses sólo se podía ver parcialmente una torre y un trozo de la cerradura de muro, que se consolidó en 1998. Con la retirada de vegetación y de sedimentos de la colina donde se encuentra, junto a la iglesia de Sant Martí, ahora ha quedado a la vista todo el perímetro y se están consolidando y reintegrando algunas estructuras para preservarlo. Los trabajos se han financiado con una ayuda de la Diputación y en noviembre se prevé que se pueda abrir al público.

El Brull ya no tiene sólo una cerradura de pared y una torre medieval, sino que a partir de ahora ya podrá lucir la planta baja del castillo medieval que fecha entre el siglo XII y XV y que está catalogado como Bien Cultural de Interés Nacional (BCIN). El descubrimiento se ha hecho con una campaña arqueológica incluida en el proyecto de consolidación y adecuación de los vestigios que quedaban del monumento, en que se encuentra en estado ruinoso.

«Las dificultades que nos hemos encontrado son las propias de un castillo muy expoliado, de escombros por el paso del tiempo y que, con el crecimiento de la vegetación, se había perdido toda la planta y no había definido el perímetro», detalla aACN Estefania Martín, a la arquitecta que ha dirigido el proyecto. La sorpresa ha sido conseguir encontrado todo el perímetro de la fortificación, un contrafuerte cilíndrico en la cerradura de muro de tramontana que se veía actualmente y una nueva torre en el noroeste, simétrica a la que se había preservado y consolidado en 1998.

Aquella vez apareció un capitel románico, pero este año los resultados han sobrepasado las expectativas. Según Martín, por primera vez se ha confirmado la hipótesis del arquitecto J. M. Pericas, quien en 1916 ya había dibujado sobre plano la planta y empleo del castillo sin tener los elementos físicos que lo demostraran. Cien años más tarde, ha quedado bien delimitado el espacio interior del castillo.

Según explica el codirector de arqueología, Adrià Cubo, ha quedado a la vista toda la distribución interior de la planta baja, donde estaba la zona de trabajo. Han aparecido dos salas y otra de principal con un horno y un banquillo de piedra adosado a la pared interna para sentarse. Entre los restos también han aparecido fragmentos de una olla del siglo XII-III y cerámicas valencianas y una punta de lanza del siglo XIV y XV. Destaca también la aparición de una moneda de 1709 de Carlos III mucho más tardía. En futuras campañas hará falta seguir excavando en un tercio de la planta que ha quedado pendiente e intentar localizar la entrada principal del castillo en la vertiente más erosionada del monumento.

Unas obras paradas por la covid-19

Los trabajos empezaron el marzo pasado, pero se interrumpieron por la pandemia. En julio se

pudo reanudar con la previsión de acabar a finales de octubre. Ahora lo que queda es seguir con

la consolidación de las estructuras interiores que han aflorado, la fijación de los elementos originales y la

reintegro volumétrico de una parte de la hoja exterior de los muros expoliados de cierre del

recinto fortificado con el fin de proteger los restos originales y ponerlas en valor. Lo que se hace,

según ha detallado la restauradora Alba Morell, es colocar una malla (de fibra de vidrio) antes

de poner el mortero de cal y las piedras (todas procedentes del estrato de escombros del propio

castillo) para que el visitante pueda ver en qué punto está la parte restaurada, del original.

«Hemos ganado un castillo»

El alcalde del municipio, Ferran Teixidó, ha valorado como «muy necesaria» la intervención para poder recuperar un monumento que es el origen del pueblo, después de que se independizara de Seva. Hasta ahora la gente sólo veía una pared y una torre encima de una colina pero ahora ya podrá pisar la planta del antiguo castillo. «Antes teníamos una torre y ahora hemos ganado un castillo», añade con satisfacción. El alcalde también ha subrayado la importancia de poder sacar adelante unos trabajos que dan trabajo a empresas y dar apoyo a la cultura, un sector muy tocado por la crisis económica de la covid-19. El coste es de unos 100.000 euros que se han financiado con una ayuda de la Diputación de Barcelona. También se incluyen los trabajos de adecuación para hacerlo visitable.

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